Cansetberos

Un mal día para morir (Parte 1)

Alex Milles 

La música de eminem suena en todo el sótano mientras yo le reparto golpes al viejo osli, caminaba alrededor de él dando puñetazos, sentía las piernas y los brazos muy ligeros. 

Esta mañana desperté con mucha energía y escozor en el pecho. 

para darle fin a esto decidí darle una patada a osli asiéndolo caer en el piso con todo su relleno afuera. Mire con pereza todo el desastre que se hizo, mire de reojo la hora en la en mi teléfono, tenía 20 minutos justos para ir a tiempo a la universidad, así que apague la radio y camine directo a las escaleras, justo antes de llegar escuche los paso pesados de mi hermano mayor Moad, me detengo justo enfrente de las escales mirando hacia arriba, el calzado de Moad es lo primero que veo con su sus jeas holgados y su camisa negra con los brazos cruzados una mirada bastante seria, a cualquiera le daría miedo Moad con un cuerpo corpulento y de un metro ochenta y seis, pero a mí no causa ningún miedo. 

- ¿Qué fue ese ruido, Alex? - pregunto alzando una de sus cejas. Me encogí de hombros. 

- Eso mismo me pregunto yo - no tengo tiempo para lidiar con el sermón de hoy de Moad, ya después lidiare con ello. Subí con prisa 

- Estoy seguro que el ruido vino de aquí abajo - 

- Pues no fue aquí abajo - metí con descaro - Yo que tu iba a la habitación de Gaby tal vez fue el o las ratas en la ventilación - pase a un lado de él mostrando las manos provocando en él una mirada de duda. 

- Gaby está en la cocina desayunado - 

- Desayunado - pregunte con fingida preocupación - ya se me hace tarde para ir a clases - 

- Claro - reprocho - sea lo que sea que hayas hecho allá abajo lo arreglaras en cuanto vuelvas del trabajo - me apunto con el dedo. 

- No sé de qué me estás hablando - no pude aguantar y sonreí travieso, salí corriendo a la cocina, ya en la cocina me encontré con Gaby de espalda, frente al fregadero dejando un plato. voltio a verme sorprendido mientras tomaba un plátano de la mesa. 

- Eres un idiota - dijo después de un silencio soltando una risa 

- Y ahora por que la agresión - 

- haz roto el viejo osli - se cruzó de brazos, fruncí las cejas mientras le deba el primer mordisco a mi fruta. -el ruido de hace rato y el hecho de que tienes arena y en los zapatos - respondió a mi pregunta no dicha. Hice un además comiéndome de un solo bocado el plátano y salí directo a la ducha. 

Ya estando listo y vestido con jeas negros, camisa negra y una chaqueta blanca de cuero tomé mis lentes de sol y las llaves de mi viejo auto y salí directo a la universidad. 

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Al finalizar las clases llame al señor Franco, un hombre de 40 años de origines latinos, quien es mi jefe y patrocinador de carreras, lo conocía gracia a Moad, él solía trabajar para el señor Franco en su taller de autos donde yo a hora trabajo. cuando Moad abrió su propio taller el señor Franco lo convecino de que yo trabajara aquí, Moad creyó que era buena ida dejarme trabajar aquí por agradecimiento al señor franco que muy amablemente le hizo un presta para que Moad abriera su propio taller volviéndose socios, así fue como termine de trabajar yo en este taller mientras que mis dos hermanos trabajaban en el otro taller. 

Salí de la universidad y me quede parado en las escaleras de la entrada mientras tomaba el celular de para marcar a Franco, el primer tono y camine directo a a mi auto, segundo tono, saque las llaves y abrí la puerta del auto, tercer tono, aventé mis libretas en los asientos de atrás y recargue mi codo en el techo del auto mientras que con mi otra mano tomaba la puerta. 

- Buenas, Alex - la voz ronca del señor Franco sonó al otro lado de la bocina. 

- Hola, Franco - dije con un fingido asentó mexicano - qué abra hoy, trabajo o relajo. - pregunte mientras me ponía los lentes de sol. mire a los demás universitarios salir. 

- Un poco de los dos. hoy abra que afinar algunos autos y el carro con el que carreras hoy. - hice un sonido quejumbroso. 

- Para serte sincero solo esperaba trabajo - la risa ronca del señor Franco 

- lo siento, pero ya le dije a Charly que hoy ibas a correr - solté un suspiro de desgana. 

- de acuerdo voy en camino. 

Al llegar al taller le ayude afinando autos en cuanto terminamos nos fuimos al lugar donde se haría las carreras. 

podía ver el lugar des de lejos, el terreno era amplio terroso, se podía apreciar como realizaron una pista improvisada con palas de paja. en realidad, me sorprendía que ya hubiera gente ahí, por lo regular esperábamos que se ocultara el sol para empezar. También había más gente de lo normal mire sorprendido los autos y la gente, pareciera que esto de las apuestas se le estaba dando bien a Charly, Charly era un amigo y cliente frecuente del taller, era un joven huérfano que les las vi realmente duro en la infancia y antes de caer en las drogas conoció al señor Franco quien le enseño todo pero Charly en vez de seguir en buen camino, decidió arreglar autos para hijos de padre ricos que tenían muchos tiempo y dinero y ningún interés por hacer algo productivo, así que Charly decidió que podría aprovecharse de ellos así que los convenció de hacer este tipo de cosa al principio eran motos pero al ver que era muy peligroso por lo que lo decidieron hacerlo con autos. 




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