Parte veintiuno

Fíjate muy bien de qué personas te rodeas, porque muy seguramente adquirirás sus mañas, aprenderás sus gustos y harás muchas cosas de las que ellos hacen. Si yo fumo muy pronto también fumaras, y si lo hago, aunque tú no estés de acuerdo y no pretendo dejar de hacerlo, entonces también quiero destruirte.

¡Ay, eres presa fácil, débil, qué no podré hacer contigo! Si consumo alguna droga, prepárate, sin piedad arremeteré contra ti. No pasará mucho tiempo sin que vayamos a una fiesta y entonces sí, débil y en ambientes de ese tipo, con música alta y de tono excitante, tu cerebro difícilmente podrá resistirse. Así es que todo eso depende de ti, de una respuesta tuya, de un sí o de un no. Yo no te puedo obligar a elegir, pero sí quiero advertirte de cómo funcionan las cosas verdaderamente, para que al menos no ignores ni digas que no sabías que estas cosas funcionaban así.

No es mi deseo terminar con tu confianza hacia mí, ni en los demás jóvenes. Más bien quiero que abras los ojos, que te des cuenta en qué peligro estás. Tu edad es hermosa, disfruta tu libertad, goza tu adolescencia, tu juventud. Sé buena chica, ama y obedece a tus padres. Reúnete con tus amigos y elige muy bien con quien te llevas. No pienses que te harán bien aquellos que te invita a fumar, beber o incluso drogarte, estos se matan a sí mismos y también a ti quieren matarte. Te dirán que una no pasa nada, pero será el comienzo.

Huye de ellos, deshazte de ellos, quieren exterminarte porque no les importas. En esto sabrás a quién le importas de verdad; fíjate qué te ofrecen. Quieren que te destruyas. Es decir, no conformes con destruirse a ellos mismos, quieren que también tú lo hagas. Te dirán que no está mal, que no pasa nada, que no hay problema por tomarse una cerveza o fumarse un cigarro. No les creas nada, sus mentes están tan afectadas por esa idea y ese deseo de hacerse daño que perciben la maldad como algo bueno y la bondad como algo malo. De pronto querrán poner a prueba tu amistad, tu cariño o lealtad con cosas como estas, pero no pases la prueba, tu gozo que sea por hacer el bien y no por dañarte ni a ti ni a nadie más.