Quizás el no ser iguales les hizo enamorarse, al ser polos opuestos lograron hacer arder la llama de la ilusión que contiene al amor.
Ella nunca había estado sola, siempre había tenido a alguien diciéndole que todo iría bien, su belleza la hacía ser deseada por cuanto hombre se llegara a cruzar por su vida.
Él en cambio, había tenido que calmar su llanto de desamor solo, algunas veces los cigarrillos le hacían compañía y había entendido hace tiempo que las personas como él tenían dos opciones: la primera era quedarse quejándose y no salir de su tristeza hasta hundirse lentamente en una vida sin rumbo; la otra era secarse las lágrimas y salir por algo al mundo, en el camino encontraría algo o a alguien que le ayudara a sobrellevar la existencia.
Un alma que nunca a conocido el frío de la soledad es muy vanidosa, eso le pasaba a ella, ser admirada era todo lo que deseaba, el deseo de otros aumentaba su ego.
El día que se encontraron ella iba rumbo al trabajo, era psicologa en una importante empresa de modelaje, quizá contratada por su imagen más que por sus conocimientos.
En el anden la gente estaba dispersa, esperando el siguiente tren, ella sacó su celular e ingreso a sus redes sociales, hacía una hora antes de salir había subido su última foto a sus redes sociales y ya pasaba los dos mil me gusta.
De improvisó él apareció, llevaba el pelo largo y audifonos, pasó delante sin mirarla y eso hizo que ella frunciera el ceño, y se apresuró a sacar el espejo que llevaba en el bolso, se miró cuidadosamente y se vio tan hermosa como siempre. Más personas empezaron a llegar y siempre volteaban a mirarla, pero el chico de a lado seguía distraído a sus encantos.
¿Cómo era posible?
Luego de unos minutos llegó el tren y todos se apresuraron a subir. El joven desaliñado subió delante y fue a sentarse al fondo del vagón sin prestarle la mínima atención.
En la estación que debía bajar se apresuró a la salida, ya que iba unos minutos tarde, en la salida volteó y se dio cuenta que el joven extraño venía detrás de ella. Pero seguía preocupándose solo en ver donde pisaba. Era como si ella ni estuviera, en la universidad había aprendido que los humanos no pueden resistirse a lo bello, ¿Qué clase de ser era aquel que la ignoraba?
Además, ni atractivo es. - Se dijo,- No debería ponerme así por alguien tan ordinario.
Pero aquel día no pudo sacar ese acontecimiento de su mente.
A las 5:30 de la tarde salió de la oficina, y se dirigió a la estación en la que ya estaba el hombre que le había quitado los pensamientos.
Llamaré su atención de alguna manera. -Pensó.
Se acercó y se sentó a su lado y le preguntó la hora.
Él levanto los ojos y sus miradas se estrellaron y ella se estremecio al ver aquellos ojos oscuros. Su mirada era la de un ser que ya no esperaba nada y lo tenía todo, al menos lo necesario para vivir.
Son 5:45. - Respondió él.
Gracias. - Dijo. Estaba conmocionada, nunca en su vida se había sentido intimidada por nadie, al contrario ella había hecho tartamudear a más de uno.
Llegó el tren 5 minutos después y ambos se precipitaron a la puerta, ella ingresó primero y se sentó cerca de la salida, él se fue al fondo.
En aquel momento pasó por la mente de ella acercarse y averiguar quién era aquel tipo, sus piernas se movieron y de pronto estuvo sentada a su lado.
¿Tú no eres de por acá?
Él alzó los ojos y dijo: no, soy nuevo, trabajo en una libreria a tres cuadras de esta estación, hoy fue mi primer día.
Eso es genial, a mí me encantan los libros.
Sí, es algo temporal, hasta que me responda alguna editorial para publicar mi primer libro.
Eso es impresionante.
¿Qué?
El escribir, eres escritor, ¿No?
Aprendo cada día y me falta mucho, editorial por ejemplo. - Respondió con una sonrisa y ella no pudo evitar sonreír.
¿De qué va tu libro? Me lo dices, o es secreto.
Va de encuentros, de cambios, de juegos que se aparejan, de cobros por dañar a otros. Pasa que no soy bueno para las explicaciones, el día que salga si seguimos hablando me encargaré de enviarte una copia.
Oh, eso sería genial.
¿Tú que haces, a qué te dedicas?
Trabajo en recursos humanos en una empresa de modelos.
Oh, con la belleza.
¿Con la belleza?, esperaba un cumplido, algo como: ya veo por lo bella que eres, eso le decían todos.
Sí. - Dijo ella.
¿Sabes que la belleza cambia?
No, no lo he pensado.
No es atractivo lo mismo para todos. - Dijo él.