Esto que quiero contarles no me pasó a mí sino a mi pobre padre. Hace tanto tiempo, cuando sólo era una niña, pero aunque sea vieja mi mente es como nueva. Toda mi información se guarda en mi cerebro para siempre.
Mi padre era leñador como muchos otros. Se iba muy temprano con varios de sus amigos y traían una gran cantidad de leña del bosque oscuro o bosque de las sombras o bosque para la leña.
Lo cierto es que uno de los amigos de mi padre había desaparecido, nadie sabe la razón, se dice que se perdió en el bosque y más nunca regresó. El tiempo pasó y eso quedó olvidado.
Yo había escuchado muchas leyendas extrañas que habían sucedido en ese bosque, pero mi padre me decía que sólo eran cuentos de pueblo, así que trataba de no pensar en eso, pero me daba miedo, pudiera ser que mi padre se perdiera también en ese bosque. Yo nunca entré allí, pero escuché que era escalofriante y desde afuera se notaba.
Un día mi padre ya había regresado del bosque y volvió a ir a recoger más leña. Necesitábamos mucho dinero, tenía tres hermanos pequeños y yo era la mayor con sólo 10 años, mi madre había fallecido de un virus que azotó el pueblo cuando yo tenía 6 años.
Ya era de noche y mi padre no había regresado, pensaba que se había perdido y nunca más regresaría, estaba muy asustada hasta que lo vi entrando con una cara de pánico. Le pregunté que le había pasado, pero me dijo que no era nada así que no le presté atención.
Los días pasaron y podía ver que a mi padre le daba miedo entrar al bosque, me parecía raro ya que él siempre ha ido allí a cortar leña. Si le daba miedo es porque algo le había pasado.
A veces cuando llegaba le preguntaba cómo le fue, sólo me decía "como siempre".
En las noches se despertaba gritando horrorizado, me decía que era una fea pesadilla y me pedía que siguiera durmiendo. Pero las pesadillas de él eran casi todas las noches y yo quería ayudarlo, pero él no me contaba que le sucedía.
Un día yo estaba muy alegre, la vecina me estaba enseñando a coser, y me había quedado muy bien la costura. Estaba esperando a que llegara mi padre para enseñárselo y estuviera orgulloso de mí.
Empecé a cantar una canción muy bonita que escuché en el pueblo, en eso entra mi padre y grita que más nunca vuelva a cantar. Yo me puse a llorar y me encerré en el cuarto de mis hermanos y mío, no entendía por qué se enojó así por una canción, quizás yo cantaba tan horrible que no quería volverme a escuchar. No quise salir y no cené.
Más tarde mi padre entró y se disculpó conmigo, me dijo que había tenido un mal día y estaba muy cansado, pero que no debió haberme gritado. Yo lo perdoné y decidí no cantar más si eso le molestaba.
Seguía visitando a mi vecina para mejorar mi costura y jugué un rato con su hija que tenía sólo dos años más que yo.
Regresé a mi casa y mi padre estaba allí con una cara demacrada y con un gran rasguño en la cara y yo se lo curé. Empezó a delirar y decir cosas sin sentido sobre una voz en el pantano, una mujer, un asesinato. No entendí lo que trató de decirme, pero me dio miedo.
En la noche estaba ardiendo en fiebre y fui a la casa del doctor que vivía cerca. Era un pueblo bastante pequeño así que era fácil saber dónde vive cada quien. Fue conmigo a mi casa y después que lo revisó me dijo que tenía una cortada en el estómago que se le había infectado.
Esa noche fue la peor de todas, mi padre gritaba dormido. Le pedía a alguien que se largara y que él no era a quien estaba buscando.
Al amanecer mi padre se veía mucho mejor, el remedio del doctor le había hecho efecto y la fiebre le bajó.
Me contó algo y me pidió que no le dijera a nadie porque iban a pensar que estaba loco.
Habló sobre un canto de mujer que escuchó aquella noche que fue al pantano, se sintió atraído y llegó a un pantano muy extraño. Revisó el lugar y no vio a nadie, sólo escuchaba la voz de la mujer como si ella estuviera allí. Al voltear vio una sombra correr, pensó que era sólo el reflejo de la luz de la luna en los árboles porque estaba oscuro, pero al acercar la linterna al pantano vio a una mujer que le pedía que se acercara y al ir a la orilla ella sólo desapareció al igual que el pantano.
Todo alrededor era árboles y se dio de cuenta que ya estaba amaneciendo. Mi padre corrió de ahí y llego a la casa. También me dijo que ha estado teniendo sueños con eso, que la mujer lo quería ahogar en el pantano y que a ella la había ahogado su padre por haberse enamorado de un leñador.
Yo le creí porque su cara decía la verdad.
Días después mi padre se recuperó estaba bastante alegre. Pasamos el día todos juntos en familia, pero al llegar la noche mi padre se había ido y no sabía a donde.
Los días pasaron y mi padre nunca apareció. Algunos dicen que lo vieron ir al bosque y que desde ahí no lo han vuelto a ver más.
Yo sí sé lo que le pasó, la mujer lo ahogó, pero esta vez en la vida real. Después hubo varias desapariciones de leñadores. Decían que se perdían en la noche por la oscuridad.
Mis hermanos y yo quedamos huérfanos y nos separaron con algunos vecinos amigos de mis padres. El menor de nosotros murió por un virus cuando tenía 4 años. Y yo me crie con mi vecina que me siguió enseñando a cocer.
Al final me volví costurera, pero a la edad que tengo ahora mis manos ya no están para eso. Mi único hijo ya es todo un hombre, es herrero, está casado y tiene un pequeño de 6 añitos. Así que sólo me siento en las pequeñas escaleras de mi casa a observar.
Muchos niños me empezaron a llamar la vieja de las escaleras y luego no eran sólo los niños sino todos los que vivían allí. En lo personal no me molesta porque he escuchado apodos peores que ese, así que estaba bien para mí.
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Editado: 20.11.2021