—Como que le falta color...—comentó Rachel. Estaban viendo uno de los platos que acababa de terminar de decorar Adriano. Este también lo miraba disconforme, sabía que algo le faltaba y no solo era color. Se habían pasado casi todo el día probando con las recetas y al menos tres tuvieron que ser modificadas y las prepararon varias veces hasta alcanzar un estándar. Y ese era el último intento.
—Debimos echarle más orégano —dijo Kate mientras los demás asentían.
—Quizá si la mejoramos con algunas hojas de menta podría servir, ¿no crees?—le dijo Priss a Adriano. En realidad, él también había pensado el algo similar, así que sonrió sin querer. Era como si ella le hubiera leído los pensamientos.
—Puede ser —le dijo él, también pensé que si hacemos una laguna con la salsa podría ayudar en el color.
—Quizá...—dijo Rachel—. Déjame intentarlo. —La chica tomó el recipiente que contenía la salsa base del plato y la miró algo desconfiada. Con mucho cuidado, Rachel la agregó al plato al menos unas dos cucharadas alrededor de la preparación principal hasta darle la forma de laguna.
—Va bien...—dijo Adriano con una sonrisa. Recordó de pronto por qué le agradó tanto Rachel en un principio, era muy cuidadosa cuando de decorar se trataba—. Ahora, Priss, ¿nos haces los honores? —le alcanzó una pinza y buscó las hojas de menta. Despacio ella tomó un pequeño racimo que cortó hasta tener dos de las hojas mejor conservadas y que tenían una buena forma. Le costó al menos un minuto pensar en donde estaría mejor ubicada. Así que la puso de costado hasta casi rozar la laguna. Los cuatro miraron el plato pensando que ahora si se veía mucho mejor. Kate dio unas palmas y ellos sonrieron, al fin estaba hecho.
—¡Quedó perfecto! —dijo la chef—. Creo que no pudo haber quedado mejor. Tomaré nota y guardaré las fotos para el registro.
—Con esto sería todo —dijo Adriano mientras se quitaba el mandil y el gorro—. Ha sido un placer y un honor trabajar con ustedes, señoritas. Estoy seguro de que en un par de años me van a quitar el trabajo. —Las dos se sonrojaron y se sintieron bien ante ese comentario. Después de todo, él no dejaba de ser ese reconocido chef que admiraron desde que empezaron a estudiar cocina, y ahora era él quien alababa el trabajo que hacían.
—Gracias —le dijo Rachel quitándose también el gorro al igual que Priss—. Por cierto, ahora que soy tu nueva adquisición, ¿qué voy a hacer? No me digas que me tendrás cargando tu agenda como me pasó con Cameron. Soy terrible como secretaria, hasta se le olvidó que tenía agenda —dijo provocando que ellos rieran.
—No, nada de eso. Aún voy a necesitar estar en una especie de "gira" por algunos programas de televisión, eventos y entre otras cosas. Pensé que quizá podrías acompañarme como mi asistente. Ya se lo ofrecí a Priss, pero ella prefiere seguir en eventos al menos por ahora.
—¡Ah claro! ¡Y me das a mí el trabajo rechazado! —dijo dramáticamente.
—Bueno, no lo tomes así...
—¡Solo bromeaba! —dijo Rachel riendo, poco después se calmó—. Claro que acepto, de paso como que me hago famosa. Así que estoy dentro.
—Por cierto —interrumpió Kate—, ¿quién va a lavar todo esto?
—¡No me miren a mí! —reclamó Rachel—. Habré sido steward, pero tampoco abusen.
—No se preocupen, yo llamé a alguien de limpieza del hotel para que se lleven todo. ¿Tienen algo que hacer saliendo de acá? —preguntó Adriano. Priss y Kate negaron con la cabeza—. Perfecto, me gustaría invitarlas a tomar algo por ahí para relajarnos un poco después de todo el trabajo que hemos tenido hoy. ¿Qué hay de ti, Rachel?
—Lo siento, no voy a poder. Acordé ver unas películas en el apartamento con un amigo.
—Y yo ni enterada —dijo Priss—. ¿Cómo es eso de llevar gente al apartamento y ni me avisas? Además, ¿qué haces llevando amiguitos a la casa, ah? —preguntó en tono de broma.
—Pues te iba a decir, pero se me olvidó.
—¿Y quién es el amiguito? —preguntó Priss con curiosidad.
—Nada, de ahí te cuento —dijo restando importancia al asunto. No pensaba contarle a Priss delante de Adriano que ese amigo era Arnie.
***************
Cameron terminó de contarle aquella extraña historia a Anne y ella solo se quedó en silencio un rato. Aunque en cierto modo todo era difícil de creer, ella confió en él por la forma en que se lo dijo. Notó que cada una de sus palabras era sincera, pero sobre todo, ese arrepentimiento que lo acompañaba desde que sucedió aquello. Ahora entendía el porqué del ensañamiento de Sandra con Cam. Siempre tuvo un poco de dudas acerca de eso, si se suponía que en realidad quería hacerle la vida imposible a Adriano, ¿por qué se metía con Cameron? Ya lo tenía bien claro.
—Vaya...—dijo después de un rato—. Esa mujer es una arpía.
—Es falsa, siempre lo supe y un tiempo creí que había cambiado, pero todo vuelve a hacer casi como antes.
—Entonces, ¿qué harás? ¿Piensas ir de todas maneras a encontrarte con ella?
—No tengo otra opción. Igual se las ingeniará para que la escuche.
—Ahora creo que sea lo que sea que va a decirte, uno de los dos saldrá perjudicado. O quizá los dos.
#13269 en Novela romántica
#1855 en Novela contemporánea
romance comedia, chef empresario millonario atractivo, amistad aventuras romances y misterios
Editado: 04.10.2023