Cásate conmigo Mary

Capítulo 7

Al escucharlo Mary explotó de la furia ¿Quién rayos creía que era?

— ¿¡Enloqueciste!? — dijo histérica — y yo que pensaba que tus disculpas eran sinceras, qué tonta soy. — río con sarcasmo.

— Mary solo escúchame. — dijo suplicando desesperado.

Él sabía que ella no lo haría, pero tenía que intentarlo, ahora él estaba en sus manos.

Mary lo miro con confusión ¿Qué clase de persona era? No lo lograba descifrar, dijera lo que dijera Tatiana, él tenía que tener un tornillo flojo.

Suspiró.

— Andrés será mejor que te vayas, la única cosa que tenemos pendiente tú y yo es solamente entregarte tus pertenencias, no más, no sé cuántos tornillos se te zafaron esta vez o a quien quieres impresionar esta vez, pero no cuentes conmigo. — Lo mira antes de darse la vuelta y marcharse.

¿Qué debía hacer él ahora? ¿Marcharse? Suspiró y se hundió en el asiento. Mary fue hasta la barra enojada, donde Tatiana la esperaba ansiosa.

— ¿Él es tu Príncipe? — pregunta mirando detrás de Mary, tratando de ver su rostro, curiosa.

— ¡Te repito que él no es mi Príncipe! — exclama molesta.

— Entonces, si es él, ¿no piensas presentarme? — dice con súplica.

— No lo haré. — sentencia, para que no insista más.

— Mala. — achina sus ojos en ella — Entonces, ¿por qué vino? ¿Qué te dijo? ¿Vino por sus cosas? O mejor, ¿te dijo que te quedarás con ellas para qué lo recordaras? — dijo chistosa, tratando de adivinar.

— Me propuso matrimonio. — suspira.

— ¿¡En serio!? No creí que... ¿Y aceptaste? — pregunta expectante.

— ¡Tatiana! No es una verdadera proposición, es solo para dar celos a su exnovia otra vez. — dice indignada.

— ¿Y si fuera real, aceptarías? — pregunta curiosa.

— ¿Eh? No-no lo sé. — dice pensando.

— ¿Y vino hasta aquí únicamente por eso? ¿No tiene que haber pasado algo grave? Él no sabía dónde trabajabas y consiguió tu dirección, ¿solamente para hacerte la propuesta para darle celos a su exnovia? No pienso que sea así — exclama pensativa.

— Sea lo que sea que no cuente conmigo, porque las cuentas tendrán un resultado erróneo. — dice molesta y luego se calma para que ella lo entienda. — Tatiana, no quiero pasar lo mismo de la otra vez y él... No quiero hacer esto.

— Está bien, sabes que te apoyaré en todo, después de todo es solo un desconocido. — le da una sonrisa con dulzura. — Entonces lleva este pedido a la mesa cuatro y ten cuidado con ese hombre, solo deja el trago y vuelve pronto.

— Está bien, no te preocupes. — le resta importancia.

Camina hacia la mesa cuatro, donde ahora hay dos hombres más, igual de raros que el anterior.

«Aquí están sus bebidas, señores, espero las disfruten.»

Coloca las bebidas en la mesa y se da la vuelta para marcharse, más la detienen tomando su muñeca. Mary voltea y los mira con desagrado.

— Creí que no podías sentarte a hablar, ni a tomar con los clientes. — dice maquinando algo.

Lo suyo más que una pregunta era una afirmación o insinuación, aun así, Mary decidió responder con la sonrisa más fingida que pudo encontrar.

— Así es señor y si no necesita nada más, me tengo que ir a trabajar. — dijo tratando de soltarse.

— Algo muy extraño, es que te vi sentada con un cliente hace un rato. — dijo con satisfacción y una enorme sonrisa.

La había visto sentada con Andrés, ¿por qué le traía él tanta mala suerte?

— Me habrá confundido con otra persona, ahora ¿puede dejarme ir? — Insiste, más él sigue sosteniendo su muñeca y era muy difícil para ella escapar así.

— ¿¡¡Consideras que soy estúpido!!? — Lanzó un grito furibundo que fue opacado por la música.

Al verlo Mary se asustó, ¿adónde planeaba llegar con esto?

— Está equivocado señ...

Es interrumpida por un estrepitoso golpe que él da en la mesa. Ella lo mira con terror y busca ayuda en Tatiana, más ahora el bar está mucho más lleno y no logra verla. Entonces la embarga la desesperación.

Él la jala con todas sus fuerzas, por lo que ella cae de bruces sobre él. Intenta levantarse, más él la toma con fuerza de la cintura y no la deja. Intenta meter la otra mano por su falda, más es detenido al recibir una cachetada de Mary.

— ¡¡Le digo que me suelte!! — grita furiosa.

Más el hombre la tira sobre el asiento y se coloca encima.

— ¿Así que eres una fiera? Pues aprende que a mí me llaman domador — dice intentando besarla.

Si eso era un chiste no le produjo ninguna gracia, ¿Cómo era ella capaz de meterse en un lío tras otro?

 

 

Más cuando iba a besarla es detenido, debido a que lo halan de la camisa y lo tiran al suelo. Mary ya había cerrado los ojos por el miedo y la impotencia, cuando los abrió se encontró con los de él, sus ojos azules la miraban fijamente y pudo ver la furia crecer en ellos.

— ¿Estás bien? — preguntó buscando algún rasguño en su cuerpo.

Al encontrarlo dio la vuelta y se dirigió al hombre, totalmente enfurecido, y lo tomo del cuello de la camisa para luego comenzar a golpearlo. Se estaban golpeando el uno al otro, cuando Andrés lo tomo de la camisa de nuevo para golpearlo repetidas veces en el suelo, dejando al hombre inconsciente, más no se detuvo, por lo cual Mary trato de intervenir. Camino entre el círculo de personas que se había formado, empujándolas para poder pasar y fue hasta él.

— ¡¡Andrés para!! — gritó preocupada.

Si no se detenía se metería en problemas, pues era capaz de matar a ese hombre, por... ¿Defenderla a ella?, no sabía por qué, pero este pensamiento le daba felicidad.

Andrés al escucharla se detuvo y miro hacia donde estaba ella, estaba aún furioso y con varios golpes en la cara.

«Cálmate no vale la pena»

Le dijo con voz apacible tocando su espalda.

— ¿Estás bien? — pregunta Tatiana, la cual llega corriendo — ¿Qué paso? — pregunta preocupada.



#5137 en Novela romántica
#1429 en Chick lit

En el texto hay: amor, disputafamiliar, dulce

Editado: 12.02.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.