Catalina

Vino de otro mundo al suyo

Un ejercito de banderas se apelotonaba al pie de la montaña Como una tromba la caballería  penetró entre las filas del enemigo. Su lider dio la orden de que no hubiese  prisioneros .¡Era tanto su odio! Al poco, el valle era un mar de sangre.  
Las 4 lunas empezaban a tomar forma en el cielo: le observaban . Había  pasado  tiempo desde que las tropas, ahora, derrotadas hicieran una masacre en su familia. Al cabo, había vuelto de otra era, de otro lugar para dar cumplida venganza. Ese era su sueño. 
 




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