Un poco de historia, los militares habían tomado el poder por la fuerza, todo uniformado acataba órdenes de todo tipo, y algunas muy inhumanas sin oponerse, por cuestionables que sean. Pero Wilfredo, obedecía incluso con excesos.
Entrando a una prisión de tortura, llena de gente gritó:
Si ustedes supieran lo que el hacía, no podrían con tanta impotencia. ¿Qué es lo peor que una persona podría hacerle a otra?, sin duda Wilfredo hacía cosas mucho peores, les hacía mucho daño, pero no lo suficiente como para que mueran, los alimentaba para que no murieran y poder seguir “divirtiéndose “. Así es este protagonista, héroe de día y villano de noche, un hombre de 35 años de gran tamaño, entre más lo conoces, es más detestable.
Al llegar a su casa, su madre Margarita (tan grande en tamaño como el) se preocupa y le hace de cenar a las 1 de la mañana, la comida es abundante y grasosa.
Margarita: Otra vez las reuniones hasta tarde hijo, no te hace bien a tu salud.
Wilfredo: Si, pero mañana es un día muy importante, tan importante como cuando empecé este trabajo.
Margarita: ¿Sabías que desaparecieron a tu tío?
Wilfredo: jaja, no sabes cuánto me alegra oírlo.
Margarita: Es tu tío, somos familia, no importa lo que haya hecho o lo que tu hagas, el siempre será tu tío.
Wilfredo: Los militares secuestran a los malos, mucha gente hace cosas malas y nadie lo sabe. Como el tío cuando abusaba de mi cuando era chico.
Margarita: Otra vez reprochándome eso – gritó – yo estaba embarazada de tu hermano y el se ofreció a cuidarte, nunca supe que el tenía esos problemitas, pero ahora dice que va a una iglesia, que ya cambió.
Wilfredo: Algunos no se curan, para eso están los militares, para matar a los que no se curan o hacerlos pagar.
Margarita: Ya basta, es tu tío…y no se habla más.
Normalmente no pensaría mal de alguien que sus 35 vive con su madre, pero en alguien con 2 trabajos y que podría valerse por si mismo, en vez de depender de su madre enferma, me parece enfermizo.