Siempre creí que la vida era como el caos, no todo es perfecto, pero está donde debe estar. Quizá yo no soy perfecta, estoy muy lejos de serlo, a lo largo de mi vida he pasado por muchas pruebas y creo que eso me hace fuerte ¿verdad?
El tornado que fue estuvo constantemente en ni vida no ha desaparecido, pero luego de pasar tanto tiempo encerrada con personas ayudándome y haciéndome saber que no estaba sola, me hizo darme cuenta de muchas cosas.
La vida no es perfecta, nunca lo será y estoy más que de acuerdo con ello, pero es eso, simplemente vida y no podemos hacer nada en contra de eso, y quizá tardé un poco en darme cuenta.
Todo lo que siempre quise estaba en las personas que me importaban, mi hermana a pesar de ser muy pequeña siempre estuco conmigo, tuve personas que me ayudaron a lo largo de mi proceso y nunca voy a terminar de agradecer.
En el pueblo de mi abuela había un dicho muy conocido “La oscuridad es como tu pasado, agobia y puede asustar, pero siempre es mejor abrazarlo y convivir en paz”.
Sin duda alguna el pueblo de mi abuela era un lugar encantador, lleno de dichos y personas sabias, digno de un cuento de historias fantásticas.
Lo que más me encantaba de ese pueblo era su muy hermoso bosque, aquel bosque que en el otoño se convertía en un mar de hojas de color amarillo y naranja. Una obra de arte a la vista.
Cuando era niña me gustaba imaginar que era una pequeña hada y que mi pequeña casa estaba en medio de todas esas hojas. Imaginaba que podía volar y que a pesar de ser muy pequeñita, podía hacer grandes y maravillosas cosas.
Pero en el momento en que crecemos esa magia se va perdiendo y esa inocencia desvaneciendo. Todo lo que alguna vez creí de ese bosque se convirtió en una ilusión.
Me entretuve tanto en mis problemas de persona mayor que nunca me di cuenta de que todo lo que amaba de niña se había convertido en un simple recuerdo.
Alguna vez quise regresar a ese lugar donde fui feliz, alguna vez quise volver a ser esa pequeña niña que soñaba en ser una pequeña hada, una vez quise abrir ese baúl donde alguna vez escondí todos mis sueños y esperanzas.
Aunque siempre supe que no era muy bienvenida en ese hogar, aún así mantenía ese hermoso recuerdo que llena mi corazón de gozo, el recordar partes de mi niñez.
Después de tanto tiempo encerrada, los cuales sentí como años, pude regresar a mi hogar, pude regresar con mi hermana, pude hablar con personas, pude iniciar una vida nueva.
Estaba tan gozosa que no podía con toda la emoción que tenía encima, todo era tan bello que no lo podía creer.
O eso fue lo que te hice creer, ¿cierto?
Te voy a ser honesta, desde el primer día te mentí, nunca existió una tía, nunca existió una terapia, nunca existió nada.
Nunca existió un Alessandro que me salvó, nunca existió esa mano amiga que impidió que saltara, o eso espero porque no quiero terminar como una tonta.
Si sientes que te he engañado estás en lo cierto.
Hola, mi nombre es Aisha y tal vez ya esté muerta y es por eso que encontraste esto y ahora lo estás leyendo, es un gusto y un honor que leas mi historia y también es un gran honor que sea yo quien te la esté contando.