"Bien lo has hecho" Habló mi subconsciente culpandome por la idea loca que acababa de cometer.
Ya me encontraba frente aquel lugar que tanto me encantaba visitar. Al pasar por la entrada y atravesar ese pasillo desolado sentí que volvía a nacer.
Me sentía en paz.
—Oh, qué milagro Emily— Sonrió mi profesor mientras yo pasaba a tomar asiento.
Asentí. De alguna manera mi voz y mi cerebro no trabajaban juntos cuando se trataba de él.
No fui la primera en llegar, así que pronto comenzamos la rutina de siempre. Solo que esta vez habría un "plus".
"Hoy es día de canciones" Mencionó el profesor.
Todos inmediatamente sabían que canción iban a escoger, mencionando rápido su elección. Yo sin embargo no tenía ni idea de que quería cantar.
—Y tú Emily, ¿qué canción será?— Interrumpió a mi confuso pensamiento.
—No sé— Reí. —Es que son tantas que no puedo decidirme.
—Bueno, en lo que te decides comenzaré con los demás— Sonrió y comenzó con Fernanda.
Mientras escuchaba pude decidirme por una sola canción.
Tendría que ser "Close to you". De sinfonía y letra igual de hermosas.
Los demás fueron pasando uno a uno con su canción hasta que finalmente, era mi turno.
Ya estaba por finalizar la clase así que pensé "Igual y yo canto la siguiente clase" Pero mi idea fue negada inmediatamente.
—¿Ya te decidiste Emily? Porque es tu turno— Dijo divertido. ¿Qué rayos era tan divertido?
—Ah ¿Si voy a cantar?
—Pues si Emily— Lo dijo con tono obvio. —Los demás si ya se quieren retirar lo pueden hacer.
Y así lo hicieron. Todos se retiraron. Y como no, si ya había finalizado la clase. Sin mencionar que sus padres los estaban esperando.
—Close to you— Dije sin más.
—Oh esa canción está muy padre— Contestó mientras buscaba en su celular la canción.
—Bien— Hizo un rasgueo en la guitarra. —Comienza...— Tocó la entrada de la canción. —Ya.
Comencé el principio de la canción muy nerviosa, tanto que me tembló la voz. Me reí y paré.
—Vamos tranquila, no te pongas tan nerviosa, vamos de nuevo.
Quería que me tragara la tierra.
A ninguno de los otros alumnos les había pasado, y eso que desafinaban horrible.
Respiré hondo y comencé nuevamente.
Esta vez no hubo fallas, iba bien en la entonación.
El último rasgueo avisó que la canción por fin había llegado a su fin.
Por fin podía dar un respiro total.
—Bien, como dije anteriormente tienes buena voz y buen registro vocal, solo no te pongas nerviosa y todo estará bien— Sonrió, calmando mi ser.
—Oh, está bien, entonces yo... Me retiró— Respondí nerviosa otra vez. —Hasta luego— Comencé avanzar unos pasos.
—Oh Emily, no faltes eh— Negué con mi cabeza y me retiré.
Iba muy feliz, de alguna manera sus comentarios alegraban mi día. Y como no, era de los pocos alagos que me hacían.
Hoy había sido mi día de suerte, no había nada en el clima que se me presentara.
Tomé el transporte y llegué cerca donde vivía. Pasé por las silenciosas calles disfrutando del fresco día, hasta que finalmente llegué a mi hogar.
Mis padres aún no llegaban así que todo estaba bien por una vez en mi vida.
***
Habían pasado dos días después de ir a la clase. Mis padres no lo habían notado así que estaba bien.
Era Martes, el último día de clases de mi hermana. Mi padre la llevaría temprano, lo que implicaba levantarse todos temprano. Comenzando la aburrida rutina de todos los días.
Poco a poco mi casa fue quedando sola junto a mi. Mi madre se marchaba a buscar trabajo, mi hermana Sofía a la escuela y mi padre a su negocio que apenas y nos ayudaba a sobrevivir a esta horrible vida.
Por mi parte, tenía que hacer la mayor parte de deberes y no dar "lata" por mi inutilidad.
Lo único que me ayudaba eran las dos únicas becas que llevaba por calificación, encantador pero no suficiente. Tenía que encontrar trabajo y pronto. Quería ayudar a mi familia.
Logré terminar mis labores y decidí alistarme para salir en busca de trabajo.
Recorrí media ciudad pero parecía que el destino no estaba de mi lado. No había vacantes de trabajo y mucho menos para una chica de 17 años sin experiencia.
Iba por mi última esperanza, la calle "Obregón". Famosa por tener muchos puestos. Era eso o nada.
Cruzaba los dedos por encontrar algún buen trabajo, y no me refiero solo al dinero, si no a la seguridad de mi integridad.
Por suerte un rayo de luz alumbró mi día, la cafetería "Lemon's" solicitaba empleada.
Aquella cafetería tan conocida que se asomaba en mis mejores recuerdos.
—Gracias Dios— Susurré mientras me disponía a entrar.