Cambio Radical

Capítulo 35

 

La eterna reunión al fin había terminado, me dirigía a mi oficina cuando me crucé con Daniel y Mauricio en el pasillo.

 

Mauricio: ¿Qué tal fue todo?- me preguntó mientras caminábamos a la oficina de Daniel.

 

Samuel: súper bien, parece que ya todo está concretado y sólo faltan los últimos detalles de estructura - entramos a la oficina- ¿Qué tal fue la convivencia?

 

Daniel: bien, parece que Miranda estaba en son de paz y Nico se divirtió jugando con ella

 

Mauricio: ¿Miranda Fuentes?- dijo sorprendido-  Me parece increíble

 

Samuel: a mí también- dije pensativo- ¿los llevaste a casa?

 

Daniel: si Samuel- dijo rodando los ojos- déjalos respirar un poco de ti amigo- dijo sonriendo.

 

Samuel: creo que no estaré tranquilo hasta que tenga la custodia definitiva de Nicolás y cuando Francisco ya no sea un peligro para nosotros.

 

Daniel: Tienes razón ¿aún no saben nada de él?

 

Samuel: hasta ahora parece que no tiene ganas de molestar… aunque… - me quedé pensando.

 

Daniel: ¿Qué pasa?

 

Samuel: ayer por la mañana alguien llamaba a Victoria muy insistente, pero era un número desconocido, hoy por la mañana volvió a llamar y contesté antes de que se diera cuenta pero nadie respondió.

 

Mauricio: ¿recuerdas el número?

 

Samuel: lo guardé en mi celular por si acaso- le pasé el número- ¿para qué lo necesitas?

 

Daniel: ¿no me digas que lo vas a rastrear?- dijo alegre.

 

Mauricio: amigo, en ese tiempo en Estados Unidos conocí muchas personas, es cuestión de algunas llamadas- dijo orgulloso y nosotros reímos.

 

Samuel: bueno pues vamos a trabajar, que quiero regresar temprano a casa- me levanté de la silla.

 

Mauricio: si jefe- dijo alegre y yo reí.

 

Pasada la hora de comida al fin había terminado mis pendientes en la empresa, revise mi agenda de mañana con Ana y sólo tenía una reunión con un inversionista por la mañana.

 

Estaba por salir de mi oficina cuando Martín Hernández, el padre de Giovanna estaba saliendo del ascensor.

 

Samuel: Señor Hernández ¿Cómo está?- dije sonriendo y estrechando su mano.

 

Martín: muy bien muchacho, bueno lo mejor que puede estar un anciano- dijo riendo.

 

Samuel: me alegro, ¿Qué lo trae por acá? Hace mucho tiempo que no nos veíamos.

 

Martín: pues nada, vengo a ver cómo van los negocios, he estado un poco alejado de mis proyectos y quiero revisar los avances personalmente.

 

Samuel: claro que sí, ya estaba por irme pero prefiero atenderlo personalmente.

 

Martín: pues muchas gracias Samuel.

 

Le cedí el paso hasta mi oficina y al entrar él se sentó frente a mi escritorio, encendí mi computadora.

 

Revisé con él los resultados de los últimos periodos de la constructora y él se mostró muy conforme con lo que habíamos obtenido.

 

Samuel: … como ve las utilidades han aumentado los últimos meses y el precio de nuestras acciones en bolsa aumentó bastante.

 

Martín: vaya hijo… debo admitir que al principio no confiaba en que lograrías levantar la empresa de tu padre y te confieso que fui uno de los que consideraron retirar su inversión cuando él murió.

 

Samuel: gracias señor, aunque no puedo llevarme todo el crédito, todos aquí nos esforzamos para hacer bien nuestro trabajo y que la constructora crezca cada día.

 

Martín: de verdad muchacho que me hubiera gustado que mi hija tuviera esa pasión por los negocios, pero a ella nunca le intereso y bueno ahora con su embarazo mucho menos…

 

Tragué saliva de golpe, Giovanna estaba embarazada.

 

La sangre abandonó mi rostro y comencé a hacer cuentas mentalmente, es posible que ese bebé sea producto de aquel día en la sala de juntas y si era así ese niño era mi hijo, mi respiración se aceleró y mi cuerpo traspiraba, me aclaré la garganta y traté de hablar lo más normal que pude.

 

Samuel: ¿Giovanna está embarazada? No lo sabía.

 

Martín: si, bueno ella trató de ocultarlo por un tiempo pero obviamente nos enteramos, ella regresó de su viaje y ahora está en nuestra casa mientras…

 

Alguien golpeó la puerta y mi amigo entró como mi salvador.

 

Daniel: lo siento, no sabía que estabas ocupado- trató de salir.

 

Samuel: no Daniel espera…- me levanté y me acerque a mi amigo- quiero presentarte al señor Hernández, uno de nuestros inversionistas, señor él es Daniel Herrera nuestro abogado corporativo- ellos estrecharon su mano.

 

Martín: todo un gusto licenciado- miró su reloj- discúlpenme muchachos pero tengo que irme, ya saben que no se puede cancelar una comida familiar- dijo sonriendo y Daniel hizo lo mismo mientras yo trataba de respirar normalmente- nos veremos pronto.

 

Se despidió de nosotros y salió de mi oficina.

 

Regresé frente a mi escritorio y me senté ahí cubriendo mi rostro.

 

Daniel: es un señor muy agradable- se sentó frente a mí y me miró confundido- ¿Qué te pasa?

 

Samuel: Giovanna está embarazada- susurré.

 

Daniel: pero y eso…- me miró comprendiendo mi preocupación- vaya…- susurró- ¿puede ser…?

 

Samuel: no lo sé, tal vez si…- pasé mis manos por mi rostro- ¿Qué voy a hacer?... soy un imbécil

 

Daniel: tienes que hablar con ella, tal vez todo sea una confusión…

 

Samuel: ¿y si es mío?... Daniel yo no puedo dejar así nada más a mi hijo.

 

Daniel: no hagas nada hasta saber realmente lo que pasa, le diré a Ana que la contacte y hablas con ella ¿ok?- asentí- tranquilo amigo… - dijo palmeando mi espalda y salió de mi oficina.



#4455 en Novela romántica

En el texto hay: familia, amor, padre

Editado: 06.07.2020

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