Caminos distintos

Capítulo 6

Cuando estaba por salir del instituto, me cruzo en unos de los pasillos con Jack que, lamentablemente, me persigue hasta que al fin me detengo a hablar con él.

-¿Qué quieres? – pregunto arreglando mi mochila que estaba cayéndose.

-¿Recuerdas que el entrenador dijo que sería tu compañero? Sé que no te gusta para nada la idea, no te creas que a mí me entusiasma mucho, sabes, pero creo que deberías darme una oportunidad, tan solo una. – dice mientras coloca sus manos en  la cadera.

- No es por vos que no quiera correr, sino que no me gusta la idea de correr junto a alguien, simplemente me acostumbre a correr sola. – digo tratando de que este chico llamado Jack Gray, lindo y alto y con ojos deslumbrantes que parec-

 ¡Concéntrate Helena! 

-Sé eso y se lo explicaste al profesor, pero tan solo te pido que me des una oportunidad. Tan solo una, si no te gusta, le diremos al profesor que estamos entrenando y en realidad no será así, te dejaré correr sola. – me mira y si… me convenció.

-Está bien, acepto. Pero si digo que no quiero continuar no continuamos, ¿entendido? – pregunto mientras avanzo entre la multitud de alumnos desesperados por salir del instituto.

-Entendido, su señoría. – contesta animadamente.  - ¿Te parece si empezamos a correr hoy? Creo que ya perdimos suficiente tiempo esta semana.

- ¿Hoy? Claro, pero tendremos que terminar antes de las ocho ya que luego tengo que ir a una fiesta. De ciento a ocho… ¿te queda bien ese horario?

-Claro, me parece perfecto. Nos encontramos en la plaza mayor.

-Por supuesto. Nos vemos – saludo con la mano a Jack y me apresuro a salir de ahí antes de que quiera comentar algo más.

Al llegar a mi casa caliento unos fideos que estaba en la heladera y como mientras miro el noticiero. Nada interesante bajo el sol, asique decido ir a mi habitación y tenderme un rato en la cama.
A veces me  gustaría que mi madre este más seguido en mi casa, pero sus errores la alejaron de mí. Pero sé que ella se preocupa y le interesa mi bienestar, por eso siempre está con una sonrisa en su rostro y animándome siempre. Hasta de los libros que tanto se queja, cuando sabe que quiero alguno, y no tengo el dinero suficiente para comprarlo,  aparece mágicamente sobre mi cama. Son pequeños detalles. Esa es su forma de expresar su cariño.

Decidí leer un libro hasta que se haga la hora para ir a correr, no había otra alternativa, debía hacerlo.

¿Nunca se preguntaron por qué pasa el tiempo tan rápido cuando leemos? Yo sí.

Ya eran las cinco en punto y todavía me faltaba caminar unas diez cuadras para llegar a la plaza mayor, apure el paso así llegaba lo más pronto posible. No quiero que Jack piense que soy impuntual, ¿y si le contaba a Whitt?

Más rápido Helena, así no vas a llegar nunca.

Al llegar lo veo sentado en unos de los bancos, muy tranquilamente y relajado con un brazo sobre el respaldo. Cuando me acerco parece sorprendido.

-¿Pensaste que no  vendría? – pregunto de pie junto a él.

-Llegue a pensar que estaría tres horas acá, solo esperando que vinieras, pero acá estas. Cumpliste con tu palabra, yo cumpliré con la mía. – dice mientras se paraba y estiraba los brazos. – el profesor me explico más o menos como era tu rutina, esta vez no me desviaré mucho, pero más adelante iremos modificándola así mejorarás. – Se empezó a alejar y lo seguí – debes saber que corro muy rápido, no intentes alcanzarme, en serio… no lo intentes, no lo lograrás.

- No me subestimes, fortachón. – digo mientras paso corriendo por delante de él – Creo que te estoy dejando detrás… vamos, ¿no querías correr? – grito sobre mi hombro hacia Jack.

Jack se adelante hasta donde me encuentro y en todo momento sigue mi ritmo a pesar de que lo he aumentado a mas o no poder. Cuando terminé el primer estadio empiezo a hacer un ritmo más rápido y cada vez más rápido, pero si… sorprendentemente Jack mantiene el ritmo y parece que ni se cansara.

Al terminar siento que mis pulmones están por salir despedidos por mi boca, me detengo y trato de respirar pero me es imposible. Jack se acercar hasta mí y me pregunta si me encuentro bien, pero me es imposible contestarle. Me ayuda a sentarme en una banca y me indica que respire lentamente y trate de calmarme.

-Te avise que corría rápido, Helena. No debiste forzarte. –Dice preocupado agachado junto a mí.

Pongo mis manos en la cabeza y los codos en las rodillas, miro hacia el piso y trato de que el aire llegue a mis pulmones.

-¿Sigues sin poder respirar o estar mejor? ¿Debo preocuparme más de lo que estoy? – pregunta.

Al no contestarle toma con su mano mi cabeza y la inclina hacia arriba. Estaba tan cerca que creía que quería llegar a ver mis pulmones o algo por el estilo. Me mira fijamente y siento que todo desaparece alrededor. Esos ojos, son tan hermosos… deberían ser ilegales.

¿Ilegales? ¿En serio Helena? ¿En que estas pensando?

El no tiene la mínima intensión de alejarse de mí, y ya estaba un poco incomoda, asique decido alejarme un poco.



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Editado: 13.03.2018

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