Dereck
*Primer día que recibió la carta*
Mi nombre es Dereck Lander, diecisiete años, casi dieciocho. Estudiante de último grado y aspirante a la universidad de negocios, sí eso es lo que haré cuando me gradué.
Hijo único y para nada mimado, como pensaran algunos que es ser el hijo único. La verdad es que mi vida a estado sola y vacía desde siempre, papá nos abandonó al enterarse de que mi progenitora estaba embarazada y mamá se la pasa trabajando para olvidar que por mi culpa papá la abandonó. Todo un caos mi vida.
Pero no he dejado que eso me derrotara, seguí adelante y no dejando que otros se sintieran igual que yo, por eso siempre desee y quise ser ser amable con los demás que para los que no sintieran un poco de afecto en sus vidas, conmigo se sintieran cómodos.
- Amigo - Llega Mario posando su brazo en mi hombro.
- Hola Mario - le sonrió.
Mario Benedetti, hijo de una familia Italiana, pero el es 100% español. Nació en su madre Italia, pero al cumplir tres años su familia decidió buscar nuevos lares y se mudaron acá.
Nos conocimos en nuestro primer día de quinder. Todo un drama ese día, todos terminamos llorando y llenos de salsa de tomate. Qué bonitos recuerdos.
- Amigo, necesito que me ayudes - dice con preocupación, ya se a donde se dirige esta conversación.
- ¿En que te puedo ayudar Benedetti? - ruedo los ojos, ya se lo que me va a pedir y yo se que voy a terminar ayudándolo.
- Necesito que me ayudes con la tarea de matemáticas, no tuve tiempo de hacerla ayer y el señor Rodríguez dijo que me colgaría de las pelotas si no la entregaba, ya me dejó pasar muchas como para dejarme pasar esta.
- Está en mi locker, cuando terminen las primeras clases y sea hora de almorzar te la daré y más te vale que la copies rápido.
- Si, si te juro que la haré rápido y cambiaré unas cosas para que el profesor no sospeche.
- Mas te vale italiano, porque yo no voy a ir mal en esa clase solo porque tú no hiciste tú maldita tarea.
- Calma amor, que para eso eres mi pareja, para ayudarme - dice Mario con labios de pato.
- Demonios, no tengo ni idea de porque soy tu amigo - digo con exasperación.
- Porque me amas y estarías perdido sin mi, acéptalo.
- Si claro - veo detrás de su espalda y puedo ver cómo Noah llega corriendo hacia nosotros, pero prefiero no decir nada.
- Acéptalo, soy tu favorito y jamás intentarás cambiar... Ugh - Mario suelta un quejido al sentir como Noah se estrella y se sube en su espalda - maldito animal ¿Qué en tu casa no te enseñaron lo que eran los malditos modales?
- No, solo me enseñaron como joder a Mario - dice Noah haciendo una señal con sus manos como si estuviera haciendo un arcoiris. Mario hace un sonido de exasperación - típico de Géminis.
Noah Fox, Español de nacimiento. Fiel creyente del horóscopo y bromista, es el tipo de chico que si o si quisieras tener en tu grupo de amigos llamativo, alegre y fiel. Todo lo que buscas en un amigo el lo tiene. Nos conocimos hace cuatro años, el era nuevo así que Mario, Carlos y yo decidimos reclutarlo en nuestro grupo como buenos samaritanos que somos.
A Carlos lo conozco desde siempre, nuestras madres fueron amigas de la infancia y por ende nosotros al nacer fuimos muy unidos. Aunque algunas veces peleemos, todo queda en el pasado y somos amigos de nuevo.
- ¿Donde esta el bastardo de Carlos? - pregunta Noah de un momento a otro dejando su pelea con Mario a un lado.
- Bastardo tu culo Fox - dice Carlos de un momento a otro llegando hacia nosotros. Yo me empiezo a reír de manera escandalosa.
- Cuidado te ahogas chaval - a mi lado llega Mateo a mi lado.
Mateo Fernández, parte del grupo desde hace un año, pero pareciera que siempre estuvo con nosotros. Español y bueno en la literatura.
- Cállate - le digo para molestarlo - ahora que estamos todos, vamos a la clase de artes antes de que Smith no nos deje entrar a clases.
- Vamos - concordaron todos y diciéndolo al mismo tiempo.
- Aveces me da miedo que hablen los cuatro juntos, como si fueran hermanos - finjo que un escalofrío recorre mi espalda.
- No te preocupes amor, que con el único que tengo química es contigo - dice Mario lanzándo un beso, beso que yo atrapo para seguirle el juego y ponerlo en mi pecho.
- Ya casense, me enferma su amor - Noah sigue el juego.
- Estás celoso de nuestro amor Noah - digo yo abrazando a Mario para darle más dramatismo al juego.
- Deja la envidia Noah - ahora le toca a Mateo seguir el juego.
- Si Noah deja de ser tan envidioso - Mario me da un beso en la mejilla y medio instituto se nos queda viendo.
- ¿Qué ven? ¿También quieren un beso de Mario? Con gusto el se los da - Noah intenta molestar a Mario, le sale bien porque el aludido frunze el seño y le da un golpe en el hombro - Auch.
- Eso es para que aprendas a respetar mi relación con Dereck - ya no aguanto así que empiezo a reír, luego todos me siguen.
Es divertido jugar de esta manera con ellos, porque sabemos que todo es broma y que nada se toma personal, luego de un tiempo si eres nuevo en el grupo te acostumbras. Es increíble saber que tenemos la suficiente confianza para hacer todo lo que hacemos juntos.
- Ya venga, vamonos antes de que nos cierren la puerta en la cara - dice Mateo, de cierta manera el es el más juicioso junto conmigo del grupo.
- Here we go.
- Parece que alguien estuvo haciendo su tarea de inglés - le digo a Carlos para molestarlo.
- ja ja qué gracioso Lander - rueda sus ojos y yo río por lo bajo.
∆
Las clases pasaron rápidas, aburridas, pero rápidas, desayuno y pasar por la oficina del subdirector por unos trabajos. Cuando menos me lo espere ya era hora del almuerzo y tenía a Mario detrás de mí como una garrapata molesta.
- Diablos Mario, ya te dije que te iba a dar la tarea, deja de estar detras mio.