Ares
Me muevo en la cama molesto sabiendo que no estoy solo, no abro los ojos y ya la cabeza me quiere estallar, no debí ir a esa fiesta, todo se salió de control y como siempre olvidé que beber demasiado no me hace bien, aunque no solo la bebida, había drogas también, como en cada fiesta de Hana, nada puede faltar, son las mejores fiestas, pero acaba uno haciendo locuras y bueno, teniendo sexo, sonrío abriendo mis ojos y viendo a la mujer que duerme en la cama de espaldas a mí, tapada por completo con una sabana, quizás un poco de sexo ahora mejore mi dolor de cabeza, me acerco a ella sonriendo y beso su cuello, huele demasiado bien y me pego a su cuerpo, la chica gime algo que no entiendo y una de mis manos comienza a quitar la sabana de su cuerpo hasta que veo el tatuaje en su espalda, me quedo inmóvil, conozco ese tatuaje, lo he visto antes, ¿qué probabilidades hay de que más de una persona tenga el mismo tatuaje justo en el mismo lugar? Trago en seco y con lentitud salgo de la cama.
—Mierda —mascullo cuando ella voltea y sus ojos se abren, su mirada me recorre por completo hasta terminar en mis ojos
—Ares
—Se salió de control la fiesta —digo comenzando a vestirme queriendo poner distancia entre la mujer más caprichosa de este mundo y yo
—No recuerdo mucho
—Yo tampoco —mascullo y miento, recuerdo ahora todo lo que pasó, su cuerpo sobre el mío, mis manos tocando todo a su paso, los besos salidos de control, miro sus ojos azules, sus gemidos llenando toda la habitación, paso las manos por mi rostro queriendo olvidar todo.
—¿Ya te vas? —ella está tranquila mirándome desde la cama envuelta en una sabana
—Olvidemos lo de anoche —miro sus ojos —para mí no ocurrió nada, sigamos así y no hablemos con nadie sobre este error que no se volverá a repetir —camino hacia la puerta y salgo sin mirar atrás, acabo de pasar la noche con ella, la hija de uno de mis socios y del hombre más peligroso de este país, acabo de tener una noche cargada de sexo con Hana Mils, ¿por qué?
Subo a mi auto, pero me quedo ahí sin hacer nada, ella nunca me ha interesado, siempre la he visto como una mujer bella, pero está loca y mantiene una vida relajada al igual que yo, con cero concepto del compromiso, somos iguales y dos personas iguales no pueden estar juntas, ¿por qué entonces llegué a irme a la cama con ella? ¿Por qué la escogí si en esa fiesta había muchas mujeres bellas, no como ella pero bellas?
—Maldita sea —arranco el auto intentando recordar una sola cosa, no recuerdo haberlo hecho, ese detalle mi memoria lo ignora y por más que en mi cabeza revivo lo sucedido simplemente no recuerdo eso, no nos cuidamos, jamás me había pasado, no usamos ninguna protección y lo hicimos más de una vez.
Respiro hondo, no pasará nada, no tengo tan mala suerte ¿verdad? Y aunque pase, todo tiene una solución.
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Editado: 16.10.2024