Mefiseles se encontró con Kienya y Sharman frente a un río de color verde. Los tres se miraron fijamente, sin bajar la guardia.
Mefiseles la esquivó y le prendió un puñetazo en la cara. Sharman se interpuso y logró empujarlo. Mefiseles se encontraba en desventaja, porque era una lucha de uno contra dos. Y lo que más le extrañaba era que no estuviesen cerca Uryan y Shael para intervenir y poner fin a la lucha.
Al final, las hermanas negativas vencieron y Mefiseles terminó en el suelo. Miró al cielo y pensó en Meymi y Balzú, preguntándose cómo la pasarían en el mundo material donde también se encontraba Solestelar.
Mefiseles suspiró. Luego, se levantó, activó su nave y, antes de marcharse, dijo:
Kienya y Sharman lo vieron partir. Ambas se miraron y, por primera vez, sintieron que cada una tenía un deseo diferente.
Kienya y Sharman se dieron un abrazo, mientras derramaban lágrimas silenciosas.
Así las encontró Shael, que se bilocó porque las extrañaba. Kienya y Sharman le explicaron la situación y le preguntaron dónde estaba Uryan. Shael tardó en responder y mostró una expresión de tristeza. Las hermanas negativas lo entendieron todo. Así como a Solestelar, el tiempo de vida de Uryan se agotó, por lo que terminó desvaneciéndose para residir en un mundo material.
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Marti siguió a Manuel, Cintia y Gabriel aquel día en que los chicos decidieron visitar a Lucero. Se había dicho a sí misma que no intervendría, pero al detectar la extraña presencia de un ser energético puro, que respaldaba a un grupo de energéticos negativos y de seres materiales que antes eran negativos, surgió la curiosidad de ver hasta dónde llegarían con la obsesión de usar el poder de Solestelar para sus propósitos. Lo que más le llamó la atención era que un ser energético puro, dentro de un envase corpóreo falso, estaba interviniendo poco a poco en el asunto.
Pero Marti no era la única quien seguía a los niños. También los seguían Mefi y Mey, deseosos de lograr sus objetivos. Por lo tanto, Marti se acercó a Mefi y Mey y les bloqueó el camino.
Marti se rió. Eso enfureció aún más a Mefi y a Mey. Luego los miró con lástima y exclamó:
Estaban dentro de un callejón oscuro, donde nadie sería testigo de una lucha feroz típica de los dioses antiguos. Marti se encontraba en desventajas, pero a diferencia de Mefi y Mey, ella conocía perfectamente sus limitaciones y sabía que la regeneración en el mundo material no era la misma que la regeneración en el mundo energético. Por lo tanto, se valdría de eso para quitar a ese dúo de negativos del camino.
La lucha fue larga e intensa. Mefi aún no estaba acostumbrado a luchar en un mundo material, donde las leyes de la física jugaban en su contra. Sin embargo, Meymi ya podía controlar el peso de su cuerpo y la gravedad. Solo que se encontraba fuera de forma en comparación con Marti, que sí sabía luchar a pesar de que su apariencia mostrara lo contrario.
Mefi sacó de su bolsillo una navaja y lo lanzó hacia Marti. Marti logró esquivarlo, pero perdió el equilibrio y cayó al suelo. Ahí Mey aprovechó para inmovilizarla por completo.
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reencarnación, seres de otros mundos, reencarnaciones y amistad
Editado: 19.11.2022