Capítulo 34
♡Daniel♡
"— Soy tuya, y tú eres mío... nos pertenecemos" —esas palabras rondan mi cabeza mientras voy conduciendo tras el vehículo de Adam y Nara. Miro por el espejo retrovisor y me doy cuenta que nos siguen, algunos son los escoltas que siempre me acompañan desde la clandestinidad, y los otros supongo son por Adam, 《¿no sabía que Adam necesitara guardespaldas?》pero se pasaron ¡son demasiados!
Muevo la cabeza frustrado, y dejo de darle importancia. Mis padres son así, no saco nada con enojarme, sobretodo porque también va Nara. Sigo manejando olvidándome por unos momentos que vamos más custodiados que el mismísimo presidente del país.
Después de unos minutos llegamos, el lugar es algo extraño y pintoresco por fuera, todo lo contrario con el interior, debo decir que no esta tan mal. Nos acercamos a la barra, y las chicas fijan su mirada en mí, bueno quien no se fijaría en un adonis como yo, ¿no lo creen?
Sigo a los chicos a la barra, piden no sé qué cosa, pero me la bebi de un trago, el.liquifo quema mi garganta y casi toso por mi osadía, eso fue bastante fuerte, y me gusto. Me tomo otra y los chicos me miran moviendo la cabeza y me dicen.
— No la olvidarás así, créeme que, ¡no lo harás! —maldito Adam, le demostraré todo lo contrario.
— ¿Y quién dice qué quiero olvidar a alguien? —suelto una carcajada por su estúpidez— No quiero olvidar a nadie, no seas imbécil.
— ¡Porsupuesto que sí, toda tu cara tiene escrito el nombre de CIELO! —grita Nara mientras toma a Adam de la mano y se lo lleva a la pista de baile. Suelto una maldición y miro a mi alrededor encontrándome con ella, una hermosa rubia, con un cuerpo que muchas matarían por tener, se da cuenta de mi nada disimulada miraba, y empieza caminar hacia mí, sus caderas se contonean con cada paso que da, es guapa.
Al llegar a mi lado me fijo que tiene la piel muy blanca, como de porcelana,《¿será tan suave como la de Cielo?》pero qué... ¡no! por supuesto que no será igual, debe ser mucho mejor,《¡diota de mí, ya pensando en la bruta de nuevo!》
— ¡Hola! ¡¿Estás solo?! —saluda y pregunta efusivamente, acercándose cada vez más.
— Sí... bueno no... —tartamudeo, y ella me sonríe.
— ¿Qué tomas? —pregunta.
— Bueno eh... —me paso una mano por la cabeza un poco incómodo por no saber qué rayos estoy tomando, luego levanto mi vaso y se lo muestro— no sé como se llama en realidad. —contesto sonriéndole.
— Tienes una hermosa sonrisa.-me mira coqueta.
— Bueno tú también... Eres muy guapa.
— ¿Qué te parece si bailamos? —se acerca más a mí, invadiendo mi espacio personal.
— Me parece una excelente idea...—su mirada me hipnotiza y no soy realmente yo cuando la tomo por la cintura y vamos a la pista, allí me topo con la mirada de Adam, quién no parece contento, pero a mí no me importa.
Bailamos al compás de la música, ella se mueve de manera sensual, yo la sigo pero no siento ninguna conexión, solo la encuentro guapa, pero nada más. La rubia se restriega más contra mí, y mis manos como movidas cintra mi voluntad se mueven apegándola más a mi cuerpo al bailar.
Después de bailar por no sé por cuánto tiempo con ella, me toma de la mano vamos a la barra, parezco borracho, escucho entre mi poca lucidez que pide dos vasos de algo mientras le susurra algo al oído al chico que nos atiende. Unos segundos después voltea, me mira y sonríe feliz, yo alejo mi mirada de la de ella, es como si me tuviera bajo un hechizo, porque me costo dejar de mirarla. Mis ojos se topan con los de Nara, quien me mira molesta, y no entiendo porqué.
Mi cabeza vuelve hacia la chica, cuando ella me lo dice, parezco un títere, me entrega un vaso, y dice:
— Bebeló todo dulzura.
Y yo como marioneta comienzo beberlo sin mirar que contiene siquiera, ella sonríe, y con cada trago que doy mi garganta me quema más y más, mi cuerpo quiere negarse a seguir bebiendo aquello, pero ella susurra de nuevo que lo beba todo, y así lo hago.
Una vez vacío el vaso, ella me toma de la mano llevándome a la pista de nuevo, mi cabeza comienza a dar vueltas, mientras un calor sofocante me recorre todo el cuerpo, mi pulso esta acelerado, y la chica se me acerca cada vez más, más, y comienza a besarme, la quiero detener, ¡por Dios que sí!
Sus besos me dan ganas de vomitar, no son como los de la bruta, 《Quiero alejarme de ésta chica, ¡por favor que alguien me la quite de encima!》 pero algo más me pasa, mi cuerpo quiere más, no soy dueño de mis actos, y cuando ella se separa para mirarme me dice al oído.— Tu sabor es tan dulce, que siento ganas de morderte y probarte de otra manera... —me vuelve a besar y yo sigo sin ser dueño de mis actos, sus manos se deslizan por mi pecho hasta llegar allí, a donde esta mi casto amigo, esto no me puede estar pasando...《¡Me va a violar! ¡Por favor qué alguien la detenga!》aleja sus labios de mi boca y comienza a tirar de mí fuera de la pista— vamos a los lavados cariño, te voy a hacer algo que vas a disfrutar mucho.
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Editado: 20.03.2023