Casada Con Un Inmortal [ Libro 1 ]

Capítulo 5 - Ashley.

 

La semana pasó rápida y el sábado elegido para la fiesta llegó, como llegaron los invitados. Todos con sus mejores galas. Geovanni era rico, importante y respetado, por ello todos parecían encantados de pisar su mansión, la mas grande de la ciudad. Fuí arreglada por mi madre, el vestido blanco, largo y con pedrería era de uno de los mejores diseñadores, mi madre lucia uno igual de precioso y caro. Don Esteban no pudo ocultar al verla lo hermosa que estaba y mi madre sonrió con falsa modestia, permitiéndole besar su mano. Las hijas de Don Esteban Caldo me saludaron, Candela mas efusiva y Estela dedicando mayor atención a mi esposo. Descubrí sus miradas con malicia y alegría pues el espacio que me separaba de Geovanni era mayor que una semana atrás. 

 

 

Abrir el baile me dio la oportunidad de acercarme a Geovanni y romper esa barrera que se había formado entre nosotros.

 

- Geovanni... - Su nombre salió de mis labios y no me dio tiempo a más, pues él tomó la palabra.

 

- No busco una disculpa, ni nada, Ashley. Hice lo que creí correcto y no de ello me arrepiento. - Bailábamos sólos, éramos el centro de todas las miradas y me tocó hablar.

 

- No debí callar... Lo siento. - Mi voz era tan baja como lo había sido la suya.

 

- Agradezco tu silencio. Podrías haberte burlado de mis sentimientos y no lo hiciste, se que tampoco a sido agradable para ti. - Tomó una pausa y siguió diciéndome. - Por ello te propongo no hablar mas del tema. - Otras parejas salieron entonces a bailar, yo me sentí desdichada y quise llorar. No me lo podía permitir allí delante de tanta gente, me limité a apoyar mi cara en Geovanni y bailar con él.

 

 

Al finalizar el primer baile, Geovanni no soltó mi mano hasta salir de la pista de baile y nos miramos.

 

- Tras nuestro regreso de la Isla Luna contaremos la noticia del embarazo. - Me informó.

 

- Si... - Solo dije sin saber que decir. Después nos separamos y lo observé saludar a varios invitados.

 

- Así que la señora Luna está embarazada. - Estela se acercó acompañada de Candela, que la intentaba hacer callar. 

 

- Te prohíbo que lo cuentes. - Contesté seria. No estaba teniendo un buen día. 

 

- Lo e oído de su propia boca y si el señor Geovanni quisiera que nadie lo oyese, no lo diría en un lugar como este, con tanta gente. - Respondió Estela y se dignó a felicitarme. - Le deseo que sea barón, sano y fuerte. - Sus palabras me hicieron daño. Si todo se acababa... Era mi obligación abandonar a mi bebé. Respiré agitada, con esfuerzo y se me nubló la mirada.

 

 

Todo ocurrió tal y como yo había temido. Debido a mi desvanecimiento Geovanni contó mi estado a mi madre, así me lo comunicó él mismo y temí el momento de quedarme a solas con ella. Cuando Geovanni se retiró, se presentó Don Esteban interesado por mi salud y se lo agradecí sentada en la cama, con una manta en mi regazo. Mi madre también le agradeció el gesto.

 

- ¡Embarazada!. - El reproche de mi madre se presentó nada mas abandonar Don Esteban el dormitorio y cerrar la puerta. Atravesó la primera estancia hasta la segunda, donde yo me encontraba y me preguntó. - ¿Me has estado engañando?.

 

- Déjame tomar alguna decisión, ¿No? - Respondí.

 

- Te parece poca decisión rechazar a Geo, ¡no se que diantres te ocurre!. - Mi madre se mostró ruda, enfadada y desconcertada.

 

- Que lo amo, mamá... Amo a Geovanni y me duele a morir no poder decírselo. - Me desahogué y su rostro cambió. Yo tragué saliva. - Siento si te decepciono, pero mas decepcionada estoy conmigo misma.

 

- A ver, ya... Cálmate. - Sus suaves palabras la acompañó hasta mi lado y me tomó de las manos. - El amor es un sentimiento que no sirve para nada, ¿Por qué has caído tú en él?. - Me preguntó. 

 

- Geovanni... - Hablé pensando en él. - Es tan bueno, cariñoso y atento conmigo.

 

- Vamos a tener que abandonar esta vida a no ser que hables con él, te tragues los remordimientos y le digas que lo amas. - Me pretendió asustar para que hiciera lo que ella quería y entendí que teníamos que irnos.

 

- ¿Que pasará con mi bebé?.

 

- Pertenece a Geo. - Me respondió poniendo su mano bajo mi barbilla, me besó en la sien y susurró. - Debo volver a la fiesta. - No pude decir nada pues enseguida se marchó. Ahora necesitaría pensar que íbamos hacer, la escuché hablar y miré hacia la otra estancia, donde la vi hablando con Estela y la escuché decirle que me encontraba bien pero que necesitaba descansar. Cuando las dos abandonaron el dormitorio, toqué mi vientre y no pude evitar echarme a llorar.

 

Apenas pasaban de las nueve de la noche cuando Elisa me trajo una sopa de verduras, y antes de irse le pregunté por mi madre y mi esposo. Elisa me informó de que ambos estaban en la biblioteca y me pregunté que harían allí...

 

Aunque la fiesta continuó sin mi, no se prolongó mucho.

 

 

Geovanni aplazó nuestra partida hasta la mañana en lugar de partir esa misma noche, como había estado planeado. Me levanté con ánimo, pues me propuse dejarme de lloros y penas, afrontaría cada cosa, cada dificultad y problema cuando tuviera que hacerlo. 

La travesía hasta la Isla Luna la haríamos desde un pueblecito, donde haríamos noche. Desde la ciudad hasta el pueblecito fuimos en coche con el chófer de Geovanni. Los dos en el asiento trasero no parecíamos estar muy por la labor de hablar, por lo que pensar en pasar una larga temporada solos en la Isla Luna, me parecía una tortura... A la que ninguno decidió negarse. Durante el viaje en coche Geovanni se dedicó a dibujar a lápiz, afición que tenía y yo intenté pasar el tiempo leyendo, pero terminé mirando mas por la ventana que mirando el libro.



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En el texto hay: familia, romance, amor

Editado: 25.01.2021

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