Por favor chiquita, no tardes mucho en darme el sí. No ves que me estoy muriendo de amor por ti. Los días me parecen eternos lejos de ti, pero cuando estamos cerca, el tiempo pasa más rápido que las estrellas fugaces.
¿Ya notaste el punto clave de mi carta? Quiero una cosa principalmente: ilusionarte. Que me creas toda esta sarta de mentiras. Lo son, porque a pesar de que no te lo digo, también se lo digo a otras chicas tan ingenuas como tú, que sé que me lo creerán. Y una vez que caigas en mis manos, no te soltaré, pues cazador que dejar ir a su presa no es cazador. Yo no pienso dejarte escapar. Tengo un propósito para ti y lo voy a cumplir.
Sé que muchos se opondrán a lo nuestro, pero eso no me importa porque yo te amo con todo mi corazón y pelearé contra todo el mundo si es necesario para defender nuestro amor.
Jajajajajajaja…. Jajajajajajjajajaa. Mi risa es indetenible, jajajajaa. “Con todo mi corazón”. ¿En serio? ¿Me crees? Se ve que nunca te han decepcionado, nunca te han herido, nunca te han mentido o eres realmente ingenua como para creer esto. Si lo crees, hago una reverencia ante la chica más cándida de todos los tiempos: tú. Cándida es como “inocente”. ¡Y cómo me gustan las inocentes! Son las más tontas. Jajaja las que más rápido caen, las que más rápido creen. Las que más rápido se enamoran. Pienso que esto ya tengo rato diciéndotelo. Esto de la chica poco lista, poco agraciada con capacidad intelectual. Seguramente te crees fea o muy bonita, eso no importa, porque si estás fea o bonita es lo de menos, lo que cuenta es si caes o no, si eres lista o tonta. Aunque las listas nos gustan mucho a nosotros los de mi calaña, las tontas nos parecen de lo mejor porque son las que más fácil se rinden a nuestros pies, las que ceden a nuestras peticiones y creen nuestras estupideces.
Las listas se convierten en un reto difícil porque rápidamente descubren nuestro truco y no nos creen. Las otras, aunque nos descubran, siguen comiendo de nuestras manos, porque nosotros somos los machos y las hembras hacen lo que los machos dicen. Ustedes tienes que someterse a nosotros, su palabra frente a la nuestra tiene poco valor. Saben ustedes bien que tenemos el control, que las superamos en inteligencia y si no nos hacen caso a nosotros, nadie más las va a pelar. Por eso nos creen estas cosas, porque aunque saben que posiblemente no son verdad (y no lo son), tienen miedo que nadie más les vaya a decir estas cosas “tan lindas”. Y eso nos conviene, que tengan esa mente tan débil, tan fácil de convencer, tan sencilla de debilitar. Mientras ustedes se crean menos y más faltas de cariño, se convierten en presa facilita. No tardamos mucho en salirnos con la nuestra. Y para allá voy, para decirte qué pasa luego de que conseguimos lo que deseamos.
Ellos no entienden que nos gustamos y queremos estar juntos, ese es tu deseo y el mío. Entonces tendremos que andar a escondidas. Ni tu papá ni tu mamá deben saber de lo nuestro. Ellos dicen que somos unos niños, que no sabemos lo que hacemos, pero en realidad sí sabemos: sabemos que nos amamos y que deseamos estar juntos, uno al lado del otro, eso quiero yo y sé que tú también lo deseas.
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Editado: 17.01.2019