—¿¿¿¿Eh????
La exclamación de sorpresa de Fritz hizo que todas las cabezas (y orejas) se volvieran hacia él.
—Usted también, Profesor Von Neuman. —confirmó el Doctor Zellman señalando con una lapicera. —Es demasiado peligroso que sea usted el único en tamaño Micrón durante la operación.
La enorme sala de reunión en donde se habían congregado todos los oficiales de alto rango de la Mainstream y la Bramante bullía de actividad. Cada participante tenía su propia pantalla frente a sí donde podía examinar los datos que el equipo de estrategas de Homs había recopilado y preparado sobre las defensas del Nexus.
—Yo… yo nunca. —dijo con dificultad el joven investigador.
—Nosotras tampoco. —lo tranquilizó Camila que se encontraba sentada frente a él. —Pero por lo que he escuchado no es una experiencia para nada desagradable.
Tali dejó el pad que estaba consultando junto con uno de los ingenieros de la Mainstream y se volvió hacia Fritz. —El proceso de agigantamiento es completamente indoloro. —afirmó tratando de tranquilizar al joven investigador. —Hay ciertos… “efectos secundarios” en humanos con desequilibrios emocionales o problemas de comportamiento, pero creo que usted va a estar bien, Doctor.
Oir sobre efectos secundarios no tranquilizó demasiado a Von Neumann, pero pronto la conversación se movió a otros temas más importantes.
—Tali. —dijo Owen mientras apartaba varios papeles de la mesa frente a donde estaba sentado junto a Jarvis. —¿Han culminado la inspección del Destructor Meltran? —preguntó.
—Si. —respondió la Jefa de Ingenieros de la Bramante poniéndose de pie. —¿Quiere que dé el resumen para todos?
—Por favor.
La Meltran se dirigió hacia la pantalla flotante en uno de los extremos de la mesa y desplegó las imágenes y gráficos de su Pad para que todos pudieran verlos.
—Bien, he aquí mi análisis; esa nave es una pieza de basura flotante. —dijo cruzándose de brazos.
Homs y Owen se miraron entre sí y luego volvieron sus miradas hacia la Meltrán. —¿Qué tan mal es la cosa? —preguntó el Capitán de la Mainstream.
—Literalmente se cae a pedazos. —respondió Tali. —Yo no me arriesgaría a mandar a nuestros soldados a una misión a bordo de ese pedazo de chatarra… no sin hacerle unas cuantas reparaciones de emergencia.
—¿No se supone que nosotros íbamos a dañar la nave a propósito? —preguntó Jarvis rascándose la cabeza. —¿Y tu quieres repararla?
La Meltran puso los brazos en jarra y miró las imágenes de la nave alienígena. —Ni yo misma entiendo como esa cosa se mantiene en una pieza. —dijo. —Hice un par de cuentas y debe tener unos cien años de antigüedad.
—¿Cien años? —preguntó Owen.
—Tal vez más. —observó Fritz. —Esa nave tira por tierra varias cosas que se daban por seguras sobre los Zentradi… como por ejemplo que la vida útil de sus naves era entre cincuenta y sesenta años/ciclos en promedio.
Tali señaló los cañones antiaéreos de la nave. —Es posible que la longevidad de esta cosa sea a causa de que prácticamente no hemos encontrado huellas o indicios de que alguna vez haya estado en un combate. —dijo. —No se ven marcas de disparos, metralla o nada que no parezca natural… casi todo el daño que observamos en el casco es por impacto de micrometeoritos u otras causas naturales.
—No me sorprende si realmente lleva más de cien años dando vueltas por esta zona. —respondió la Oficial Sandy Rivera
Hubo varios murmullos entre los oficiales. —¿Puede usarse la nave entonces? —preguntó Jarvis.
—Si. —respondió Tali. —Pero con respecto a eso… me temo que el puente de mando tamaño Micrón que encontramos está completamente inutilizado.
Tal y como había afirmado Fritz, se encontró un puente de mando de tamaño micrón ubicado en la parte superior de la estructura principal que alojaba el puente de mando que usaban las Meltran para comandar el Destructor. Tras analizar la computadora y sistemas se llegó a la conclusión que aquella nave nunca había sido comandada desde allí. Las pantallas y comandos estaban atascados y corroídos por el paso de los años y ni siquiera funcionaban.
—Osea que nuestras tropas gigantes tendrán que volar el destructor. —dijo uno de los Oficiales de Homs.
—Yo me encargo de pilotar la nave. —aseguró Tali. —Recuerden que yo era oficial del puente de un crucero Meltrán durante la Primera Guerra Espacial; sé cómo operar esas cosas.
Aquello pareció calmar las dudas de los oficiales por lo que la Meltran continuó hablando sobre el Destructor capturado. —Podremos volver al Nexus sin problemas. —afirmó. —Hemos logrado extraer información de navegación de la computadora de a bordo y nuestros técnicos la han analizado de cabo a rabo.
—¿Han encontrado información actualizada del Nexus? —preguntó Homs visiblemente interesado.
—Yo me encargaré de responder eso. —dijo Boris poniéndose de pie. —Además de la información de navegación, también hemos obtenido mucha data interesante, especialmente los canales de comunicación y el tipo de encriptación que usan en sus divisiones apostadas en forma permanente.
—¿Podremos entonces desencriptar sus comunicaciones? —preguntó Jarvis.
—Ya lo estamos haciendo. —confirmó Boris. —Desde hace unas horas.
Los oficiales murmuraron entre sí entusiasmados; aquellas eran, por una vez, excelentes noticias.
Boris señaló la imágen del Nexus y su ubicación en el centro de la nebulosa. —Esto va a sernos muy útil para organizar el escape del grupo de infiltración. —dijo moviendo el puntero para indicar el espacio entre la instalación enemiga y en donde se encontraban ellos ocultos. —Cuando el Núcleo de la fortaleza sea hackeado, podremos interferir todas las comunicaciones en el radio del Nexus y de esta forma cubrir su escape.