Habían pasado varios días desde el incidente de Sasuke y la reconstrucción de la aldea seguía su curso sin problemas de ninguna índole. Esa tarde Naruto había ido en busca de hierbas medicinales que Sakura le había encargado cerca de los límites de Konoha mientras que Sasuke colaboraba con las distintas tareas de reconstrucción que había en la aldea. Él y Naruto habían pasado unos días en total calma y amor luego de lo sucedido ya que el Uchiha necesitaba redimirse con él por todo lo que le hizo padecer en el pasado. Más que por Naruto lo hizo por su propia paz mental.
Ahora que su espíritu estaba en armonía podía ayudar en lo que sea que Konoha necesite.
Por su parte, Naruto se sentía inmensamente feliz ya que Sasuke le demostraba sus sentimientos en todo momento de las más variadas formas posibles alegrandole el alma misma. Todo empezaba a encaminarse en su curso alejándose de ese oscuro y siniestro futuro que con tanta desesperación Sasuke intentaba cambiar junto a él. Pero regresando su atención a la misión que le encomendaron supo que no era tan fácil como pensó. Todas las hierbas se veían iguales para él, ésto lo desesperó.
Agarrándose la cabeza se repetía qué haría ahora. Sabía que Sakura iba a matarlo si le llevaba las hierbas incorrectas.
- No puede ser tan difícil maldita sea - decía con frustración cuando sintió una extraña presencia y un repentino ataque que logró esquivar con gran agilidad - ¿Quién eres? - dijo a la misteriosa presencia que se le presentó.
Un alto ser encapuchado con una túnica roja con capucha. Naruto al verlo recordó que no hacía muchos días atrás él y Sasuke habían enfrentado a alguien similar que los había atacado sin previo aviso de la nada. Cómo lo hacía esta persona ahora.
El atacante lo volvió a atacar pero el ninja rubio lo esquivó por segunda vez, a lo que el misterioso enemigo dijo sonriendo:
- Caiste en la trampa
En ese segundo cuatro ninjas salieron de las hierbas, lo rodeaban y ahora hacían los sellos para colocar sus manos en el suelo y gritar a la vez:
- Prisión de energía
Inmediatamente de las mismas hierbas emergieron varias serpientes negras que velozmente se fueron enroscando al cuerpo de Naruto quién misteriosamente estaba paralizado sin poder mover un músculo. Los dolores que comenzó a sentir el ninja fueron tan intenso que éste lanzó alaridos que retumbaron varios metros más allá aunque no llegaron a la aldea.
Por más que quería moverse le era imposible y aunque intentase romper aquellas serpientes no le resultaba factible. Casi al segundo siguiente cayó al suelo boca abajo. Recién su captor se quitó la capucha. Era un hombre jóven de la misma edad que Kakashi, blanca y larga cabellera, ojos plateados y palida piel. Lo miraba con odio y avaricia a su vez.
- ¿Quién eres? - preguntó Naruto intentando liberarse sin lograrlo - ¿Por qué me haces esto?
- Al igual que él, vengo de otra época pero mi objetivo es exterminarlo por completo.
- ¿Qué dices? ¿Hablas de Sasuke?
- Así es, él fue el único que pudo emplear ese técnica con éxito. Esa forma de viajar al pasado siempre fue defectuosa pero él...Sasuke Uchiha lo logró. Y cómo no lo iba a lograr si puede cambiar el mismísimo destino torciendole a su conveniencia.
El odio se reflejaba en su mirada.
El misterioso enemigo se veía amenazante y en extremo poderoso. Naruto escuchaba sus palabras percibiendo su oscuridad interior, solo deseaba exterminar a Sasuke. Era el otro que estaba con aquel que los atacó.
- ¿Quién eres? ¿Por qué te interesa tanto matar a Sasuke? ¿Qué te puede importar lo que él haga? ¿Y si puede cambiar el destino qué? ¡Deja de decir idioteces y suéltame!
- Que alguien como él tenga menudo poder es inaudito. Además es un entrometido que se metió donde no debía. Exterminó, con tu ayuda por supuesto, a...no, no es necesario que sepas más. Pero aprovecharé ahora que ustedes son débiles y los exterminaré. Mataron a mi compañero pero no sucederá lo mismo conmigo. Tuve tiempo para prepararme. Y tú me ayudarás a matarlo
- Jamás - respondió Naruto pero lo cierto era que no podía ni moverse y cada segundo que pasaba sus fuerzas iban mermando.
- No tendrán opción, ni tú ni el Kyuubi que guardas en tu interior.
-¡¿Qué?!
El extraño atravesó el muro de energía fácilmente, con la más siniestra de las sonrisas se acercó a Naruto y tras colocar su mano derecha sobre la frente del ninja de la hoja exclamó:
- ¡Aprisionar!
El alarido de Naruto se oyó a varios metros a la redonda asustando a las aves que se alejaron velozmente. En esta ocasión Sasuke si lo escuchó o más bien eso creyó ya que miró en dirección al bosque sorprendido y alarmado. En ese momento supo que algo no iba nada bien. Inquieto dejó todo lo que en esos momentos estaba haciendo y buscó a Naruto. Pero no tardó en encontrarlo. Lo vió llegar desde el bosque con unas cuantas hierbas medicinales. Algo en él andaba mal, no podía saber qué pero su intuición le decia que debía ser cauteloso. Frunció el ceño.
Se acercó a él pero Sakura lo interceptó antes pidiéndole lo que le hubo encargado. Éste le entregó las hierbas con su sonrisa de siempre y ella tras examinarlas se sorprendió al ver que eran las correctas ya que había supuesto que se equivocaría en la elección debido a que Naruto jamás fue bueno en herbologia ni nada por el estilo.
Pero Naruto se limitó a sonreír y siguió avanzando directamente hacia su persona. Sin dejar de estar alerta, Sasuke no se movió hasta que lo tuvo de frente. Aparentemente todo estaba bien en él, no había nada extraño pero aún así no podía estar tranquilo.
- ¿Me extrañaste...Sasuke? - preguntó en un susurro despertando en él un leve e imperceptible sonrojo haciendolo sonreír
- Vaya pregunta ¿Qué tienes?
- Nada
- Hay mucho por hacer, mejor será que sigamos colaborando - exclamó Sasuke y le dió la espalda
- Claro que sí - Naruto ocultó un kumai mientras se le acercaba por detrás pero al intentar clavarselo Sasuke apareció detrás suyo con el Chidori en su mano derecha:
- ¿En serio creíste que podrías derrotarme con eso? - Acto seguido lo atacó - ¡¿Quién demonios eres realmente?!