Había cuatro hombres parados a cada puerta principal, fue cuando Ana dejo de hablar y ver a Gyeuol la misma también había callado dos hombres uno frente a otro cada uno abrió una puerta diferente entonces sabían que debían separarse la duda se sembró en cada una porque a pesar de que Gyeuol quería alejarse de Ana aquello no le daba buena espina, pero termino haciéndolo. En el salón donde Ana había ingresado no había nadie conocido, ni del cabello se le asemejaba alguien de su salón o de los que posiblemente estuvieron aquel día sábado. Temerosa busco un lugar cercano a la puerta, pero solo observó uno junto a la pared cinco sillas atrás y solo había hombres, camino a pasos torpes pero apresurados y cuando llego al lugar apenas pudo sentir un rose en su pierna indicándole que trataron de levantar su falda. Coloco su mochila en la butaca y rápido oculto ahí su rostro tratando de aguantar las lágrimas. Apenas cinco personas había en ese salón donde Gyeuol estaba igual ninguna conocida se sentó cerca de la puerta, cruzando sus piernas y moviendo su pie al aire impaciente, no sabía cómo eran los castigos ahí y si los que estaban ahí eran los maestros tratando de separar a los amigos que claramente no dejaban el desastre a un lado, pero si sabía que estaba preocupada por esa mocosa que no se le había separado desde que llegaron y sus palabras llegaron a su mente "trataron de abusar de mí" le había dicho en todo lo que llevaban juntas que no se dejara de nadie, pero no sabía cómo era Ana y si le haría caso a lo que le dijo la próxima vez que intentasen algo con ella. Para los chicos tampoco era fácil, NamJoon no quería ir o que alguno se presentase, pero el hecho de faltar decía claramente que también se presentarían el fin de semana, y no que estar más tiempo ahí, el plan estaba claro aparentarían que no había pasado nada y tratarían de evitar encontrarse con cualquiera que hubiera presenciando también aquello. Pero no contaba con que fueran a separar a todos al igual que Gyeuol y Ana, igual que Chantal y Vaneza, igual que Rebeca y Mabel.
Estaba todo bien, claro que era lo que quería pensar cualquiera de ellos, era la tercera hora y seguían anotando plana tras plana el reglamento de la escuela, no había de que preocuparse sus paranoias habían sido en vano. Claro hasta que salieron los maestros entonces pareciera que los salones habían disminuido su luz, la atmósfera se sentía tensa, no, no habían sido paranoias, pero aun así se quisieron mantener pasivos ante los tipos que ahora los miraban como si fueran apestados, como si tuvieran la peor enfermedad contagiosa del mundo.
- ¿Y bien cual me habías dicho que era tu nombre? - no conocía la voz, no recordaba la otra voz, pero era la misma sensación a la cuando había llegado a PORS, y de nuevo quiso solo ignorar pensando que se detendrían. Y obviamente no fue así porque una mano se acercó tratando de tocar su cara y entonces la alejaría rápidamente con su mano - ¡NO VUELVAS HACER ESO! - aquel tipo enfermizo había estallado al ser rechazado de esa forma.
En el salón también se encontraba un chico que por más que se le retorcieran las tripas del enojo había prometido no meterse en problemas, pero las promesas se solían romper además nadie podría quedarse de testigo ante un cato así ¿O sí? Y en dado caso que alguien lo hiciera el no sería aquel espectador que cargara la misma culpa del perpetuador. Pero antes de que el siquiera hablara.
- ¿Tu diminuto cerebro no te deja entender que acaba de rechazarte? -era una voz pequeña pero segura y llena de fastidio por presenciar aquello también, aquella voz femenina sentada hasta el frente, lentamente giro su cabeza a la esquina donde la pequeña Ana estaba siendo presionada de la quijada por las callosas manos de aquel tipo que aparentaba más edad de la que realmente tenía. - por imbéciles como tu es que odio a los hombres.
-No estés celosa princesa también hay suficiente para ti -aquellos tipos rieron y el tipo presiono más la mandíbula de Ana.
-Lo diré una sola vez suéltala.
El chico que quería actuar primero vio a la chica, bajita, se le hacía conocida, pero no lograba dar con la persona, tal vez de su antiguo edificio, tal vez del edificio donde estaba ahora, no lo sabía. Pero si sabía que la chica se arriesgaba mucho, pues parecía que todo aquel salón estaba con ese tipo, y solo fue ella la valiente que se animó a hablar por la asustada Annie. Claro que quería ayudar, pero, había hecho una promesa a su amigo "No importa que tan extraño sea no habrá excusa para volverse a enrollar de ese modo" pero acaso ¿También su amigo cumpliría su promesa? ¿Si el estuviera en esta situación él también lo dejaría pasar?
- Denle la atención que quiere chicos - mando a los demás por la pequeña mientras sujetaba fuerte el rostro de Annie -ella es mía. -No claro que su amigo no lo dejaría, así como así, ni tampoco su amiga que ya se había parado
- ¡Hey chicos! - Aquella sonrisa de la pelirroja no era buena, era similar a la de Min YoonGi, se le escapó una risa al saber que no podrían cumplir la promesa de NamJoon no cuando él les enseño que debían luchar por lo que estaba bien y no quedarse callados porque serian igual al perpetuador. - vengan por mí yo también quiero atención.
Estaban rodeados eran tres contra veinte, no sabía cómo saldría eso, pero la adrenalina le recorría el cuerpo y una cosa era segura él tampoco se quedaría callado. No solo fue como se levantó y se quedó pensando unos segundos bajo la atenta mirada de los matones fue la fuerza de su pie con la que aventó la silla y esta machucaron al Matón principal.
Jungkook no estaba en lo absoluto asustado.
Cassie sostenía libros pesados, dos en cada mano para ser exactos, mientras los sostenía chupa medias de los dictadores reían y aventaban pales a Cassie, porque ya sabíamos que todos tenían razones diferentes para estar en ese lugar, algunos por escandalosos otros por hacer trampa en los exámenes y otros por desobedecer, a los maestros no les importaban a las agresiones a menos que fuera alguno de los beneficiarios económicos, solo querían silencio y que repitieran tras ellos, por eso las aulas estaban llenas porque eran jóvenes llenos de energía, pero lamentablemente no muchos tenían una energía positiva.