Narra Sol
Luego de una tarde relajante nos encontramos dentro del ascensor para ir a recibir a todos los invitados.
Tengo enormes ganas de soltar la mano de Logan e ir de vuelta al cuarto. Apenas se abren las puertas del ascensor del primer piso. Absolutamente todas las miradas caen en nosotros. Que son muchísimos como para solo estar en el lobby.
Por inercia presiono con nerviosismo su mano mientras que él solo me sonríe entre divertido y emocionado. Así como hace unas horas. Con la diferencia que ahora está con el traje y yo estoy con el hermoso vestido color azul largo más el collar que Logan ha querido regalarme.
A decir verdad es hermoso. La cadena es de plata, no es tan gruesa y tiene un corazón de plata y sobre este, tiene piedras de oro blanco.
—Logan — un hombre de unos treinta años se cruza en nuestro camino con una amplia sonrisa — Felicidades por tu nuevo logro hombre — le felicita con notoria fascinación estrechando su mano con la de Logan.
—Gracias Agustín. Qué bueno verte aquí — responde Logan quitando su mano de mi cintura — Te presento a Sol, ella es mi novia — me nombra haciendo que tanto su mirada como las que están a nuestro alrededor pongan más atención en la conversación.
—Es un gusto conocerte Sol. Eso quiere decir que ya es eres otro menos de los que quedamos solteros — suelta junto a una risa que es acompañada por la de Logan — Soy Agustín como me ha nombrado Logan —
—Es un gusto Agustín. Sol Smith Williams — me presento estrechando su mano. Y viendo la impresión en su mirada.
—Que pequeño es el mundo — murmura — Hablamos ayer por la mañana. Soy el dueño de la cadena de restaurantes Jefferson — dice sonriendo abiertamente — Lamento lo de tu abuelo, lo conocí durante un par de años — me da el pésame junto a una mueca — Mi abuelo estuvo en el funeral. Quise ir pero tuve que quedarme por la agenda que no podía aplazarse — se excusa.
—Gracias y entiendo — murmuro sonriéndole con pesar al recordar que hace poquísimo fue que enterré a mi abuelo y ahora me encuentro en una celebración — Lamento lo que pasó con las entregas de vinos de nuevo. Deberían de estar llegando mañana antes del mediodía — le informo lo que Colin me dijo antes de que bajara al evento.
—Señor Logan — otro hombre se pone junto a Agustín con una copa de vino — Me alegré mucho de haber tenido el privilegio de ser invitado ante tantos inversionistas más poderosos que yo — agradece estrechando su mano con la de Logan.
—Ryan, me gustó mucho su propuesta y espero que este lunes estemos en contacto para ver donde quedará instalado—
—Por supuesto Señor Logan — dice feliz pesando su mirada por mí — Señorita — dice ofreciendo su mano hacia mí.
—Sol Smith Williams, un gusto — le saludó estrechando su mano.
—Oh — murmura mirando su copa — Ahora la dueña de los viñedos Williams y debo decir que traerlo hoy para esta ocasión ha sido espectacular. Un sabor exquisito — dice saboreando el vino. Miro a Logan sin comprender.
—Quise que hoy probaran algo diferente. Y qué mejor que los vinos que ofrece mi novia junto a su familia — podría decir que casi en devoción lo dice mientras me mira con una hermosa sonrisa de ternura.
—Una delicia, debo decir — admite Ryan.
—Señor Logan ya han llegado casi todos, es hora — interviene Emma haciendo que las miradas caigan en ella.
—Iremos enseguida, haz que los camareros y demás comiencen a servir las copas de champán Emma — le pide Logan.
—Por supuesto señor — dice girando.
—Y Emma — le llama antes de que dé más pasos para alejarse.
—¿Sí señor? — pregunta mirándole.
—¿Mis abuelos y mi madre ya están aquí? — pregunta con intriga. Mientras que ambos hombres ahora hablan en murmullos entre ellos.
—Si señor. Su abuelo lo ha estado buscando y su madre con su abuela le están esperando en la mesa central —
—Gracias Emma —
—De nada señor. Luce espectacular Sol — me alude Emma sonriente.
—Igual tu Emma, gracias — le devuelvo el gesto sonriéndole con amabilidad. Ella va con su acostumbrado tomate de peinado, un vestido no tan ceñido al cuerpo como el mío, es de color naranja pero suave. Sus hombros están cubiertos y sus brazos están descubiertos. Tiene un cinturón delgado y sus zapatos son con un pequeño tacón color café claro. Y como casi siempre la veo está con una carpeta en sus manos y un lápiz enredado en las hojas.
—Si nos disculpan, espero que disfruten la velada — se disculpa Logan volviendo su mirada a los dos hombres mientras pasa su mano por mi cintura.
—Claro y felicidades de nuevo — dice Agustín asintiendo.
—Espero su llamada este Lunes señor Logan, felicidades — dice esta vez Ryan.
—Emma se comunicara con usted cuanto antes — con un asentimiento nos alejamos de ellos y caminamos pasando por el lobby saludando e intercambiando un par de palabras para no alargar más la llegada a donde deberíamos haber estado hace cuarenta minutos por lo que dijo Logan. Sin embargo, por lo que veo hoy la hora no es de gran importancia para Logan. Está demasiado contento como para molestarse por el retraso de todo.