Capítulo 3

Samuel: espera Victoria … - grité y ella giró, corrí hacia ella que se encontraba a pocos autos de distancia- quisiera invitarte un café para agradecerte lo que hiciste por nosotros- ella sonrió.  

Victoria: no hace falta yo solo…  

Samuel: por favor… Nico y yo estaríamos encantados.  

Victoria: esta bien, no quiero rechazar a un bebé- dijo riendo.  

Samuel: perfecto… nos vemos en la cafetería del centro ¿ok?  

Victoria: mmm ¿qué te parece si mejor los veo en mi casa? Así no expones a Nicolás al frío  

Samuel: está bien- sonreí totalmente embobado. Ella sacó una pequeña libreta de su bolso junto a una pluma.  

Victoria: ¿no eres un asesino serial verdad?- me miró alegre antes de escribir.  

Samuel: solo martes y jueves- sonreí.  

Victoria: que bueno que nos veremos un viernes… - dijo riendo y me dio el papel con su dirección- ¿nos vemos a las siete?  

Samuel: perfecto… - ella se acercó a mí y besó mi mejilla  

Victoria: nos vemos entonces Samuel.  

Ella se alejó y yo subí al auto junto a Nico.  

Samuel: hijo mío tenemos una cita... y por primera vez no es en pediatría- sonreí mirando como mi bebé dormía a través del espejo retrovisor. Inocente a la alegría que yo estaba sintiendo en éste momento.  

Los días pasaron muy rápido sin embargo no podía sacarme de la cabeza esa hermosa sonrisa ni su piel clara. Su aroma y el color de su cabello permanecieron en mí durante toda la semana.   

No tenía ninguna manera de hablar con ella. El idiota de Samuel olvidó pedirle su teléfono y me golpeaba mentalmente por eso.  

El viernes llegó y por fortuna Sara pudo venir a ayudarme con Nico, por lo que cuando llegué del trabajo él ya estaba bañado, vestido y suavemente perfumado.  

Samuel: uy pero guapo… no querrás bajarme a la chica ¿verdad?- dije cargándolo, él sólo sonreía.  

Sara: ¿verdad que está precioso?- dijo entrando a la habitación- anda.. ya tienes tu ropa lista sobre la cama- miró el reloj en su muñeca- dúchate rápido y vístete.  

Samuel: ¿de qué hablas?... Ya estoy listo- ella me miró horrorizada de pies a cabeza.   

Llevaba puesto unos jeans de mezclilla y una playera azul tipo polo. Normalmente iba vestido en traje impecable al trabajo, como cualquier arquitecto.  
Pero hoy tenía que supervisar la obra y el smoking y zapatos finos no ligan con el polvo y la arena de una obra en construcción.  

Sara: ay no Samuel… ¿como crees? Es la primera chica con la que sales desde que llegó Nico, además resulta que no se interesa sólo en tu dinero como las lagartonas que te persiguen… y sobre todo le interesa Nico, y déjame decirte que es muy complicado encontrar a una mujer así- se acercó a mí amenazante- y si la dejas ir Samuelito… te golpearé… y ya dame a mi niño que lo vas a ensuciar- dijo tomando a Nico de mis brazos- rápido a la ducha y a ponerse guapo… - me apresuró caminando detrás de mí hasta llegar a mi habitación.  

Me duche rápido y me vestí con lo que Sara preparó. Salí de la habitación abrochando el último botón de mi camisa, la planta alta estaba en silencio total.   

Bajé a la cocina con cuidado y ahí estaba Sara con Nico sobre su brazo derecho y preparando su biberón con su mano libre.  

Sara: así como lo escuchas principito… tu papi está muy feliz con su cita de hoy… hace tiempo que no lo veo sonreír como lo hace hoy y déjame decirte que desde que supo que venías no salió con nadie y conociéndolo ya es bastante sacrificio- soltó una leve risa y yo recargue mi hombro en la pared sonriendo- tienes que ser un buen bebé… aunque yo sé que siempre eres un encanto… trata de no enamorarla tanto ¿ok?... la cita es para papá, deja que al menos se fije en él- como si Nico entendiera sonrió y estiró sus piernitas.  

Samuel: ¿hablando mal de mí?- dije desde el marco de la puerta, ella giró y me sonrió.  

Sara: un poco… pero que guapo- se acercó a mí- ush que afortunada... tener una cita con dos hombres guapos en una sola noche…  

Samuel: si quieres nos quedamos y…- me acerqué a su ella.  
Comenzó a reír y apartó su rostro.  

Sara: buen intento Samuelito pero no tienes tanta suerte… además mi Danielito llegará pronto- el timbre sonó- ahí está… - dijo con una enorme sonrisa.  

Se dirigió a la puerta.  

Samuel: oye… oye… dame a mi bebé, no quiero que vea ese tipo de muestras de afecto que Daniel y tú acostumbran- ella rodó los ojos y me entregó a Nico para después salir corriendo hacia la puerta.  

Tomé la maleta de Nico y caminé a la entrada donde se encontraba Sara besando a mi amigo. Se separaron y me miraron sonriendo.  

Daniel: vaya, veo que es en serio… - dijo burlón.  

Samuel: creo que se lo están tomando demasiado bien, apenas la conocí, la he visto un par de minutos y sólo será un inocente café… de amigos.  

Sara: claro- dijo sospechosa.  
Daniel tomó a Nico en sus brazos.  

Sara: ¿llevas todo?- me preguntó.  

Samuel: si mamá- dije burlón.  

Sara: es en serio Samuel ¿biberón? ¿Pañales? ¿Una manta? ¿Las llaves del auto?...  

Daniel: ¿condones?- dijo tranquilo  

Samuel y Sara: ¡Daniel!  

Daniel: ¿que? Son necesarios, no queremos hermanitos por ahora, verdad campeón… - dijo viendo a Nico quien estaba durmiendo en sus brazos.  

Samuel: son un peligro para mi hijo- lo tomé de sus brazos- bueno vámonos- ambos me miraron- rápido, no quiero que hagan de mi casa un hotel… de nuevo- Daniel rió y Sara se sonrojó  

Sara: ¡ay Samuel!- tomó su bolso y salió de la mano de Daniel.  

Samuel: Sara- se giró a verme- gracias- sonreí.  
Ella me mostró sus dedos cruzados.  

Sara: suerte- dijo sonriendo y subió al auto, mi amigo cerró su puerta y se despidió con la mano para después subir al auto y arrancar.  

Coloqué a Nico en la silla del auto y conduje hasta la dirección que Victoria me había dado.   
Estaba nervioso pero sobre todo ansioso por volver a verla.   

Mis manos sudaban y mi corazón iba desbocado.