Capítulo 20

Esa noche al volver Mary encontró a Tatiana que la esperaba para hablar, por lo que ambas salieron al pasillo y se sentaron en las sala de espera a platicar mientras se tomaban uno de los chocolates calientes que Andrés había traído.

— Entonces no sólo Andrés estuvo aquí — dijo una Tatiana sorprendida. — ¿Y qué piensas hacer con respecto a tu padre?

Mary que tenía la cabeza recostada en su regazo, totalmente seria, solamente negó.

— Cuando lo reconocí allí, sólo sentía ganas de matarlo, de echarle, pero ahora que se fue el enojo me doy cuenta que era sólo la tristeza y la decepción hablando por mi. — dice con dolor. — por todas las veces que lo necesitamos, que lo necesite en serio y no estuvo allí, todo eso se convirtió en rencor y dolor que no creo que desaparezcan porque mi madre me pida que lo perdone. — asegura y Tatiana asiente al comprenderla.

« Además sólo volvió para llenar la cabeza de mamá con sus mentiras, mentiras que lo hacen quedar como el bueno ante los ojos de mamá. Es que nisiquiera vino a pedir perdón, por no estar para nosotras, por tener dos familias, por hacerle eso a mi madre, vino a buscar escusas baratas, pero yo no soy mamá y no soy tan fácil de convencer. — dijo con rabia.»

— ¿Por qué mentiría tu padre sobre algo como eso? — pregunta Tatiana tratando de hacerle entrar en razón, quizás su padre decía la verdad.

— No lo sé, pero lo averiguare. — dijo decidida.

Al ver que no la llegaría a convencer decidió cambiar de tema.

— ¿Sabe Maritza lo que dijo el médico? — pregunta con cuidado.

— Aún no. — dijo con la mirada gacha — me lo dijo hace un momento, y no tenía cabeza para decirle, ni siquiera podía asimilarlo, aún no puedo.— Dice con tristeza.

Tatiana asiente compungida pues ella también le tenía mucho aprecio a su madre, era como una segunda madre para ella.

— ¿Cuando le contarás lo de tu casamiento con Andrés? — La mira de reojo.

— Mañana le contaré sobre lo que ha dicho el doctor, no creo que tenga cabeza para hablar de algo más después de eso. — suspira pesado, sintiendo tener el cuerpo de bronce.

— Entiendo — negó con la cabeza decidiendo si decile esto. — Mary ¿Confías tanto en tanto en él? Te lo pregunto porque para casarte, vivir con él; en una casa que es de él prácticamente y llevar a tu madre enferma con ustedes, debes o ser muy tonta, amarlo mucho o confiar mucho en él y no creo que seas tonta. Entonces tengo miedo de que por querer ayudarlo, te enamores o confíes demasiado en él al punto que no te des cuenta, de que apenas y lo conoces, es un desconocido.— dice preocupada.

« Están haciendo cosas que sólo hacen las parejas después de años de conocerse y aunque nunca terminas de conocer a una persona, al menos tienes una idea de a lo que te enfrentas, pero ustedes se conocieron hace apenas tres semanas y ya se casarán y no por amor ¿O sí? — ella niega con la cabeza gacha, como una niña siendo regañada. — por lo mismo rubia, ¿Y qué pasa luego? ¿Qué pasa si alguno de los dos se enamora y él otro no? ¿Qué harán entonces? Yo no te quiero ver sufrir rubia. — trata de hacerle entrar en razón.

— Pensé que él era mi Príncipe y mi Ada madrina. — trato de bromear recordando sus palabras.

— Si pero eso fue cuando él no había sido un idiota con mi mejor amiga y está había decidido casarse e irse a vivir con él. — le recordó.

— Se que es peligroso en todo sentido todo esto y que no estás de acuerdo, yo tampoco lo estaba al principio, pero no puedo dejarlo sólo en este momento, ni a sus padres que an sido tan buenos conmigo. — le trata de explicar.

— ¿No puedes o no quieres? — La mira con una ceja alzada. — ¿Sientes algo por él, no es cierto? — ella la mira y asiente.— Conociendo como eres, no sabes ni siquiera lo que es. — le sonríe. — pues así como te conozco, así mismo te puedo decir que te estás enamorado y advertirte que si no quieres terminar lastimada, sería mejor que te separes de él cuanto antes.

— No pasará nada — le sonrió, recordando lo que había pasado hace algunas horas y como la había ayudado. — No creo que él me haga daño, así que no te preocupes.

— ¿Tanto confías en él? — ella asiente con media sonrisa y ella suspiro cediendo.— Entonces no me queda de otra que también creer en él.

Aunque Mary no lo supiera, la convenció de no decirle nada sobre la llamada que había tenido Andrés, pues si su amiga confiaba tanto en él, ella le daría el beneficio de la duda.

— ¿Entonces resolviste el problema que de surgió? — preguntó Mary cambiando de tema.

— Espero que sea así, eso espero. — dijo pensativa.

...

Al día siguiente ambas se levantaron temprano a pesar de no haber podido dormir nada bien y casi nada la noche anterior, pues querían ir al super mercado para prepararle una comida a la madre de Mary y al mismo tiempo para llenar la despensa de Tatiana. Por lo cual llamaron a Nathan un amigo de Tatiana que las ayudaba a hacer las compres, pues tenía carro.

Los tres fueron a comprar mientras trataban de sacarles sonrisas a Mary, pues Nathan siempre le hacía caso a Tatiana en todo y ella había decidido ser un payasito ese día, para levantarle el ánimo a mary, eran muy unidos y siempre estaban riendo juntos, parecían novios.

— Vamos a dividirnos para acabar más rápido — ordenó Tatiana. — Mary tu vas por los lácteos y verduras, Nath tu vas por los productos enlatados y líquidos y yo iré por los granos y carnes.

Se miraron entre sí y asistieron, antes de dividirse. Enseguida Mary se dirigió hacia los lácteos, para buscar todo lo que Tatiana necesitaba y dijo que le hacía falta y luego se dirigió hacia las verduras, iba a tomar un brócoli cuando de repente alguien más también lo tomó, por lo cual sus manos se unieron, por lo que ambos voltearon para ver quien era la otra persona.

Al hacerlo se topó con un rostro conocido.

— Mary, pensé que estabas con tu madre en el hospital. — dice con una sonrisa mirándole fijamente.