Capítulo 9

El primer día pensé que Einar estaba muy ocupado para hablar un rato conmigo pero después de una semana puedo estar más que segura de que está huyendo de mí porque tiene tiempo para todo el mundo menos para cruzar más de un saludo formal conmigo. Lleva así desde que le dije que no completaría la gira con ellos. Parecía feliz cuando se lo dije, pero por qué huye de mí.

Einar es una persona compleja, me dijo que quiere besarme pero huye de mí. Llamadme loca, pero creo que no conquistas a una chica de esta forma, casi diría que la espantas. Y aunque es guapo, creo que Einar no ha salido con muchas chicas en sus veintiún años de vida. Es un presentimiento pero creo que estoy en lo cierto.

— Buenas. – me saluda Konrad antes de sentarse a mi lado en la comida. – Pareces estar pensando en algo.

— Estoy pensando en algo.

— Más bien en alguien. – dice mi hermano al ponerse enfrente de mí.

Cuando miro al resto de la mesa me doy cuenta de que ya estamos todos a excepción de Einar. Sigue en su cuarto, sabrá quien haciendo qué. Según mi hermano, Einar pasa mucho tiempo componiendo a solas. Muchas veces no muestra las canciones porque son muy personales. Según él, Einar es capaz de expresarse con total libertad cuando compone, cuando crea música y es por eso que ellos no suelen molestarlo cuando se encierra en su cuarto a no ser qué sea realmente importante.

— ¿Alguien? – sonríen las tres chicas de la banda.

— Tardará un poco en venir. – dice Konrad con una sonrisa que no aventura nada bueno.

Nadie en la mesa necesita que Konrad diga quien es el que tardará en llegar, no es necesario y no solo porque no está sino porque estos chicos parecen estar en sintonía completa. Dos meses junto a ellos te hacen aprender mucho y más cuando casi todo el primer mes te quedas como una mera espectadora para no estorbar.

— Te gusta Einar. – afirma Daniela.

— Es menor que yo.

— Todas las parejas de ese chico, y mira que son pocas, han sido mayores que él. – sonríe Sonia. – Y tampoco es como si le llevases diez años, le llevas uno o dos.

— Aunque ha dicho que es mayor, no ha negado que le guste Einar.

Todos los ojos vuelven a mí, siento la cara caliente y si pudiese verme seguramente mis mejillas están completamente rojas por la vergüenza que estoy pasando no solo porque se hayan dado cuenta sino porque todos me miran y sus miradas son muy intensas, me siento ligeramente incómoda.

— De todas formas … – no me dejan terminar la frase.

— Le gustas a Einar, solo que él no entiende ese sentimiento. – dice Daniela.

— ¿Cómo no lo va a entender?

— Einar solo sabe lo que puede entender, y el resto lo ignora. Es decir, es muy inteligente, puedes preguntarle prácticamente de todo y él va a contestarte pero los sentimientos son complicados de descifrar para él, más aún un sentimiento como el gustar.

— ¿Sabe lo que es el amor?

— Sabe que ama a su madre, y a sus hermanas. – asiente Daniela a las palabras de mi hermano. – Pero no tengo muy claro si sabe lo que es el amor.

— Yo creo que sí. – dice Konrad. – Sino no sabría escribir baladas. – de algún modo supongo que eso tiene sentido para ellos aunque para mi carece completamente de él. – Sabe lo que es, pero no sabe expresarlo.

— Tiene miedo a hacerlo. – puntualiza Ana.

— Sus sentimientos lo confunden. – añade Sonia. – Al principio nosotros creíamos que nos odiaba, no era el caso. – medio ríe. – Pero era muy serio, contigo parece casi no serlo.

— Bueno, puede haber cambiado.

— No lo ha hecho. – niega Daniela. – Se siente cómodo contigo, le transmites paz de alguna manera que creo nadie puede explicar. No solo le eres agradable como muchos creen, le causas “curiosidad” y “confusión”, así es como él describe la forma en que se siente y es la misma forma en que describía como se sentía con Kenya, aunque también solía decir que la curiosidad era casi mínima y por ti es bastante alta.

— ¿Es su forma de decir que le gusto?

— Para Einar, sí. – me quedo ligeramente confusa. – Es complicado pero Einar es una grandiosa persona para tener a tu lado, cuando entiende y comprende sus sentimientos Einar es alguien de quien no te quieres separar, alguien muy fácil de amar.

— Pero él me ignora.

— Te vas en dos meses. – me recuerda mi hermano. – Y él no quiere sentir tu ausencia.

— Cambien de tema, viene por ahí.

Se hace el silencio en la mesa, por unos breves segundos. Después cada uno se pone a hablar con la persona que tiene al lado, todos menos yo que no entiendo como puedes cambiar de una conversación a otra con tanta facilidad. Deben de tener ensayado este tipo de cosas porque sino no tiene ninguna explicación.

— Konrad.

— ¿Enserio vas a hacer que me levante? – Einar no dice nada, solo se queda mirándolo hasta que se levanta y le deja el sitio a mi lado.

— ¿Por qué te sientas a mi lado?

— Tu piernas son más cortas, igual que las de Ana así tengo más espacio para mí. – tiene sentido porque es bastante alto.

— ¿Cuánto mides exactamente?

— Dos metros cero cinco. – contesta con una media sonrisa.

— ¿Ya no me va a ignorar más?

— ¿Lo hice?

Me mira como si realmente no me hubiese estado evitando pero tanto sus amigos como yo sabemos que lo ha estado haciendo. Tiene una sonrisa burlona en sus labios, sabe que me ha estado ignorando pero hoy ha decidido dejar de hacerlo, supongo que he ablandado su corazón de hielo con mis miradas tristes cada vez que me ignoraba. No ha sido eso, seguramente le gusta hablar conmigo por las razones que han dicho sus amigos, le causo curiosidad y confusión, querrá saber más de mí antes de que me vaya. O al menos eso espero.