La campana de la escuela sonó avisando el termino de la clase. Abbi corrió hacia su casillero, junto a su mejor amiga, Beth, para no ser aplastadas por la multitud de adolescentes saliendo de sus clases.
"¿Preguntabas por mi en clase de química?
La verdad es que me sorprendió que preguntaras por chicos cuyos nombres empiecen con la letra L.
Te daré una pista...
Firmo tus cartas con la inicial de mi segundo nombre.
L."
Decía la carta que Abbi leyó junto a Beth.
—¿L? —Preguntó Beth a su mejor amiga. Quien nunca había mencionado dichas cartas a nadie, ni a su mejor amiga.
—Eh... Sí —respondió la pelirroja a su amiga—. Todas las semanas recibo una de estas cartas con la firma de L. Las encuentro en los libros que dejo en mi casillero.
—¿Y las respondes?
—Andas de curiosa hoy —Bromeó Abbi—... Pero no. No las contesto. ¿Qué si es un acosador? Sabe la combinación de mi casillero y eso para mí, ya lo hace un acosador. ¿Y qué si es sólo una broma? No, no las contestaré, Beth.
—Bien. Haz lo que quieras, pelirroja.