Capítulo 6

Un mes después 

Hoy por la mañana desperté con un fuerte dolor de cabeza, por lo que decidí no ir a trabajar. Por suerte era viernes y ya había terminado con los pendientes de la semana. 

Había algo que me preocupaba y era Nico, Sara estaba de viaje con Daniel por lo que necesitaba buscar una niñera, al menos hasta saber que lo que tengo no sea contagioso para él. 

Llame a todas las niñeras que conocía pero ya todas estaban empleadas para ese fin de semana.  

Después de agotar mis opciones llamé a Victoria, ella debe conocer alguna niñera o por lo menos alguna guardería. 

Victoria: Hola Samuel ¿cómo estás? 

Samuel: Hola, no muy bien. Necesito un favor… - comencé a marearme y parece que en mi voz estaba algo extraña porque ella lo notó. 

Victoria : ¿qué pasa Samuel? ¿Estás bien?- preguntó preocupada- ¿Nico está bien? 

Samuel: si, él está bien. Me siento un poco mal y quería saber si conoces alguna niñera que se pueda ocupar de Nico, al menos hasta saber que no lo contagiaré. 

Victoria: claro que si Samuel. No te preocupes ya mismo voy para tu casa. 

Samuel: no hace falta, solo- me mareé de nuevo- sólo pásame su número y yo la contacto. 

Victoria: yo la llevo, no te preocupes. 

Me acerqué a la habitación de Nico y desde la puerta comprobé que seguía durmiendo. Minutos después escuché el timbre y bajé a abrir. 

Victoria: ¡santo Dios Samuel!- dijo entrando y acariciando mi rostro- estás muy pálido, ven siéntate- me llevó hasta el sofá y me senté en él. 

Samuel: ¿y la niñera? 

Victoria: yo seré la niñera y no acepto negativas- dijo decidida y sonreí. 

Samuel: Victoria... Por favor revisa a Nico- dije tomando su mano- ya casi es hora de su biberón. 

Victoria: claro, tranquilo... Debes recostarte ¿puedes ir a tu habitación?- asentí- muy bien, sube con cuidado, yo voy por Nico y llamo a un médico. 
Samuel: no hace falta...  

Victoria: es que no te pregunté, lo voy a llamar… - asentí sonriendo, no había manera de hacerla cambiar de opinión. 

Samuel: gracias Victoria. 

La preocupación que vi en su mirada y la manera en como subió las escaleras casi corriendo cuando escuchamos a Nico llorar me erizaba la piel. 

Ella realmente se preocupaba por nosotros y sobre todo por Nicolás. 

No sabía lo que sentía por ella, puede ser cariño de simples amigos o amor, lo único que sabía era que ese sentimiento estaba creciendo con cada sonrisa de ella, cada que me miraba mi corazón latía desbocado. Mi piel se erizaba y mis manos temblaban sin parar. 

Subí a mi habitación y minutos después escuché que golpeaban mi puerta. 

Samuel: pasa...- dije entrando en la cama. 

Victoria: Nico está bien, lo noté muy animado así que no creo que enferme. Ya volvió a dormir. 

Samuel: gracias Victoria 

Victoria: ¿cómo te sientes?- se sentó junto a mí y colocó una mano en mi frente- ya no te ves tan mal. 

Samuel: te dije que no hacía falta llamar al médico, ya estoy mejor- sonreí. 

Victoria: nada de eso... de hecho venía para saber si tenias algún médico de preferencia. 

Samuel: Victoria, de verdad yo...- ella me miró fijamente. Suspiré resignado- en mi agenda está el número de mi médico- ella sonrió. 

Victoria: muy bien- salió de la habitación como una niña pequeña que acababa de conseguir lo que quería. 

Media hora después el médico llegó y después de una amplia revisión dijo que lo que tenía solamente fue una descompensación debido a tanto estrés y malos cuidados. Me recetó unas vitaminas y sobre todo mucho reposo, al menos por el resto del fin de semana. 

Victoria se quedó con nosotros, de vez en cuando venía a mi habitación a traerme comida o simplemente a ver cómo me sentía. 

Estaba tranquilo sabiendo que mi hijo estaba en buenas manos. La escuché en la habitación de Nico, jugando y haciéndolo reír.  

También entraba a mi habitación cuando ella creía que yo dormía, me acariciaba la mejilla y tomaba mi mano, incluso llegó a besarme la mejilla y la comisura de los labios para después decirme que me quería.  
Cuando ella salía de la habitación yo sonreía como un tonto acariciando el lugar exacto donde sus labios habían tocado mi piel. 

 

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