Hace mucho tiempo, los vampiros lo gobernaban todo en Deregron, estaban dispersos por todas partes, y no había ningún lugar en el mundo donde no estuvieran, y si encontraban algún humano, lo asesinaban sin dejarlo gritar siquiera, pero si este humano era lo suficientemente malo para ellos lo transformaban en vampiro, haciendo que todo rastro de lo humano desapareciera. También atacaban a otras criaturas, las cuales comenzaron a defenderse con su magia y fuerza, hasta que los humano eran los únicos a los que los vampiros atacaban; y artos de esto, comenzaron a fabricar armas y a proteger todo las tierras que ellos podían tener, y poco a poco, los vampiros ya no podían atacar a los humanos, ya que si alguno era capturado, era torturado y asesinado, hasta que esto se volvió un hobby sangriento para los humanos, y cazaban a los vampiros por deporte.
Los vampiros decidieron que era mejor ocultarse para siempre de los humanos, en su propio territorio, al cual los humanos no podían ingresar ni encontrar; pero las otras criaturas tampoco estaban a salvo, ya que eran cazadas como fuente de alimento u otras cosas, por lo que también se ocultaron en sus propios territorios y solo algunos los dejaron a la vista.
Los humanos nunca dejaron de cazar a los vampiros y cada vez sus armas se volvían mejores, así que los vampiros decidieron salir de su escondite y cazar y transformar humanos, hasta que todo, poco a poco, se fue transformando en una guerra...
Los humanos comenzaron a poner estatus sociales en sus territorios y los que estaban en la sima, eran los cazadores, los cuales se les pagaba y obtenían mucho dinero por matar algunos vampiros, cada cazador tenia su propio estilo de matar, pero había una en especial que era la mas sanguinaria de todos, destripaba a los vampiros y colgaba sus corazones en los arboles para dar un recordatorio a sus enemigos, ella lo único que sentía hacia estos seres sin alma era odio, y su nombre era Catherine...