Abrió lentamente sus ojos. No sabia que hora era, había perdido la noción del tiempo.
- ¿Me quede dormido? – pensó frotándose sus ojos
Volteó hacia su mesita de noche sabía que ahí tenía un pequeño reloj, no estaba equivocado lo podía ver ahí, pero no alcanzaba a leer los números, por lo que extendió su brazo y lo acercó a sus ojos.
- Seis – susurró y la apartó de su vista dejándola caer al suelo.
No tenía ganas de hacer nada, aunque tampoco sabía qué hacer. La sola idea de vender la casa le entristecía. ¿Realmente había perdido?, tenía que haber algo más. Se llevó las manos a la cabeza, pensativo.
Suspiró frustrado, nada se le ocurría. ¿Si le pedía ayuda a su madre?, ella sabría convencer a su padre para que no vendiera la casa. Aunque no estaba seguro si ella aceptaría ayudarlo, supo que se quedo toda la noche con él, se sintió fatal al solo imaginarla a su lado preocupada.
- Tengo sed
Hizo una mueca adolorida cuando se levanto de la cama quería dirigirse a la cocina.
- Realmente te vez terrible
Dio un salto sorprendido, no pensó que alguien estuviera ahí.
- ¿Chloe?
Ella estaba sentada en el futón frente a su cama, ojeaba la revista tranquilamente.
- ¿Cuánto tiempo llevas sentada ahí?
- Dormías profundamente – dijo sin levantar la mirada - ni si quiera te diste cuanta cuando entre
Él se levantó aun confuso, agarró su chalina y se cubrió el cuello, volteo hacia las ventanas no sabía de donde estaba entrando frio, miró nuevamente a Chloe incrédulo, buscó el medicamento que se encontraba en su mesita y trató de leer los efectos adversos.
- Alucinaciones – buscaba – alucinaciones
Mas no encontró nada. Entendió que era real después de arrojarle una almohada.
- De verdad eres tú – dijo riendo
Se dirigió al baño para lavarse la cara aún se encontraba somnoliento.
- Ya estaba pensando que no vendrías - dijo secándose la cara con una toalla –
Era gratificante saber que al menos ella se había acordado de él, ¿Eso era algo no?
- ¿Quieres salir a comer?, porque yo sí, tengo hambre.
- No creo que tus guardaespaldas te dejen salir – respondió ella.
- ¿Guardaespaldas? – salió del baño, Chloe no parecía estar mintiendo, entrecerró lo ojos y camino hacia la ventana.
Su padre no podía llegar tan lejos, no confiaba en él cuando dijo que se quedaría en casa a descansar y ahora había enviado a sus hombres para asegurarse de que él cumpliera con su palabra.
- no puede ser
Se encogió de hombros cuando observó una fila de hombres parados afuera de su casa.
- ¿Cuánto tiempo ahí?
- Vinieron para evitar que la prensa te moleste.
Al parecer los medios de comunicación no tardaron en enterarse que Nathan Dugan había solicitado su alta y que ahora se encontraba en su casa descansando.
.-.-.-
- No fue un día tan malo – se decía a si misma
Estaba agotada, sus ojos no le obedecían y querían quedarse cerrados cada vez que les daba oportunidad, cuanto deseaba poder llegar a casa y dormir tranquilamente.
Además, hubo clientes en toda la mañana no se podía quejar. Se sentía un poco más animada pese al terrible sueño que tenía, una parte era debido a las compras que había realizado Isabelle, a veces necesitaba sentirse ajetreada para evitar pensar y preocuparse.
Se paró en frente de al edificio, todos los días si lo hacía sin falta, pero cada vez le resultaba más difícil soportarlo, poco a poco perdía las esperanzas. Respiró hondo y se adentró a aquel lugar.
.-.-.-
- Puedo ordenar algo – dijo él – tengo una cocina fantasma, no encontraras nada ahí.
- Deberías contratar a una sirvienta
- Si, lo se
Observaba la casa, nostálgico. Recordó los juegos que realizaba con su abuelo cuando todos estaban ocupados y no tenían tiempo para él.
Jugaban al atrapa atrapa, Nathan corría riendo por toda la casa y su abuelo lo seguía por detrás, cuando estaba acorralado y su abuelo estaba a punto de agarrarlo se escabullía por debajo sus piernas y corría de nuevo.
- Esta casa es para ti Nathan – le recordaba siempre – cuando me vaya esta casa será tuya.
Ahora sabía que no la había cuidado lo suficiente, había olvidado lo importante que era para él.