Catalina

No había nada que pudiese hacer

El chamán sentado a la orilla del fuego observaba su devenir. Sabía que aquel insecto  aquel hombre Insecto que  le había picado en la pierna era un insecto de origen desconocido, un insecto que nunca habia visto antes y al que nunca  había dado importancia. Lo que le había pasado le había pasado casi sin darse cuenta y, ahora, la pierna se le estaba hinchando peligrosamente. Pero ¿ que podia hacer? 
Sentado al calor del fuego dejó de pensar en ello y esto le hundió  dentro de su pecho,  dentro de su corazón,  y le hizo bajar por unas escaleras sinuosas y oscuras  hasta el fondo  donde la oscuridad era aún mayor, y supo que no había nada que el pudiera hacer, sólo una cosa: poner emplastos para que mejorase fisicamente, todo dentro de sus  posibilidades,  y esperar, porque, realmente, todo estaba en manos de Su voluntad. Y, aunque le costase creerlo, el lo sabia. 
 




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