En la calle me dirigí a un lugar donde rentaban apartamentos, y alquilé uno. Aunque no era nada barato, el guardia armado que había en la entrada del edificio me daba seguridad.
Unos días después hablé con mi hermano por telegram, me dijo que se había postulado a varios cargos públicos, y no había sido seleccionado en ninguno, por lo que había tenido que quedarse a vivir con mi madre, y convertirse en su abogado personal.