Can't help falling in love

Capítulo 6

12 de mayo de 1970.

Micaela se encontraba sentada en el tronco caído del colegio, ya era el recreo. Un momento para reflexionar todo.

Se sentía culpable porque cuando tocó el timbre para el recreo, María quería hablar con ella, pero Micaela lo único que hizo fue... huir para no hablar con ella y no sentirse peor de lo que ya se sentía.

"Tienes que empezar a hablar con ella porque se puede sentir mal."

—¿Qué puedo hacer? —se dijo ella misma—. Cuando intento hablar con ella, me siento pequeña y tengo miedo de arruinarlo todo, arruinar una amistad que se está construyendo.

Pasaron los diez minutos de recreo y tocó el timbre para volver a las aulas.

Micaela se bajó del tronco y miró sus zapatos. Lo único que pedía es no sentirse mal al estar cerca de su compañera, no quería volver a pensar de una forma indebida a su amiga.

Ya estaba por subir las escaleras cuando vio a María que también quería subirlas. Las dos se miraron directo a los ojos, María tenía una mirada de enojo y confusión, mientras que Micaela tenía una mirada de arrepentimiento y dolor.

María no se quedó a seguir mirando a su amiga, ya que su enojo y su orgullo no la dejaban mirar más allá de la razón.

Subió las escaleras del colegio, detrás de ella la venía siguiendo Mimi.Llegaron al aula un poco cansadas y aliviadas de que su profesor de Matemática no estaba aún.

María dio un suspiro y se fue a su banco, sin prestarle atención a su acompañante.

Micaela por otra parte, quería que la mirase para así poder hablar con ella, pero se dijo a sí misma.

"¿No querías que ella se alejase de ti porque sentías algo?"

No le hizo caso a esa voz y se fue hacia su banco, sacó su cuaderno, quería repasar para la prueba de Lengua que tenía en una hora, pero se distrajo por alguien, sí... Ese alguien es María quien estaba hablando con un chico que ella no conocía.

El chico la hacía reír... Sentía celos por no poder estar en su lugar, quería golpear a ese chico y darle un pequeño beso a su chica, pero no podía porque primero estaba en el colegio y segundo, son dos mujeres, eso no es lo normal para esta sociedad.

Volvió su mirada a su carpeta cuando María se giró a verla, su mirada estaba calmada, ya no se veía el enojo y el orgullo. Lo único que hizo fue dedicarle una sonrisa a Micaela, dándole la señal que las cosas ya se habían calmado.

En esa hora libre, lo único que hacían los chicos y chicas eran charlar, la única persona que no charlaba en ese momento era Mica, que seguía repasando lo que obviamente ya sabía.

María se fue a sentar a su lado y le dijo:

—Tendrías que socializar un poco más para así, poder tener más amigo, Mica.

"¿Mica?, mi apodo es Mimi, no Mica."

—No tengo ganas, no quiero hacer amigos —dijo y le dio la vuelta a la hoja para seguir leyendo, y no prestarle atención—. Vete y sigue hablando con tu amigo, que te está esperando.

—Mario, además, le gustas.

"¡¿Qué?! No, me dan asco los chicos, ¡por Dios santo!"

—Es lindo, pero he conocido a mejores chico... —Trataba de calmarse y no tirar su carpeta en dirección a la cabeza del chico— Además, tengo cosas más importantes que hacer, que estar coqueteando con chicos que ni siquiera conozco. Dile que no, gracias.

María le hizo caso a su amiga y fue, le dijo todo a el chico.

Micaela pudo ver la cara de decepción del chico, no quería ilusionar a nadie, ya que su corazón solo le pertenecía a su mejor y única amiga de ese salón.

Vio toda el aula, lo que más le llamó la atención fue a Camila, que estaba agarrada de la mano de su novio, se le hizo muy linda esa escena.

Micaela quería esa escena con la Argentina, quería agarrar su mano y darle un abrazo como Camila a su novio.

Tocó el timbre para la siguiente hora, ya tenían Lengua, y ella tenía que dar una prueba.

Sacó su cartuchera y María pasó a lado de ella.

—Mica, te deseo lo mejor para esta prueba, espero que puedas aprobar, así, vos y yo podamos ir a pasear por el centro. Es que, me quiero comprar ropa nueva.

Micaela solo asintió a la chica de hermosa sonrisa, ahora quería hablar con ella y explicarle por qué se estaba alejando tanto, y que ella no tenía la culpa de lo que estaba pasando.

—Buenos días, alumnos. —Escuchó a la profesora llegar, y sus miedo y nervioso comenzaron.

Sintió unas manos en su hombros, levantó la cabeza y vio la vio, ella solo le dedicó una sonrisa.

———————————-——————————

—¡Aprobé! —Se pudo escuchar un grito en el patio del colegio.

María y Micaela estaban en el recreo, estaban festejando de que se había sacado un diez en la prueba.

—Felicidades, yo sabía que vos podías aprobar —dijo y comió un pedazo de su manzana.

—Gracias —Micaela miró a María y su felicidad se fue cuando se acordó que tenía que decirle la verdad de por qué se estuvo comportando así.

—¿Qué te pasó?

—Mari...

—Dime.

—Quiero explicar la razón de por qué me comporté así contigo.

—Ya lo sé.

Micaela se sorprendió porque ni siquiera le había dicho que sentía algo por ella.

—Somos dos mujeres, Micaela... —eso le dolió pero sabía que estaba mal— Mi madre me golpearía hasta matarme si se entera que su hija le gusta una chica.

—Lo sé, mis padres harían lo mismo. —Agachó la cabeza, sintiéndose desilusionada por la situación.

—Pero...

Cuando escuchó ese "pero" volvió a levantar la mirada.

—Podemos ocultar esto, o sea, no decirles que nos gustamos.

—¿Eso no sería malo?

—Malo sería matar, pero no hemos asesinado a alguien, por lo que veo.

Micaela le dedicó una sonrisa, no sabía que más podía hacer.

Micaela y María estaban yendo a la casa de la segunda, ya que su madre no estaba y su hermano volvía el sábado por la mañana.

Cuando llegaron a la casa y entraron en ella, Micaela agarró de la mano a María, esta no entendía qué pasaba. No tuvo tiempo para reaccionar al beso de Micaela.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.