Cambios de rumbo.

Poeta virtual.

No debería haberse entregado de esa forma a alguien que nunca conoció, siempre queda el "no debería", pero qué sabe uno que no a sentido los latidos descontrolados que ella debió sentir por él. 
Se conocieron en un grupo de intercambio de poesía, mucho sentir, mucho escribir y fingir, los poetas tienen eso, casi nunca se muestran como son. 
La enamoró con sus poemas y la hizo suya verso a verso, así hasta que ella perdió la razón por ese hombre tan atento. ¿Qué podía salir mal?
Empezando por su asesinato, desaparición y ultraje de su alma... Quién lo iba a decir, tan atento que era, tan diferente y romántico. 
Empezaron a escribirse luego de que ella le comentara uno de sus poemas, un: hermoso escrito. Mucho sentimiento. 
Hablaban siempre, los mensajes constantes y las promesas de amor eterno no faltaron. 
Todo hubiera sido de novela si no se hubieran encontrado, pero así es el destino o las decisiones de esos dioses de la muerte que gobiernan el universo. 
Fue una tarde fría de mayo, el invierno arreciaba con mayor fuerza que los años anteriores; él fue con su mejor sonrisa y ella con el amor a flor de piel que sentía, se encontraron y hablaron un largo rato, luego decidieron ir a un lugar más privado. Ambos eran poetas, y creían entender el fundamento del amor. 
Llegaron a un hotel, ya en la habitación él empezó a besarla y tocarla pero ella nunca había tenido sexo y se negó a seguir, por más suplicas no pudo convencerla. 
Entonces, despertó el demonio que llevaba dentro y se transformó. Sus ojos eran fuego fatuo llenos de recuerdos de tiempos inmemoriales cuando el hombre aun andaba a cuatro patas. 
La golpeó y ella no supo que hacer, todo la tomó por sorpresa que sus gritos se ahogaron en la garganta, luego la desvistió con violencia y la hizo suya como un animal sin consciencia. 
Ella ya no sentía nada, su cerebro hizo que se desconectara y de tanto dolor y sorpresa se quedó en silencio. 
No contento con haberla ultrajado, tomó una almohada y se la puso en el rostro y empezó a ejercer presión hasta que ella exhaló su último suspiro. 
Salió apresurado de la habitación y desapareció entre la multitud, entonces empezó a huir. Quizá era un demonio, un animal que se convirtió en hombre o un ser oscuro porque nadie volvió a saber nada de él.




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