Café de media noche

(No) Bi panic

Estaba en una video llamada con Jonathan y Jessica, eran las nueve de la mañana y ninguno de nosotros había asistido a la escuela.

Por muy buenas razones, si me lo preguntan:

Excusa de Jessica: tenía resaca por todo el alcohol que bebió el día anterior.

Excusa de Jonathan: besó a una de sus fancitas en la fiesta, pues el alcohol lo dejo más pendejo que antes, y ahora no quiere desilusionarla, así que falto a la escuela como un cobarde perfecto.

Mi excusa es la mejor, escuchen.

No escuche mi alarma, ¡yei!

Papá se apiado de mí y no me despertó.

Lo amo.

Estaba almorzando cereal con leche y plátano mientras charlábamos.

— ¿A qué te suena eso, Jessy Jessy? —le preguntó Jonathan atreves de la pantalla.

Ella sonrió con perversión.

Los mire con advertencia a los dos, de que no fueran a decir una estupidez.

—Un bi panic —dijeron ambos al mismo tiempo, sentí como mi rostro se calentaba y tosí un poco, tirando la leche tenía en la boca, ambos hicieron sonido de desagrado y se echaron a reír. sin vergüenzas, en serio me estoy planteando cambiar de amistades. 

—Eso es patético —les reproché —se necesitan tres personas para un bi panic, y sólo éramos Laura y yo, ¿no fueron a la primaria?

—Serás idiota —me dijo Jonathan, mientras también ponía atención al videojuego que tenía en frente, que acababa de anunciar su derrota  —mierda, ¿ves Will? Me pegaste tus mensadas y me mataron.

Gruñó y volvió a prestar atención a su juego.

Jessica aclaró su garganta, y le dio un trago a su bebida energética de frutas.

No sé cómo puede beber eso. Eww. 

—Lo que Jonathan y yo queremos decir Will, es que nos dijiste que se te salía el corazón del pecho por... ¿cómo se llamaba?, ¿Elías?

Hice un sonido afirmativo, aunque lo que tratara de decir me pareciera ridículo. A penas y conocía al tipo, no puede darle una vuelta a mi sexualidad... ¿o si? 

—Bien, dijiste que se te salía el corazón por la mirada de Elías sobre ti y por la voz de Laura en el teléfono, que te sudaban las manos y estabas más rojo que un tomate, eso claramente me suena a un bi panic.

—Lo están poniendo muy fuera de contexto.

Ambos rodaron los ojos al mismo tiempo, guau.

—Soy una mujer Will, siento la tensión incluso en las historias contadas por niños mecos.

—Pues tu instinto de mujer te falló hoy, Jess... —me miró mal y yo le saqué la lengua —como sea, ¿Qué tal les fue ayer?

—Aun siento el alcohol corriendo por mí sangre, se siente de la mierda —dijo Jonathan y después dio un brinco de festejo, porque había ganado la partida —Erick me chupa la polla.

— ¡Jonathan!, ¡eso es asqueroso! —lo regañó Jessica, él se encogió de hombros.

—La vida es asquerosa Jess, te estoy preparando —dijo de manera humorística —mejor cuéntanos algo tú.

Las mejillas de Jessica se tornaron un poco rosas. Bien, eso significaba algo bueno. 

—Había una chica muy linda en la fiesta... —dijo Jess, había un sentimiento agridulce en sus palabras. Entonces tal vez no sea tan bueno, mierda, ¿y si era quien yo creía que era? 

—No será Laura, ¿cierto? —dije con nerviosismo. 

Sonrió y negó con la cabeza.

—No, no es Laura.

— ¿Es de la escuela?

Su sonrisa decayó un poco.

—No...no sé donde estudia —se recompuso de golpe —pero era muy linda, nos besamos un rato pero después comenzó a llorar y se fue...era extraña.

Hice un leve puchero.

— ¿Sabes cómo se llamaba?

—Me lo dijo, pero ya estaba muy borracha, no lo recuerdo —le restó importancia, pero quizá si tenía importancia. Siempre que Jessica le restaba importancia a algo era porque le importaba mucho. 

—Oh, ¿la bonita pelirroja con la que bailaste? —preguntó Jonathan de repente.

—Sí, esa.

Él asintió.

Papá bajo por las escaleras, preparado para el trabajo...más preparado de lo normal. 

—Ya me voy Will —dijo mientras se miraba una vez más al espejo, después se acercó a la silla donde yo estaba sentado y beso mi mejilla —hola chicos, ¿ninguno fue a la escuela? —les dijo a mis amigos.

—No señor R. La fiesta de anoche nos dejó muertos —le dijo Jessica con una sonrisa.

Papá le sonrió igual.

—Me enteré del embarazo de tú mamá Jessica, le mandas mis felicitaciones.

— ¡Mierda! —chilló Jonathan, antes de que Jess contestara, tan concentrado en su juego que no se percató de mi papá, pero él solo se rio, entonces Jonathan si se dio cuenta —Dios mío, ¿Cuánto lleva ahí, señor R? —preguntó con vergüenza.

—Yo veo a Jonathan muy despierto —dijo, para aligerar la vergüenza de Jonathan, que sólo se rio un poco.

—Hasta pronto chicos —se despidió de ellos.

— ¡Hasta pronto señor! —dijeron al unísono.

Papá se había perfumado...pude sentir el aroma de su perfume cuando se acercó a despedirse de mí y de mis amigos.

Lo cual es muy raro.

A papá no le gustaba el perfume.

Escuché como el auto arrancaba, chequé mi teléfono para ver la hora.

Fruncí el ceño.

— ¿Todo bien? —me dijo Jessica, estaba caminando directo a su cuarto, seguro para ver alguna de sus series raras.

—Faltan dos horas para que papá entre al trabajo...

¿Iría a hacer el mandado? No, lo hizo hace dos días...

Gracioso, pero no gracioso de risa, gracioso de raro.

¡Juro que él nunca había usado perfume!

A veces pensaba que mi papá tenía citas cuando era pequeño, pero dejo eso hace mucho tiempo, desde que tengo memoria él nunca había tenido citas...

—Tal vez fue a hacer las compras —dijo Jonathan, aún muy ocupado en su video juego.

—No, no. Fue a las compras antier...

— ¿Una cita? —dudó Jessica.

No pude controlar mi gesto de asco y confusión.

¿Papá con una chica?

Jonathan empezó a hacer ruido de ambulancia, rodé los ojos. Ese chico infantil. 

—Vas a dejar de ser hijo único —dijo, bromeando.

Mire mis manos mientras gruñía, no.



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En el texto hay: amigos, homosexual, amor lgbt

Editado: 01.02.2024

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