Catalina

Algo me estaba esperando

Cuando salí al descansillo y miré hacia las escaleras que subian al piso de arriba las vi  todas embarradas y con el rastro de unas pisadas que justo empezaban allí, pero que no venían del portal. Había muy poca luz y la oscuridad acechaba a partir del octavo escalón. 
 

Despacio y ,en silencio, comencé la ascensión.  Temblando, y con algo de... asco me fui acercando a la puerta del segundo. La oscuridad era completa. Llamé al timbre,se abrió la puerta y allí estaba el horror: un grito en mi boca.




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