♡Daniel♡
Alguien me zarandea.
— Ya falta poco para llegar al edificio de tus padres muchacho.– me dice Oliver despertándome, abro los ojos de golpe mirando poco a poco a mi alrededor. Desde el helicóptero se puede apreciar la ciudad, está envuelta en un manto de luces que la hace ver mas brillante, por lo que asumo que ya es tarde, de seguro mis padres me esperaran en casa.
El helicóptero desciende con cuidado en el helipuerto del techo del edificio. Cuando ya hemos aterrizado suelto el arnés de seguridad que mantiene mi cuerpo sujeto al asiento del helicóptero, tomo mi mochila y me bajo con rapidez junto a Oliver, las palas del helicóptero poco a poco van bajando la velocidad, para al fin detenerse.
Mientras vamos avanzando a la entrada principal del helipuerto al interior del edificio, los veo a la distancia. ¿Mis padres? Sorprendido me dirijo hacia ellos con Oliver a mi lado.
— Hijo, ¡mi pequeño! –escucho a mi madre gritar. Mi padre la tiene rodeada por los hombros con sus brazos, la observo sin poder creer que la tengo delante de mí. Esta hermosa, con esa elegancia innata que siempre la ha distinguido, se suelta del abrazo de mi padre y corre a mi lado, me mira sin pestañear por unos segundos, y luego se lanza a abrazarme, comenzando a llorar, suelto mi mochila en el acto.
— Madre... –le susurro devolviéndole el abrazo, un nudo se instala en mi garganta y apenas soy capaz de hablarle, la extrañaba tanto, cierro los ojos y aspiro el perfume que emana de su cabello mientras beso su cabeza. Nos mantenemos abrazados por unos minutos. Esta cambiada, es raro que este tan callada y calmada a pesar de los sollozos, yo que pensaba que iba a despotricar contra mi padre cuando me viera llegar, porque mi aspecto actual es muy diferente al que ella esta acostumbrada.
— ¡¿Qué le han hecho a mi bebé?! ¡Míralo Derek! –se aparta de mí y enfrenta como una fiera a mi padre, ya sabía yo que era raro que no empezará con los reclamos, miro a mi padre, él asiente ¿feliz? ¿lloroso? Me le acerco y le estrecho la mano a mi padre.
— Padre. –no sé que más decir, me emociona verlos a ambos.
— Bienvenido hijo. –me dice para sorpresivamente darme un abrazo que dura unos segundos, porque luego me suelta y voltea a saludar a Oliver quien nos observaba, me atrevo a escudriñar en sus ojos, y veo un atizbo de emociones arremolinándose dentro de ellos, pero luego es como si se cerrara de golpe, y no soy capaz de ver más.
— Amigo bienvenido, y Gracias, ¿te quedas no es cierto?
— Amigo, es siempre agradable verte, Lucía a ti también –mi madre asiente y lo saluda medio reservada, ya que nunca le ha caido bien– me gustaría pero no podré quedarme, solo vine a dejarlo, esta listo...–le dice, y le susurra algo en voz baja a mi padre, luego habla en voz alta agregando– debo irme a ver a mi hermano. A propósito Félix y Laura están ansiosos por verlos a ti y tu familia Derek.
— Felix debe querer su revancha –mi padre sonríe como recordando algo– la semana que viene iremos a pasar esa temporada que hace tiempo les estoy prometiendo, y diles que también espero con ansias verlo y conocer a su hija.
— Se los diré, los hará muy felices saberlo. Además hace poco nació mi nueva sobrina, a la cual voy a conocer ahora. Estoy muy ansioso por verla, así es que, si me disculpan... ahora me voy o sino ya sabes como se pone mi cuñada. –ríen los dos con miradas complices, mientras mi madre me abraza y los mira ceñuda.
— Sabía que Laura estaba embarazada, pero no esperaba que ya hubiera tenido al bebé.
— En realidad la pequeña princesa nació un poco antes de lo previsto.
— Bueno amigo, no te demoró más, nos vemos luego, por que supongo que estarás allí cuando lleguemos la próxima semana, ¿o no?
— Por supuesto, por nada del mundo me perdería vuestra visita, estaré ansioso de volver a verlos de nuevo. –observa a mi madre, quién siempre esta a la defensiva con él, pero ella no dice nada, le resta importancia a sus palabras. Veo como se estrechan la mano con mi padre, y todos nos despedimos de Oliver. Después de verlo subirse al helicóptero nos adentramos al edificio seguidos de cuatro escoltas, y eso es normal siendo mi padre quien es, pero no puedo evitar pensar en el porqué hay tan pocos.
El helicóptero comienza a ascender y observo por una última vez a Oliver, quien va algo pensativo.
Luego nos vamos a casa.
— ¡Mi pobre bebé! –chilla mi madre una vez que estamos en la sala de la casa. Bueno, era raro que estuviera callada tanto tiempo, ya que en el trayecto a casa no pronuncio palabra alguna, se limito a mirarme, abrazarme. Y ahora que lo pienso eso de hablar tanto, creo que lo herede de ella– ves Derek ¡te dije que no lo mandaras! Mira sus manos. –agarra mis manos y se las muestra a mi padre con los ojos entornados, eata bastante enojada. Luego su mirada se vuelve dulce y a la vez apenada cuando me mira nuevamente– no te preocupes mi pequeño, que mamá no dejara que el insensible de tu padre –lo mira furiosa otra vez, pero ahora pareciera echar chispas por los ojos– ¡te mande de nuevo a ese lugar horrible! –agarra mi cara con ambas manos, mirándome con preocupación, y me abraza muy, muy fuerte.
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Editado: 20.03.2023