Capítulo 3: Las deudas se pagan

Me colgaron, la extraña voz de ayer me colgó; no sabía quien era ni en donde nos teníamos que ver.
Sentí miedo, no tenía el dinero. Apenas mi madre logró conseguir el dinero del hospital y no quería hacerla sentir más presionada y más de unos extraños.
Necesitaba conseguir el dinero sea como sea, pero... Solo tenía dos horas. ¿Y si no voy? ¿Y si voy y le digo que me espere? ¿Y si me asesina y así paga la deuda? Tenía tantas ideas, unas más reales que otras, pero ninguna servirá. 
Estuve durante un tiempo pensando como pagar la dichosa deuda y lo que me podria pasar si no lo hacía, pensé tanto que no me di cuenta de que ya había pasado el tiempo límite y nuevamente recibía una llamada.

—¿Chris Johnson?— preguntó una voz igualmente extraña.

—Sí, soy yo. ¿Quién habla?— contesté.

—Soy el Señor Watson. ¡Y necesito mis 250 mil dólares ya!—. Gritó.

—No, no tengo dinero, señor. Apenas pude juntar 5 mil 200 dólares. ¿Le sirve?— volví a preguntar con la voz temblorosa y esperando su peor respuesta.

—Sí, por ahora me sirve. Pero necesito que me los des lo más pronto posible. Te diré donde nos vamos a ver por mensaje de texto—. Terminó y colgó.

Creí que no los aceptaría por lo poco que es pero... Nada me hizo sospechar lo estaría a punto de pasar.

"Ring", "ring", "ring". Volvió a sonar mi celular con un nuevo mensaje de texto:
"Niño, te veré en el callejón oscuro que esta a tres cuadras de tu casa. Ve solo. No le digas a nadie más, porque te observo. Nos vemos en 15 minutos con mi dinero".

—Okey, se ve mal pero entiendo que solo quiere privacidad y no le gusta el ruido— supuse y me puse a caminar solo. Llevaba una camiseta oscura con un jean negro y una sudadera también negra, me puse una cadena y mi gorra para ir al macabro lugar. 
¿Un gran error? No decirle a nadie más a donde iba.
Al llegar al lugar, solo ví una camioneta negra y a  dos tipos bajarse con dos palos de béisbol. Vinieron exactamente para mí y me metieron a la camioneta. Me golpearon la cabeza y me vendaron los ojos. No sé cuanto tiempo transcurrió pero al despertar, me quitaron una venda de los ojos y me bajaron a golpes a un terreno baldío. Estaba cerca de mi casa, pues conocía el lugar.

Vi a un hombre sacando un arma y apuntando en mi frente dijo:

—¿Sabes, Chris? Te conozco, desde niño supe de ti... Tu padre me pidió ser tu padrino pero me negué por algunas razones. Tu padre y yo fuimos buenos amigos y le ayudé a pagar una deuda que tenía y a cambio, yo sería el dueño de tu empresa. ¿Qué irónico, no? Necesito el dinero del chico al que no le quise dar dinero.— dijo y uno de sus hombres me dió el primer golpe en mi vientre.
Escupí sangre pero el señor se rió y siguió.
—Tu padre siempre dijo "Si una deuda no se paga con dinero, se paga con la sangre del deudor" y justo esa frase es la que usaré ahora. Cómo el dijo... "Las deudas siempre se pagan".— volvió a terminar y el segundo hombre me dió otro golpe en el vientre.
—Mira, no te mataré, no quiero ensuciarme de sangre innecesariamente pero, tu hermano es mi ahijado y le prometí que tú empresa sería suya, así que se la debes de dar... O un accidente te podría pasar... Tienes 3 días para pensarlo y aquí nos volveremos a ver— con esto terminó y tomándome de mis brazos, me dieron una golpiza hasta dejarme medio muerto y tirado en frente de mi casa.

Como pude logré entrar y desmayé ahí dentro. Después, desperté en mi cama, a lado mi madre, mis dos hermanos, mi mejor amigo y mi novia. Ellos intentaron despertarme hasta que lo logré. Me dieron un vaso de agua y tome una pastilla para el dolor. Un médico ya me había visto y dijo que solo eran heridas y con unos pocos medicamentos sanaría y estaría como nuevo.
No hable con nadie, no sentía fuerza para siquiera, moverme. Solo tome agua y volví a dormir.

Al siguiente día, fui a la habitación de mi madre.

—Madre, ¿Estás despierta? Me duele mucho mi brazo y desde ayer no ha mejorado. ¡Siento mucho dolor!— exclamé y despertando, fuimos al hospital.

El doctor me revisó.

—Buenos días, joven y señora Jhonson. Su hijo tiene los brazos fracturados, y no podrá hacer ningún movimiento por algunas semanas. Tal vez tarde dos o tres en sanar si sigue los pasos que le diré.— dijo el doctor y mi madre dijo que saliera un momento.
Me quedé pensando en como estaría ahora si no hubiera asistido ayer con el extraño señor. Intenté calmarme pero una ansiedad me gano y comencé a gritar dentro del hospital.

—¡Esto ha sido mi culpa! ¡Gracias a mi, ahora soy un inválido! ¡Si tan solo ayer hubiera pensado más mis acciones no estaría aquí ahora!— grité lo más fuerte que pude. ¿Mi ansiedad habría vuelto a mi? ¿Volveré a ir con psicólogos? Me estaba atormentando demasiado, me aterraban los hospitales y volver a uno siempre me ponía mal.
Pasaron cerca de 15 minutos, cuando finalmente salió mi mamá del consultorio y nos fuimos para nuestra casa.

—Madre, ¿por qué tardaste tanto? ¿de qué hablaron?— pregunté nervioso, pues la ansiedad no se había calmado.

—Nada importante hijo, solo sobre tus medicamentos y los horarios. No vas a poder ir a la universidad por dos semanas en lo que tus fracturan sanan. Así que necesitarás la fuerza y también la ayuda de Esther y James para tus apuntes— me contestó mi madre muy tranquila. —Ah, ahora que recuerdo. También volverás a terapias con tu psicóloga, de hace algunos años, ¿La recuerdas? Ya hablé con ella y está feliz de tenerte nuevamente— finalizó y llegando a mi casa, se estacionó.

Yo estaba en shock por todo lo que me había dicho. "¡Esther se va ir de mi lado, igual que James!" empecé a balbucear mientras mis ojos se estaban perdiendo.

Pero... ¿Por qué me pasa esto? Te puedes estar preguntando.
Yo ya tuve depresión y ansiedad y sufrí lo peor, casi me estaba suicidando. Todo mi pasado es como si regresara. Mis traumas con mi padre y ahora los que me hizo la psicóloga, además de que a Esther y a James le dan igual si yo me estoy muriendo o no, ¡Ninguno fue a visitarme cuando estuve en el hospital! ¡Ninguno fue a ver cómo estaba cuando me dieron de alta! 
Solo tengo miedo de que vuelva a caer como caí antes... Y no quiero lo mismo.
Creo que ahora me voy a enfocar en despejar mi mente con algún deporte e intentaré no estar solo o no perder el control estando solo porque no quiero lastimar a nadie...