—Creo que Logan me agradara más rápido de lo que pensé — dice Adam riendo y mirando a Logan quien asiente con una sonrisa puesta en sus labios de forma creída eso sí.
—Mientras que los dos no se pongan en mi contra — les digo mirándolos a ambos con seriedad por lo que los dos dejan de sonreír para asentir igual de serios.
—A Sol nunca le han gustado los perros — le dice en un susurro a Logan haciendo que lo mire de inmediato.
—Eso no es verdad — le contradigo cruzándome de brazos y mirándolo mal.
—Y entonces, ¿Porque le cortaste tantas veces el pelo a Lotti? — me pregunta haciendo que mire para otro lado con vergüenza.
—¿Quién es Lotti? — escucho que pregunta Logan.
—La perrita de Jessi. Es una Lebrel afgano y su pelo es muy largo, liso y blanco, por lo que se notaba enseguida si le faltaba pelo y aquí mi hermana no se lleva del todo bien con los perros, sin embargo tiene un gato — suelta toda esa información vergonzosa de mi a Logan, (Que bonito), pienso sarcásticamente.
—Ya lo sabía, también me había hablado de que.. Tenía un gato — dice Logan mirándome entre sorprendido y curioso de seguro por saber algo más de mí, (¡Genial!) pienso.
—Adam ve a arreglar una maleta y dile a Liam si quiere ir también, dile que yo hablo con sus padres para que le dejen ir sin problema y a todo esto, ¿Dónde están? — termino preguntando al recordar que no los he visto.
—Se han ido cada uno a sus casas, dijeron que te dejarían respirar un poco para luego hablar bien — dice mirándome y asintiendo para que le crea.
—Está bien — le digo soltando un suspiro de frustración — Ve — le digo haciéndole un movimiento de cabeza apuntando la puerta
—Uf con que ya echándome de mi propia cocina por estar con tu novio, que bonito — dice sarcásticamente mientras se baja del taburete — Sol — llama mi atención por lo que le miro ya en el marco de la puerta — Las puertas abiertas, ¿Ok? — dice con seriedad sin embargo no le dura mucho porque se echa a reír mientras que yo lo fulmino con la mirada. No es que tenga intenciones de tener un momento de intimidad con Logan, de solo pensarlo me da pena y vergüenza, no por él sino que por mí.
—Soy mayor hermanito, tú eres él que aún no puede ni siquiera tener novia — le digo cruzándome de brazos para mantener mi postura de seriedad mientras que él quita su cara de burla para comenzar a negar.
—¡Me volveré viejo esperando a que me des permiso de salir con alguien! — dice dándome la espalda y saliendo de mi campo de visión haciendo que ría.
—¡Esa es la idea! — le digo desde la cocina y subiendo mi tono de voz para que escuche y por lo visto si escucho porque oí un gruñido desde allá, por lo que sonrió y niego para luego darme la vuelta y quitar enseguida la sonrisa porque Logan se encuentra a una distancia demasiado corta nuevamente para mi gusto — Que haces — le digo sin poder decirlo como pregunta por su cercanía.
—Con que ya eres mayor para tener la puerta cerrada, he — dice de forma burlona por lo que giró los ojos y lo fulmino con la mirada también, para girarme y caminar hacia el pasillo otra vez — No me dejes solo — dice él mientras que escuchó sus pasos seguirme.
—Tampoco es como que sea tan grande la casa como para que te pierdas — le digo mientras sigo caminando esta vez junto a él.
—Si que es grande — dice él mirando los escalones que vamos subiendo para ir al segundo piso.
—Cielo, entonces no conoces la mansión de Washington — le digo con un pelito de altanería en mis palabras.
—¿Es más grande que está? — pregunta con curiosidad.
—Mucho más grande. Hay una casa exclusiva del servicio que tiene treinta dormitorios con dos camas y un baño para cada cuarto y déjame decirte que son bastante grandes y cómodos, mi abuelo los mandó a hacer para las personas que iban a trabajar a los viñedos en las temporadas de colecta de uvas o de alguna siembra, no solo vendía vinos, sino que también trabajaba las tierras para otras cosas y cultivos de diferentes tipos — le digo mientras seguimos subiendo.
—¿Tienen animales también? — pregunta nuevamente con curiosidad.
—Mi abuelo junto a su padre fueron fanáticos de los caballos y realizaban carreras con ellos cada año — le digo recordando mientras subimos el último peldaño para comenzar a caminar a mi cuarto.
—¿Te gustan también? — pregunta.
—La verdad de las cosas es que si se montar, sin embargo no es mi pasatiempo favorito y bueno, nunca me gustó la idea de quedarme a dirigir todo lo que hacía mi abuelo. Siempre me interesó lo que hacía mi padre al estar frente a su escritorio y con un gran plano en blanco en donde pasaba horas y horas armando algo y luego llegar a casa feliz de los nuevos proyectos que saldrían con sus ideas y también cómo su empresa crecía cada vez más hasta convertirse en una de las más conocidas y recomendadas por famosos y hasta por un par de presidentes — le digo abriendo mi puerta y entrando.
—¿Y quién se quedará con lo que era de tu abuelo entonces? — pregunta cerrando la puerta.
—Adam — le respondo caminando hacia el cuarto de ropa.