_¡en marcha!_grita un hombre_empezó la expedición su camino y luego de varias leguas de luchar contra la selva, una embarcación regreso y se llevo al general junto con otros hombres, habían descubierto una población rio arriba.
_¡muy lindo!, el señor general se va en un embarcación y nosotros por la selva_furiosa,comenta Catalina,
_si no hubieras iniciado esa rebelión, estaríamos los dos en ese bergantín_
_¡mira, marinero!, nunca inicie una rebelión, solo grite lo que todos gritaban_
_¡señorita!, para su información, soy un explorador, mire como manejo mi espada_
_¡ay, no!, el gran explorador, ¡ya van más de ocho meses y no has encontrado nada!_
_los exploradores, buscamos la aventura y de esa hemos tenido bastante_
Catalina solo sonríe y exclama:_¡ya callate, callate!_
Caminaron y caminaron, a través de la selva, hasta que Catalina grito:_¡ahi están, ahi están!_ era tanta la fatiga que se desplomaron al llegar al campamento,
_¡señorita, me sorprende su voluntad!_halaga el general,
_a mi, me sorprende que no haya sido un caballero y me haya echo caminar por la selva en compañía de este maloliente hombre_responde Catalina, a lo cual un soldado le comenta:_¡señorita!, tiene roto el pantalón y se le ve una nalga_
_!qué!, ¿Alonso, es verdad?_
_si, pero no se te ve mucho_contesta Alonso y sonríe,
_¡degenerado!, con razón siempre venias detrás mio_de mal genio, exclama Catalina,
_solo contemplaba el paisaje, todo es hermosos por aqui_dice Alonso y sonríe,
_¡general!, debería ejecutar a esos degenerados_
_¡señorita!, se debe cubrir con algo, no quiero otra rebelion_comenta Gonzalo de Quesada y se va del lugar,
_¡Alonso!, pasame una camisa mientras consigo que ponerme, de esto no me voy a olvidar_
_¡toma la camisa y deja de quejarte!, mejor voy a armar la tienda_
Animales, zancusos y el asedio de los indios, le habian causado muchas bajas al general, Gonzalo Jiménez de Quesada decide enviar a un grupo a explorar las tierras circunvecinas y luego de unos días, volvieron con muy poca información.
Al ver las pocas esperanzas de encontrar buenas tierras y las malas condiciones en las que se encontraban los hombres, el capitán San Martin en vocería de algunos hombres dijo:_¡general!, muchos hombres y yo deseamos abandonar la expedición_
_captan, le sugiero avanzar otras leguas, se esta preparando otra expedicion y esperemos que descubrimientos nos traen_aconseja Domingo de las Casas,
el general, caminando de un lado para otro, exclama:_¡solo unos dias más!, necesito a cada hombre de esta expedición_
y luego de hablar con el capitán y con la ayuda del frayDomingo de las Casas, arreglaron el incoveniente.
En la tienda, Catalina comenta_¡ese general, si sabe como convencer a su gente!_
_¿quieres irte a Santa Marta?_pregunta Alonso,
_¡si!, por tu culpa mira como estoy, bien podria pedir limosna_
_¡señorita!, fue, usted, la que me rogaba por venir_
_¡yo, por favor!, en mi vida, nunca me hubiera embarcado en una aventura de estas_
_recuerde, señorita, usted me dio esta espada a cambio de un lugar en la expedición_
_¡callate, Alonso, callate!, no quiero que me dirijas la palabra_
_por mi, que se hubiera quedado en Santa Marta_enojado, murmura Alonso,
_¡ay, no!, en estos momentos, estaría en la cama con mi prometido_
_¡ah!, ahora si tiene prometido, muy cómoda la señorita_
_¡ay, no!, estos mosquitos parece que hablaran_comenta Catalina, de forma sarcástica
_¡no son mosquitos, soy yo el que te habla!_furioso, dice Alonso,
_¡hasta se enojan los desgraciados!_exclama Catalina, de forma sarcastica,
Alonso apretando sus puños sale de la tienda.
Entre quejidos y enfermos, Gonzalo de Quesada volvió a mandar otra expedición a cargo de los capitanes Cardoso y Albarrasin, quienes luego de unos días volvieron con sal en forma de pan. Al recibir la buena noticia, el general envió al capitán San Martin a cerciorarse y traer mejores noticias y así fue, volvió con más sal, pero trajo mantas rojas de excelente tejido y otros descubrimientos; como un poblado donde habitan bastantes indios.
Alonso, asombrado por la sal, opina:_¡mira esta sal, Catalina!, es diferente a la del mar_
_ahora si vamos a comer de lo bueno, con esta sal_contesta Catalina,
_ya no tendrás que comer la sal que hacían los indios de la expedicion_dice Alonso y sonríe,
_¡espera, Alonso! ¿porqué sonríes de esa manera?_
_ solo sé como la hacen, no es nada del otro mundo_
_¿Alonso, dime cómo la hacen?_pregunta Catalina,
_no creo que te guste saberlo_expresa Alonso y vuelve a sonreír,
_¡dímelo, si no quieres que te pegue con este palo!_
_¡esta bien!, pero luego no te quejes_
_¡qué me lo cuentes, Alonso!_
_bueno, ellos hacen sus necesidades en recipientes u hojas y esperan a que se evaporen y ahi queda la sal_
_¡eres un mentiroso!, ¡ay no, Alonso!, ademas de la carne de caballo, le echaron sal de orina_
_sí, y estuvo muy sabrosa_
_¡callate, Alonso, callate!_
_¡no, madre, porque no te hice caso!_exclama Catalina, mientras se limpia la boca con agua.
_iré a ver, que esta planeando el general_comenta Alonso y se retira, mientras Catalina le grita_¡no vuelvas, no quiero verte esta noche!_
Frente a sus capitanes, Gonzalo de Quesada, dice:_ya es imposible navegar el rio (Magdalena) y por los recientes descubrimientos nos adentraremos por el rio que hemos descubierto(Opon)_
el capitán San Martin, caminando de un lado para otro, comenta:_creo que es la mejor decisión, más allá de esas montañas debe haber oro_
_estas mantas son muy hermosas, debe haber un cacique muy importante en esas tierras_comenta el capitán Cespedes.
#6266 en Otros
#986 en Humor
#768 en Aventura
conquista america, aventura humor, romantico cliche amor a primera vista
Editado: 19.03.2024