¿casarme con un mafioso?

25 | Bienvenidas

Grace

-¿Te gusta?- pregunta Damián abrazandome con cariño de la cintura y mirandome desde la curva de mi cuello.

-Me encanta- respondi con una sonrisa y me gire a el para darle un beso fugaz en sus labios -quedo inclusive mejor que como lo imaginamos-

Por fin podiamos ver la habitacion de nuestra hija y el decorador supero nuestras expectativas.

Tenia colores en tonos pastel, luces en forma de nubes y algunos juguetes en repisas

*Imagenes relativas*

Sus closeths eran color blanco junto con ropa que nos regalaron, tuvimos que hacer dos pues la ropa era mucha, uno fue el la habitacion y el segundo a un lado del baño


Sus closeths eran color blanco junto con ropa que nos regalaron, tuvimos que hacer dos pues la ropa era mucha, uno fue el la habitacion y el segundo a un lado del baño

Sus closeths eran color blanco junto con ropa que nos regalaron, tuvimos que hacer dos pues la ropa era mucha, uno fue el la habitacion y el segundo a un lado del baño

Y también habia un carrito color celeste con cosas escenciales, ya saben, biberones, pañales, toallitas, ese tipo de cosas

Y también habia un carrito color celeste con cosas escenciales, ya saben, biberones, pañales, toallitas, ese tipo de cosas.

Y también habia un carrito color celeste con cosas escenciales, ya saben, biberones, pañales, toallitas, ese tipo de cosas


Sin duda alguna este cuarto es el más especial dentro de la casa. Ya estamos en la semana 34 lo que significa que cada vez falta menos para conocer a nuestra hija y no saben lo emocionados que estamos.

Hemos visitado el orfanato un par de veces y mis niños estan igual de contentos, quieren jugar con ella cuando venga, sin duda alguna ellos son unos hermosos.

-Chicos- hablo Isa desde afuera -Ya va a empezar el programa y la cena esta lista, vengan- nos dirigimos a la sala y empezamos a ver nuestro programa favorito, Caso cerrado, sin duda alguna es de los mejores.

(...)

-¿Estas segura que te sientes bien?- pregunto mi hombre sentandose a un lado de mi en nuestra cama con gesto preocupado.

Hace un rato cuando fui a la cocina por agua me dieron unos dolores debajo del vientre y me dolio un poco, por suerte solo fue un momento. El doctor dijo que seria normal en estas ultimas semanas, no era algo de que preocuparse.

-Solo fue algo momentaneo amor, no te preocupes- hable con una sonrisa y acariciando su mejilla.

-Solo quiero prevenir angelito- me dio un beso en el dorso de mi mano y despues se acomodo para hablar con nuestra bebé.

-¿Como esta la nena de papá?- empezo a dar pataditas y me enterneci como siempre con la escena. Después de un rato me dieron ganas de ir al baño y Damián me ayudo a ponerme de pie e ir pero a la mitad del camino volvieron los dolores pero esta vez más fuertes. Me sujete fuerte de su brazo y el me agarro para no caerme.

-¿Que paso?- no pude responderle cuando un liquido salio entre mis piernas -Oh, dime que...- asenti haciendo las respiraciones que habia aprendido en el curso de maternidad.

Damian me volvio a sentar en la cama y le ordene que fuera a buscar la pañalera, al rato me sostuvo entre sus brazos y nos dirigimos hacia la salida. Nos adentramos al auto lo más pronto que pudimos y estuvimos en camino ql hospital.

-No puedo creer que este pasando ya- hablo Damian perdido entre sus pensamientos y con el rostro en blanco. En una señal de alto lo hice que me mirara y acaricie su mejilla

-Todo saldra bien- dije antes de sentir una contraccion que me hizo gritar un poco y agarrarme fuerte del asiento.

Al retomar el camino me bajo con cuidado y de inmediato nos atendieron, las contracciones eran cada vez más fuertes pero no me importo, las respiraciones ayudaban un poco a calmar el dolor, cuando si me desquitaria seria en el parto.

-Llamale a nuestros padres, a Isa y a los chicos- asintio mientras me llevaban a la sala para cambiarme de ropa y que la obstreta me revise. Cuando esta llego me dijo que faltaban unos cuantos minutos y cuando pasaron Damian aparecio ya cambiado y ambos nos dirigimos a la sala de parto.

Las contracciones ya dolian como la mierda y cuando me dijeron que pujara empece a gritar del dolor y una capa de sudor se formaba conforme las contracciones se hacian frecuentes.

-Ya falta poco- hablo la doctora y yo sentia que ya no podia más

-Vamos angel mio, tu puedes- agarre la mano de Damian y la aprete al momento de sacar un grito fuerte, pasaron unos momentos más hasta que se escucho un llanto de bebé y mis lagrimas hicieron aparicion derramandose incontrolablemente en mis mejillas. Luego de pujar un poco más para sacar la placenta por fin pude descansar.



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En el texto hay: mafia, embarazo, amor verdarero

Editado: 25.03.2024

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