Sasuke despertó esa tarde de su siesta bañado en sudor. Había tenido una extraña pesadilla que acabó desvastando sus nervios ya que estaba temblando. Inaudito. Se miró sus manos que temblaban y ante sus ojos, para mayor asombro suyo, en sus palmas empezaban a aparecer dos tatuajes. En su palma izquierda de una media luna negra mientras que en su palma derecha veía que aparecía la imagen del sol. Un extraño hormiguero recorría no solo sus manos sino sus brazos y llegaba a su cabeza. ¿Qué era eso? ¿Qué estaba sucediendole?
Salió de la cama sintiéndose extraño y se dirigió a una de las salas de entrenamiento que había en aquel lugar. Allí había cinco palos de un metro cada uno de alto. Sacó su espada y mientras la agitaba formando una línea horizontal en dirección a los palos exclamó
- ¡Chidori! - inmediatamente unos rayos lo envolvieron tanto a él como a su espada. El sonido era similar a un millar de pájaros. Esos rayos desintegraron los palos al instante.
Pero aquella extraña sensación no lo abandonaba. Sentía que debía hacer algo muy importante pero no recordaba qué. Guardó su espada y suspiró hondo mirando los tatuajes de sus palmas. Aquello no era normal. ¿Cómo era que habían aparecido así tan de repente? En ese momento supo que el cuerpo de Orochimaru casi había llegado a su límite. Sonrió con crueldad y se dirigió a la habitación donde éste se encontraba.
Los corredores eran sombríos ya que estaban impregnados de oscuridad pero él estaba adaptado a ello, incluso se sentía cómodo allí. Lentamente llegó a la habitación de Orochimaru quien gruñía de dolor. Al verlo solo pudo sentir desprecio hacia quien en otros tiempos fue uno de los Sennin más poderosos de Konoha y luego un temible enemigo. Orochimaru apenas respiraba.
- Llegó el momento Sasuke - dijo no bien lo vió - Debes entregarme tu cuerpo
- Ya aprendí de tí todo le que necesitaba saber - dijo con calma el ninja emo - No te necesito más.
- Me quedaré con tu cuerpo quieras o no Sasuke
- En ese estado apenas puedes respirar
Orochimaru se transformó en una gigantesca serpiente y lo atacó pero el jóven no solo esquivó el ataque sino que contra-atacó inmediatamente.
Una breve lucha se inició allí hasta que Orochimaru entró al cuerpo de Sasuke. Allí dentro el ninja empleo ese nuevo poder que sentía recorrer por sus venas para pulverizar al invasor quien se vió obligado a salir. Pero estaba moribundo. Cuando Sasuke volvió a usar el poder de esos tatuajes la gigantesca serpiente dejó de respirar. Fué entonces que el ninja vió en su mente a Naruto muerto en sus propios brazos. ¿Qué era eso?
Una intensa angustia invadió su más íntimo ser. Sujetándose la cabeza con una mano cayó de rodillas al suelo. Esa angustia le partía el alma misma. Veía con tal nitidez a Naruto sin vida que no podía soportarlo. Las palabras del Kyuubi resonaron en su mente
"No mates a Naruto o lo lamentarás"
Fue aquella vez cuando los vió estando aún en el otro escondite. Pudo entrar a su mente gracias a su Sharingan y vió al Bijuu. Ahora la angustia amenazaba con enloquecerlo. Pero...pero él no lo mató ¿Qué estaba pasando?
- Naruto - susurró más bien como un lamento mientras unia sus manos como si quisiera rezar. Su mirada era vacía y sin vida - Naruto tú... - observó su palma derecha y lo supo. No podría explicarlo pero supo que ese tatuaje del sol le pertenecia a él. Y tenía que devolverselo pero ¿Cómo? Tenía que encontrarlo urgentemente.
Se colocó de pie. Aún estaba aturdido ya que no entendía nada, solo sabia que ese repentino vacío que sentía en su alma tenía que desaparecer y la única forma era buscándolo a él. Instintivamente colocó su palma izquierda en la parte del cuello donde tenía el sello de Orochimaru y este inmediatamente se desvaneció. Como si nunca hubiese existido.
Se miró la mano en busca de respuestas pero en ese momento un intenso dolor en su ojo izquierdo lo invadió. Sentía que lo quemaba por dentro pero comenzó a ver cosas que antes le resultaban imposible. Un enorme poder fue emergiendo desde sus entrañas y supo que debía cubrirselo. No entendía cómo sabía todo eso, solo lo sabía. Aquel poder nada tenía que ver con Orochimaru, eso era una certeza. Tras colocarse un parche en su ojo izquierdo salió de la habitación fingiendo tranquilidad. Su pelo negro le tapaba ese ojo y el parche así nadie se percataría de ello. En el camino se encontró con Kabuto quien al verlo salir del cuarto de su señor le entró la duda sobre quién podría ser.
- ¿Quién eres? - le preguntó en actitud de alerta
- ¿Quién crees que soy? - fue la respuesta de Sasuke sin detenerse. Pero Kabuto corrió al cuarto de Orochimaru y vió el cadáver de este, volteó para ver a Sasuke quien instintivamente se detuvo y sin mirarlo dijo - De nada te servirá querer implantarte las células de Orochimaru en tu cuerpo, me aseguré de que no puedas hacerlo
Kabuto lo observó mostrando en su rostro el más absoluto terror ya que esa advertencia lo tomó desprevenido.
- ¿Quién eres? - volvió a preguntar pero en esta ocasión no obtuvo respuesta ya que Sasuke había desaparecido de su vista. - Orochimaru está...muerto - balbuceo confuso. Por más que buscó a Sasuke en el lugar no lo encontró, era como si se hubiera evaporado. - ¿Desde cuándo este chico tenía tanto poder? - No había respuestas para sus interrogantes pero sabía que algo tendría que hacer o estaría acabado. Corrió a dónde estaba el laboratorio. Allí podría buscar algo que le sea de ayuda para sus planes.