Capítulo 18
-Nina-
Observé a Luca y a Darrel irse con esos tipos, desaparecieron entre la oscuridad, con Caden nos quedamos allí esperando, pero no pasaba nada.
— ¿Crees que vuelvan?—pregunté, él me miro encogiéndose de hombros.
— No creo—contestó, conteniendo un grito porque una rata se había colgado de su camiseta—. ¡Odiosas de ratas!— chilló enfadado sacudiendo su camiseta, y se la puso rápidamente.
Comencé a mirar hacia uno de mis costados para salir de allí. La única salida que conocíamos era por donde habíamos entrado, Caden me miro y cayó en lo mismo que yo.
Se trepó a la pared a duras penas, intentó escalar metiendo sus dedos y la punta de sus zapatillas entre los bordes de piedra de la pared, yo lo miraba atenta desde abajo. Resbaló un par de veces pero ágilmente pudo seguir trepando, las ratas caminaban por los bordes, cada tanto las espantaba para seguir escalando, hasta que llegó a tocar la puerta de metal.
—¡Mierda!— exclamó Caden, le estaba costado mantenerse prendido a la pared, sobre todo si debía soltar una de sus manos para llamar a la puerta de metal sin el más mínimo resultado. Con el sonido de la música embotellándose tras esa puerta les sería imposible escucharnos. Golpeó una vez más la puerta pero sin resultado alguno, Caden se soltó cayendo de un salto al suelo—. Es imposible, nadie nos va a oír, la puerta se abre por dentro—. Señaló exhausto
— ¿Esta es la única salida?— inquirí mirando a Caden que pateo un rata fastidiado.
— No, si seguimos hacia allá— señalo por donde se habían ido Luca y Darrel— seguro encontramos una de las salidas que da a un cementerio.
— ¿Seguro?— examiné al notar que Caden no se veía muy convencido de aquello.
—Sí, lo único malo es que pasando todo este sector la mayor parte del trayecto está a oscuras y me dan repugnancia las ratas. Más aún si no las puedo ver—.Se quejó molesto echándose a caminar. Perseguí a Caden todo el trayecto hasta donde hubo luz, inesperadamente comencé a sentir temor. Caden se volteó hacia mí antes de cruzar el umbral hacia la oscuridad— en esta parte debes moverte rápido, hay muchas ratas, intenta pisar firme de manera que no te vayas a tropezar—. Me advirtió— no es agradable caer entre tantos roedores te lo puedo asegurar—. Dijo adentrándose a paso decidido hacia la parte más oscura del túnel.
Caden tenía razón. La oscuridad se hacía cada vez más intensa, oía el sonido de las ratas pasar entre mis tobillos, podría decir que eran muchas, el hedor de ese lugar se concentraba aún más a cada paso que daba. Mi respiración se aceleró. Escuchaba los pasos de Caden, pero no percibía la distancia entre nosotros.
— ¡Caden!—chillé dando grandes zancadas entre el agua y los roedores.
—¡Sigue caminando lo más rápido que puedas!—replicó mientras sentía que él aceleraba cada vez más el paso.
Ahogue un grito asustada al pisar una rata, casi resbalo, apoyé mi cuerpo sobre la pared hundiendo mis dedos en el moho; lancé un suspiro y seguí caminando sin perder tiempo, me había asustado, ya no me sentía tan cerca de Caden, aceleré el paso, solo caminaba hacia adelante, mi corazón latía rápidamente, mi respiración era afanosa.
— ¡Caden!— grité pero no oí su respuesta, eso me asustó aún más, voltee sobre mis pasos para regresar hacia la luz, pero ya era demasiado tarde, me había inmerso en lo profundo de esa enorme alcantarilla, si me devolvía, quién sabe si llegaría por donde había salido, tragué con dificultad, sentía la garganta seca.
Estiré mis brazos entre la oscuridad buscando un punto de equilibrio, no oía los pasos de Caden, llegando a la conclusión de que estaba sola, ni siquiera sabía cuánto más debía caminar , comencé a desesperarme mientras marchaba más rápido, el agua se agitaba tras mis pasos.
— ¡Luca!— grité con la voz entre cortada casi con desesperación. Mi voz resonó en el vacío de ese lugar, el sonido de mi respiración y el fuerte hedor de ese lugar confundían mis sentidos, la oscuridad me exasperaba, caminaba y caminaba y no encontraba la salida.
Las sombras me aterrorizaban, el sonido que producían esos roedores era irritante, necesitaba salir de allí, rogué una y mil veces no sucumbir ante eso, comencé a jadear ahogándome llevaba rato corriendo por allí, y los vapores de ese lugar comenzaban a marearme.
Me detuve apreciando que todo giraba a mi alrededor, pasé una mano por mi frente, intentando contener mi malestar, susurré el nombre de Luca casi sin fuerzas, estiré una vez más mis brazos sentía que todo me daba vueltas incluso perdí el sentido de la dirección o quizás el desasosiego estaba haciendo mella en mi de la peor manera.
-Luca-
Dejé a Darrel, una visión me invadió precipitadamente, veía oscuridad y la voz de Nina llamándome con desesperación apreté mis puños con fuerza.
—Hey Luca, ¿estás bien?— me preguntó al no entender mi reacción.
Debía controlarme de lo contrario era capaz de hacer cualquier cosa, mi enojo sobrepasaba mis niveles de tolerancia. Salí a toda velocidad hacia Nina, durante tantos años de poseer esta suerte de maldición podía decirse que sabía casi con exactitud cuando algo estaba por ocurrir segundos o minutos antes porque mi cuerpo se convulsionaba ante lo que mi mente me mostraba, entonces de esa manera yo comprendía que debía moverme rápido.