Cartas De Amor

Querido Sol

Capitulo 2.

Querido Sol,

Llegó a casa y la encontró vacía.

"¡Esta será otra noche sin Mi Luna!" Pensó en voz alta, su corazón sintió la amargura de sus palabras.

Sin pensarlo mucho, fue a su habitación y con avidez intentó llenar sus pulmones con el aroma de ella que aún persistía en el aire. Luego, recogió algo de ropa y fue al baño. Se dio una ducha rápida y fue al área de la cocina vestido, pero con el estómago gruñendo.

Ella había preparado todo lo que a él le gustaba. Tocó los platos y se dio cuenta que aun estaban tibios, lo que significaba que ella había preparado todo antes de salir a guiar a los demás. 

Mientras él dejaba su tarjeta de papiro entre la taza de café y el plato de tortillas, la de ella estaba entre el plato de rosbif y la copa de vino.

Como de costumbre, estaba etiquetado con el hilo rojo y una pequeña nota.

"Si todavía está caliente, come antes de leer"

"Si no lo pones dentro del horno, entonces léelo y come más tarde".

Una sonrisa se plantó en su rostro. Ella se preocupaba por él con sus pequeños detalles y aunque sonaba autoritaria, él obedeció como si ella estuviera allí.

De hecho, ella le hizo una llamada telefónica que él puso en voz alta. Ella se unió a su cena, tomó un croissant y estaba charlando juguetonamente, pero justo cuando terminó, ella recibió una llamada en su Bipper.

—¡Te amo mi Sol!

—¡Cuídate mi Luna!

Él limpió la cocina, tomó su papiro y se sentó en la sala de la oficina.

Querido Sol,

Me encantó todo lo que hiciste por mí esta mañana y todas las mañanas que he pasado a tu lado. Sé que amaré, incluso en un futuro desconocido, todo lo que harás por mí.

Estuve dando vueltas por mis recuerdos y recopilé algunos de ellos, ya que son cruciales para nuestra historia de amor.

Estoy empezando con el día en que nos conocimos.

Fue en esa explosión de Bing-Bang cuando el caos se apoderó de nosotros. Nadie sabía lo que estaba pasando. Yo con seguridad, no sabía si sobreviviría o solo me convertiría en polvo en el Universo.

Fue tu linterna la que me trajo a la vida. Te vi, mi Sol. Juro que mi corazón saltó un poco solo al ver cómo cuidabas de las criaturas desconocidas como yo y de todos los demás cuando también estabas herido.

No dejaste de esparcir tu luz curativa, mi Sol. Salvando muchas vidas y creando un vínculo especial conmigo esa vez.

Es algo extraño, empiezo a seguir tus pasos, que me envían a ser alguien que nunca pensé ni se me pasó por la cabeza antes de conocerte. Como mi mentor me iluminaste con tu pasión por la vida. Empecé a ver el universo a través de tus ojos

Como dije o mejor lo escribí unas filas más arriba, mi corazón dio un vuelco cuando te vi pero luego como los días persuaden de dar un vuelco empezar a latir en tu nombre.

No podía controlarme  a tú alrededor. Incluso un solo toque tuyo me sonrojaba. Disfrutaste bastante esos momentos porque pude verte sonreír.

Soñaba despierta mirándote en tu trabajo diario, cuando seguía a tus  pasos lentamente, mientras me quedaba mirando espacios vacíos.

¿Recuerdas cuántas veces chasqueaste los dedos en mi frente haciendo reír a todos a mi alrededor mientras mi rostro cambiaba y se ponía más roja que nunca?

Recordando ahora, estoy sonriendo a mi inocencia de ese tiempo.

Mis sueños esos días eran simples como aún lo son, crear nuestro pequeño universo ya que ahora somos solo dos.

Sé que esta pequeña frase te está tomando por sorpresa, estoy segura de ello. Es el momento perfecto para expandir nuestro universo.

Para más detalles, lo discutiré el lunes. Puedes esperar a las 6:35 pero yo llegaré a las 6:40.

A través de los años he sido el centro de atención para los marineros.

Una madre para niños albinos abandonados en el bosque.

Una confesora desde el corazón roto a la amante secreta.

Yo soy la que hace que el agua avance y retroceda. Y puedo hacerlo todo solo porque tú existes y me das vida con tu luz.

Tuya por siempre: ¡Luna!

Algunas lágrimas de tristeza escaparon de sus ojos ámbar al recordar su comienzo y otras escaparon de la felicidad que emanaba de ese comienzo.

Esas cartas habían sido una forma de conectarse cuando el tiempo no estaba a su favor.

Puso su tarjeta de papiro sobre las otras que estaban selladas en una caja de madera grabada: "LAS LETRAS DE LA LUNA".

Al lado de él estaba su caja donde estaba tallado: "LAS CARTA DEL SOL".

Ella había dejado la blusa que llevaba después del baño, con la que había dormido, sobre el armario. Él la tomó, la inhaló y su olor aún estaba allí, llenó sus pulmones y se acercó más mientras se acostaba en el colchón.

Ella llegó antes de que Sol se levantara, corrió a su habitación, abrió la puerta y lo vio envuelto en su blusa. Unas lágrimas plateadas rodaron mientras se acercaba a quitarse la ropa en el silencio de la noche, serpenteando bajo las sábanas.

Tan pronto como sintió su presencia por su aroma embriagador que había suprimido el olor de la blusa, abrió sus ojos ámbar para encontrarse con sus ojos grises en el tono más oscuro del exterior.

En ese momento Sol se elevó encontrándose con Luna, convergiendo su luz mientras la acercaba más a él, sintiendo su suave piel blanca mientras dejaba escapar un gemido ante su rápido movimiento.

—Llegaste temprano, mi Luna —Susurró besando su párpado.

—No podía esperar hasta el lunes, mi Sol —Ella respondió sin aliento bajo su toque.

—¿De verdad quieres expandir nuestro universo, Luna? —Preguntó con curiosidad, buscando sus ojos.

—No lo escribiría si no lo quisiera así, Sol —Ella respondió seductoramente, mordiendo su barbilla ganándose un gemido de él.



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En el texto hay: amor verdadero, doctores, luna y sol

Editado: 30.04.2023

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