Caminar a través del dolor

30 de Agosto 2021

Es lunes 5:30 am, me levanto, empaco algunas cosas en la maleta, me baño, arreglo un poco, desayuno avena con pan, tomo mis documentos, algo de dinero, me despido de Ágata mi gata y salgo a esperar el bus que me llevara, llueve a cantaros y no pasa ningún bus, así que me devuelvo y a punta de monedas logro reunir $10.000, pues como iba a tomar el bus y mi tarjeta tenía saldo no necesitaba sacar dinero extra. Salgo, con menos tiempo y pido que por nada del mundo pierda el avión, Copito me espera y no le fallaré, le hago la parada a un taxi, le pregunto "¿cuánto me cobra hasta el terminar?" y responde que lo que marque el taximetro, lo único que pienso es que es obvio pero yo no tengo plata de sobra para esperar el valor final, así que mi cara lo dice todo, el señor se compadece y me dice "¿cuánto tiene señorita?" a lo que respondo que $10.000 y me hace un movimiento con la cabeza indicando que me suba, le agradezco y acción seguida me subo apresuradamente. 

Empezamos el camino, es tarde y tengo miedo de perder el vuelo, llego al terminal compro el pasaje hasta el aeropuerto, le pregunto a la señorita "¿cuánto se demora en salir?" me dice 20 minutos, me digo a mi misma que no llegaré, que me dejará al bus, triste, me doy la vuelta y abordo el bus, me siento, le pido al un Dios, cualquiera y de cualquier forma, pues no me considero cristiana-católica practicante y demasiado cuestionable para ello. 

Por arte de ese Dios las personas empiezan a abordar con rapidez y se llena el bus 5 minutos antes de lo pactado, por lo que el conductor bacila para subirse y mi cabeza lo impulsa a subirse YA, lo hace y arranca, va lento bajo mi perspectiva, pues con ansiedad y afán todo se vuelve más lento. Son las 6:50am y entra al aeropuerto, el vuelo sale a las 7:30am, pero no logré hacer mi check in la noche anterior, por lo que no puedo pasar a sala. Me bajo del bus.y corro, llego al estante de la aerolínea, le comento la situación y noto que no soy la única pues 3 personas más han tenido problemas, a lo que a todas nos responde que no es posible hacer nada que llamemos para solución. Dentro de mí le preguntaba a ese Dios porque no me permitía llegar, qué pasaba que no podía hacer lo que siempre hacia sin ningun inconveniente, uno de los señores pasajeros, evade a la señorita inservible, logra solucionar y me hace señas...bueno quizá ese Dios si estaba allí, me acerco, le comento mi situación y me dice que por la hora debo pagar un excedente y le digo que si el caso es llegar.

Registra mi pase de abordar, le paso mi tarjeta, la pasa y me dice que mis fondos son insuficientes, recordé que no tenía un peso, así que le pedí que confiara en mí y apenas llegara a Bogotá le pagaría el valor, se niega, logro convenserla me da el pase y salgo corriendo, llego y para mi fortuna no han empezado el abordaje.

Me subo, acomodo el asiento, saco un libro para empezarlo y en la mitad del relato, levanto la mirada y de solo pensar para que estoy viajando, mis ojos se llenan de lagrimas, se desborda, la asafata me mira con intriga, pero el tapabocas lo absorve. Le pido a ese Dios que sea solo un susto y que Copito este bien, pienso en que mejorará cuando me sienta cerca. Llego, tomo un taxi, llego a mi casa descargo saludo, trato de evadir verlo y cuando por fin me decido, subo despacio como solía hacer hasta que el me viera u oliera y empezaba a mover su cola y pedirme amor, mucho amor. 

Para mi sorpresa, me pasa de largo, lo veo tambaleandose, con un semblante pésimo, con dolor al caminar y totalmente desubicado, me acerco le hablo lo toco y no me reconoce, me tira y se aleja con miedo. Me rompe el alma, es mi gran amor, es mi mejor amigo en el mundo y ya no esta, lo veo pero no es él, lo toco y no lo siento presente, se ha ido, se ha ido sin mi, me ha dejado. Se me escurren las lagrimas, no lo creo, estoy en shock, bajo por galletas, sus galletas favoritas, intento, solo esta cerca si no lo toco y le doy galletas, las galletas se acaban y él se aleja. Todo lo que soñe no lo haré, no me reconoce, le duele solamente que lo toquen no resistirá, ni querrá ir al parque me arrodillo, lo sigo por la casa, pero no, no sabe quién soy, ni le importa.

Les digo a mi familia que su muerte será ese día, que no merece sufrir más, que hablare con el veterinario, mi mamá me dice que no lo haga que espere, que lo piense mejor, luego vamos juntas a verlo y le digo no puedo verlo así, le prometí que no lo dejaría sufrir, será a la 1 pm, lloro y me dirigo a arreglar las cosas que necesitaremos luego para enterrarlo, para lo cual toda mi familia dice asobrada "¿enterrarlo?" , pues en aquel momento donde habiamos tocado el tema siempre se habló de cremación. Pero he decidido que no quiero que se aleje de mí, quiero poder sembrar una flor que me recuerde a él cada vez que florezca, renazca, lo tomo quizá alguna manera de honrar su vida y lo hermoso que es su presencia en la casa. 

A la 1:00pm llega el veterinario, mientras yo abro algo del hueco en el jardín donde será enterrado. Lo hago seguir, saluda respetuosamente, sube al segundo piso, me pregunta si estoy segura, a lo que con lagrimas en los ojos contesto que si. Me dice que no es una desición fácil y que soy valiente al tomarla, ve a copito lo ve aún más deteriorado que el día de la consulta y lo ve agresivo. Me dice que lo alce, me acerco a él me muerde, yo lo ignoro y lo tomo en brazos envuelto en la cobija que solía dormir. 

Nos sentamos en la sala, el veterinario alista las cosas, ,me explica el procedimiento, el farmaco que usará , me pide que le descubra una patica, me despido de él, le digo cosas, le agradezco, le digo cuánto lo amo. Saco la patica en donde le inyecta un poco del medicamento, suficiente dosis para su muerte rápida. Pasan unos minutos, aún respira, parece que duerme, lo contemplo y entre mi desesperación le pregunto por qué aún no muere, a él también se le hace extraño y decide aplicarle otro poco, luego concluimos que por el daño en sus sistemas quizá lo metaboliza lento, me preocupo pues no quiero que sienta nada, solo que duerma y duerma para siempre. Así que manda traer una maquina especial, que facilite la aplicación del medicamento y aúmenta la dosis, los minutos se me hacen horas y solo siento que quizá no era el momento, que quizá no debí a lo que mi mente rapidamente rechaza tal idea. 



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En el texto hay: esperanza, vida real, proceso de superacion

Editado: 11.11.2021

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