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Recuerdo bien ese día, no podría olvidarlo aunque quisiera.
Lunes 13 de Mayo del año 2011.
Era un día muy ajetreado como siempre, el frío tenía una presencia dominante en las apagadas calles de la ciudad, la triste lluvia caía a mas no poder sobre las personas que caminaban sobre el pavimento, el clima era algo anormal tomando en cuenta el mes en el que nos encontrábamos.
Mi padre y yo nos dirigíamos hacia nuestra casa luego de haber realizado las compras para la semana, recuerdo muy bien que traía una barra de chocolate en la mano derecha, mientras que en la otra, llevaba un lindo globo de un personaje de anime famoso en ese año.
Aguardábamos a que el semáforo se pusiera en verde para poder cruzar al otro lado de la calle, la lluvia empezaba a ser cada vez mas dura, y nosotros no llevábamos protección alguna que nos impidiera acabar empapados hasta los pies, pedí a mi padre que me soltara un rato mientras que él se dirigía a obtener un paraguas para nosotros; lo hizo.
Me encontraba esperando al lado del semáforo, veía el paso rápido de los automóviles que circulaban por la calle mientras me abrazaba a mi misma para no sentir el fuerte frío que azotaba de manera repentina.
Una fuerte corriente de aire terminó por llevar mi globo por los aires hasta terminar en el cruce peatonal.
Me dirigí raudamente hacia la pista para poder recuperar mi globo, un grave error mío que no terminó por afectarme solo a mi.
Un moto lineal que circulaba a gran velocidad, estuvo a punto de colisionar conmigo, pero, un empujón desde atrás fue suficiente para que caiga tendida al piso sin ningún problema.
Miré de manera desconcertada la escena que se encontraba atrás de mi, un chico que no conocía de nada, me había empujado para que yo saliera ilesa, mientras que él terminó recibiendo el impacto en mi lugar.
Mi padre llegó corriendo después de escuchar el grito de la gente que pasaba por ahí, me preguntó lo que pasó, pero, mi boca se mantenía congelada, mis manos se encontraban temblando, mis mejillas se mantenían frías.
Con un poco de suerte, pude pronunciar ´Gracias´.
Los testigos de la escena contaron con detalles lo sucedido a mi padre, seguidamente lágrimas cayeron de sus ojos mientras que estos mismos miraban de una manera especial al chico que se encontraba tendido en la pista.
Un vez que llegaron los paramédicos, el niño fue subido a una camilla, sorpresivamente, aunque fue un duro impacto, él se encontraba consciente.
Mientras se lo llevaban, sus ojos me encontraron por última vez para que de manera seguida una sonrisa se dibujara en su rostro.
En cuanto a lo que ocurrió, solo tengo un arrepentimiento, conocí a Akira Watanabe, un niño con una gran sonrisa, el cual me salvó de lo que pudo ser mi muerte, pero, no pude agradecerle lo suficiente por lo que hizo.
No supe nada más de él hasta 10 años después.
Mientras me dirigía hacia el lugar de trabajo de mi hermana, cerca de un semáforo, a 8 calles de donde me encontraba hospedada, vi como unos chicos se despedían de una persona que parecía ser su amigo.
´Nos vemos mañana, A-ki-ra´
Fue la frase que me devolvió las esperanzas sobre reencontrarme con la persona que me salvó aquel día.
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"Yo seré la que esta vez te salve."
No se que estoy diciendo.
"Haré que vuelvas a creer en los demás."
Espero que esté diciendo lo correcto.
"Haré que no vuelvas a tener miedo nunca más."
Créeme por favor.
"Estaré contigo, apoyándote."
Confía en mí.
"Así que, ¡déjame estar a tu lado!"
Déjame ayudarte.
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"Por favor, déjame." -Pedí-
"No quiero, no lo haré."
No volveré a lo de antes, ya no soy el mismo, ahora, mi mente está nublada, mi conciencia está aturdida, mi alma está envenenada.
"Pues, entonces...
"Haz lo que quieras."
-Una sonrisa se dibujó en su rostro aún cubierto de lágrimas-
"Sí, eso haré."