LA BIBLIOTECA DE LOS SUEÑOS

En un rincón olvidado de la ciudad, Rodrigo descubrió una biblioteca que parecía haberse congelado en el tiempo. Intrigado por su presencia, decidió explorarla, solo para encontrarse con Doris, la misteriosa bibliotecaria que conocía cada uno de los secretos de los libros aparentemente en blanco que adornaban las estanterías polvorientas.

Una tarde, mientras exploraba los corredores repletos de libros antiguos, Rodrigo descubrió un volumen que parecía vibrar con energía propia. Al abrirlo, vio un destello de imágenes oníricas. Doris apareció a su lado y le explicó que esos eran los sueños de las personas, registrados en las páginas. A medida que Rodrigo pasaba las páginas, podía ver sueños de todo tipo: sueños de amor, de miedo, de aventura.

Movido por la curiosidad y la ambición, Rodrigo comenzó a experimentar con los sueños. Manipuló las imágenes, fusionó sueños de diferentes personas y los reescribió. Pronto, se dio cuenta de que los cambios que realizaba en los sueños tenían un impacto en la realidad. Un sueño de un mundo sin guerra resultaba en titulares de paz en los periódicos. Un sueño de prosperidad transformaba el entorno en una ciudad floreciente.

Sin embargo, a medida que Rodrigo alteraba los sueños, también alteraba las vidas de las personas. Las decisiones que tomaban basadas en sus sueños modificados llevaban a consecuencias imprevistas. Un sueño de riqueza para un hombre llevaba a la bancarrota de otro. Una historia de amor que se convirtió en realidad para una persona causaba dolor a otra.

Arely, la mejor amiga de Rodrigo, lo confrontó sobre las implicaciones éticas de sus acciones. Rodrigo se encontró atrapado en un dilema moral mientras luchaba por equilibrar su deseo de cambiar el mundo para mejor con el respeto por la autonomía de los sueños individuales. Doris, la bibliotecaria, los llevó a una sección oculta de la biblioteca donde encontraron un libro que detallaba los riesgos de jugar con los sueños.

A medida que las consecuencias negativas de sus acciones se hacían más evidentes, Rodrigo comenzó a dudar de su poder. Se dio cuenta de que no podía controlar todas las variables y que su manipulación de los sueños estaba distorsionando la realidad de maneras incomprensibles. Decidió revertir sus cambios, pero descubrió que algunas cosas ya no podían ser deshechas.

La historia de Freddy se convirtió en una advertencia para otros, una lección sobre la importancia de respetar los límites de la realidad y la ética de la libre voluntad. “La biblioteca de los sueños”, una vez un refugio para la curiosidad y la imaginación, se convirtió en un recordatorio de que incluso los poderes aparentemente mágicos deben ser utilizados con sabiduría y responsabilidad.