Diana (19 de marzo de 1983)
Fue un error, lo sé, ¡pero yo lo amaba! ¡Se los juro!. Nunca pensé que el me dejaría sola, siempre me prometió que estaría conmigo y como una tonta caí, ahora Josh no quiere saber nada de mi y mis padres me echaron de la casa cuando se enteraron de mi embarazo.
¿Ahora que voy a hacer?
¿Como voy a mantener a un bebé?
¿Donde conseguiré trabajo?
¡No quiero ser madre!
***
Miles de preguntas y dudas pasaban por mi cabeza mientras tenía estas dolorosas contracciones, con cada contracción que sufría más me arrepentía por no haber abortado cuando pude.
Parecieron años de dolor y sólo podía escuchar la voz del doctor diciendo "Puja Diana, ya casi lo logras".
Estaba mi frente perlada de sudor y sostenía con todas mis fuerzas la sábana de la cama, hasta que todo por fin término.
Dí a luz a una pequeña bebé de ojos azules a la cual decidí llamar Emma.
Sostuve a mi bebé en mis brazos y acaricié sus rizos dorados. Mi niña lloraba como cualquier recién nacido lo haría y yo acompañe su llanto con mis gemidos, juntas hacíamos una perfecta sinfónica de tristeza.
—Mi pequeña.— le susurraba mientras acariciaba su delicado rostro —Y ahora... ¿Que haremos?— Ella me mirá como si supiera todas las respuestas —Estamos sólo tú y yo Emma.—