Capricho (arte y Destino)

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Y él estaba ahí, nuevamente, frente al espejo. No lograba recordar cómo fue que se despertó, trató de ver la hora, pero le resultó imposible, no podía moverse ni mucho menos apartar su mirada, y eso lo lastimaba. Notó que espejo se acercaba hacia él.

 - Está bien… probablemente es un sueño – se dijo a si mismo – porque si no lo es, necesitaría un médico con urgencia.

Intentó nuevamente voltear hacia atrás, se alegró de conseguirlo, pero se encontró con un paisaje; pastizales verdes, un cielo tan azul que parecía el mar, pajarillos que trinaban alegres y un particular árbol con el signo de infinito tallado en su tronco. Daniel pareció comprender lo que sucedía y volvió a dirigir su mirada hacia el espejo, y ahí se encontraba él en su habitación observándose en el reflejo.

 - ¡¿Qué?! – tocó el espejo con la esperanza de volver a su habitación, pero en su lugar hizo que este se agrietara – evidentemente es un sueño – se apartó de él, tocándose la frente.

Tal vez era porque está pensando demasiado en ella. Retrocedió, el espejo ahora caía en pedazos y con él un agujero se abría, el cielo se tornaba oscuro y todo se convertía en el vacío a causa de ese agujero que lo succionaba.

 - ¡Tengo que despertar! – intentó hacerlo, pero fue inútil.

Buscó desesperadamente una salida. No muy lejos, en el mismo árbol, divisó a su padre, reposando tranquilamente.

 - ¿Padre? – corrió en su dirección

Era consciente de que era un sueño, aun asi no podía rechazar la oportunidad de hablar con él, aunque todo fuera parte de su subconsciente.

 - ¡Padre! – gritó y – ¡Ah! – se levantó asustado.

Se tocó la frente, trataba de tranquilizar su respiración. Salió de su cama buscando la hora, era tarde de nuevo.

.-.-.-

 - Veo que has estado ocupado

Su madre le ponía nervioso. Había recorrido toda la casa, revisado cada rincón de ella. Nathan se sentía como un niño, esperando que su madre encontrase algo por el cual sea regañado. Sonrió al recordar esos tiempos.

 - Supongo que papá te lo dijo – siguiéndola – estoy trabajando en el supermercado

 - Si, eso me dijeron

Estaba tratando de sacarle palabras, pero por lo que oía de ella, aún no se había enterado del incidente que acababa de protagonizar en la feria. Tal vez no fue tan importante como se lo imagino.

 - ¿Y esa chica era tu novia? – revisaba su armario.

O eso es lo que pensó, ahora tenía todos los pelos de punta debido a la pregunta.

 - ¿Qué chica?

 - A la que te llevaste en brazos. Hay muchos videos de eso – ahora ella lo miraba como gozándole por lo sucedido.

 - No, ella no es mi novia

 - Entonces imagino que son buenos amigos. Es bueno oír que no tienes novia.

 - ¿Por qué? – miró a ambos lados pensativo – ¡Me conseguiste una cita! – la miró asustado.

 - Algo parecido – respondió – estoy esperando que me confirme – le parecía gracioso el gesto de desconcierto en el rostro de su hijo

 

 - Espero que no sea una cita – deseó para sí mismo.

 - Hoy tampoco llegó temprano – se quejó el supervisor.

Nathan lo divisó desde lejos, lo encontró junto a James, mas no hizo nada, no le sorprendía, no tardaría mucho en llegar la noticia a su padre. Suspiró mientras se cambiaba. Por otro lado, tenía a Lina prácticamente en la palma de sus manos, estaba seguro de que ella aceptaría la propuesta, no tenía otra opción. Aunque en realidad, no le importaba el hecho de que ella haya fingido no conocerlo, no era la primera vez que le sucedía.

 - Ya se lo propuse – dijo calmadamente, parado frente al supervisor – Es muy difícil que me levanté temprano. Le dije que me dejara entrar a las 9pm, me puedo quedar hasta más tarde, eso no importa.

Se había rendido con respecto a ser puntual, eso no era lo suyo

 - Además, no puede negar que las ventas aumentaron gracias a mí – guiñándole un ojo.

Muchas de sus admiradoras vinieron de compras en el transcurso de la semana, algunas le pedían autógrafos, otras le sacaban fotografías. Ahora solo esperaba que no le preguntasen con respecto a Lina.

.-.-.-

 - Es absurdo y lo sabe. Es un proceso, solo tiene que dejarlo ir. Dejar que sane – se detuvo pensativo - no merece la pena continuar.

 - Necesito saberlo, me detendré después de esto.

Se tocó la frente.

 - Ahora empiezo a hablar conmigo mismo – sonrió por la nariz

Había entregado el folder que le dio el Sr. Dugan a sus investigadores, tenía la esperanza que encontrarían algo. Sabía que su madre estaría en desacuerdo, es por eso que prefirió no mencionarlo. Bostezó cansado.

 - Dormí bastante, aun asi, tengo sueño.




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