Capítulo XVII: El Espectáculo

Días posteriores a su conversación con la emperatriz Luka se encontró con Marth en uno de los pasillos durante su camino al área de mecánica. Al verlo inmediatamente le preguntó cómo se encontraba, el príncipe estaba bien incluso se le veía animado y dispuesto a incrementar su magia, por tanto, Luka se tranquilizo. No hablaron demasiado pues ambos iban con prisa, no obstante, eso no impidió que su conversación fuera amena y amigable. Se despidieron y Luka continuó su camino, el motivo de su ida era para buscar a Elián y disculparse, pues, no le había visto desde la misión a Venivy y aún cargaba con la culpa de que saliera lastimado. Al llegar se percató que los soldados de mecánica tenían mucha carga de trabajo, por lo cual, el general a cargo le concedió menos de tres minutos para hablar, tiempo insuficiente para lo que Luka quería hacer. Cuando vió a Elián dirigirse a él se puso tenso, creía que estaría molesto con él, sin embargo, el encuentro resultó ser lo contrario, Elián lo saludo con su característico entusiasmo y extravagancia, situación que lo extraño y calmó al mismo tiempo. Debido a los pocos minutos con los que contaba y al ensordecedor ruido de la maquinaria, Luka consideró que sería mejor cambiar sus planes para otro día, fue entonces que recordó que dentro de poco habría visitas a los albergues, así que, le preguntó si estaría ocupado ese día, la respuesta de su extrovertido amigo fue negativa de manera que le pidió que lo acompañara a ver a sus hermanos, el joven de rizado cabello castaño aceptó animoso. Luka le agradeció y se encaminó al entrenamiento de magia.

Unos amaneceres después llegó el tan esperado día. Luka no pudo concentrarse durante todo el entrenamiento físico por su entusiasmo. Al instante en que el general Paul los dejó ir él se dirigió rápidamente a la entrada del cuartel general donde Elián ya lo esperaba.

—¿Llevas mucho tiempo esperando? —Cuestionó agitado, mientras recuperaba el aliento se percató de que Elián sostenía un cuaderno.

—Recién llegaba, andando — respondió eufórico.

Gracias al mapa mágico de Luka sabían por dónde ir para llegar al albergue 14, pues la Metrópoli al igual que el cuartel general era un laberinto por el cual debías andar con cuidado si no estabas familiarizado con el lugar. Luka inició la conversación con el fin de encontrar el momento adecuado para disculparse.

—Elián ¿visitaras a alguien hoy?

—No, toda mi familia está en casa.

—Eso es genial—comentó con sincera alegría.

—Sí, afortunadamente.

—Y… ¿cómo sigue tu brazo?

—¿Mi brazo? ¿A qué te refieres? —Interrogó confundido.

—Ya sabes... por la picadura de ese insecto en Venivy.

—¡Oh, eso! nada de qué preocuparse, tras algunos cuidados de Mel quedó como nuevo, ya no está hinchado ni nada.

—Me alegra oírlo, Mel es realmente buena en su trabajo.

—La mejor médica de toda la galaxia.

—Sobre eso … quería disculparme.

—¿Disculparte de qué?

—Bueno, es culpa mía que el insecto te picara, si yo no me hubiera congelado a ti no te habría sucedido nada —señaló entristecido.

Al percibir su tristeza, Elián elevó aún más su buen humor —No veo la necesidad de pedir disculpas pero la acepto, lo único que hice fue cuidar de mi amigo. Incluso con experiencia es normal congelarse en alguna misión, somos humanos después de todo... además, ¡ese picadura no fue nada! he sido envenenado por tantos insectos a lo largo de mi vida que casi son inmune al veneno.

El comentario provocó interés en Luka, alejando levemente su tristeza —¿De verdad?

—Si, he sido mordido por arañas, alacranes, serpientes y por toda clase de insectos extraños.

—Vaya… ¿De qué planeta eres?

—Nile.

—¡Oooh! —Dijeron a la par.

—Eso lo explica —apuntó el pelinegro.

—Exacto, Nile “el planeta de la arena infinita”, tanto misteriosa como maravillosa.

Caminaron y rieron un poco más, Luka se sintió mejor al saber que Elián mantenía su alegría y no estaba molesto por lo sucedido en Venivy. En algún punto de la conversación Luka observó con mayor curiosidad el cuaderno que Elián sostenía firmemente.

—Elián ¿para qué es el cuaderno?

—Ah, es uno de mis cuadernos de dibujo, como vamos a ver niños pequeños creí que sería buena idea entretenerlos un rato.

—¿Puede verlo?

—¡Claro! —Exclamó pasandole el cuaderno.

Luka sostuvo con cuidado el cuaderno tapizado de calcomanías, al abrirlo se asombró por tan hermosos dibujos hechos a lápiz, había dibujos de personas, objetos, animales, escenarios complejos e incluso de peculiares criaturas de cuentos de hadas, su imaginación no tenía límites.

—Elián… ¡Dibujas increíble! —Bramó impresionado y con admiración.

—Lo sé, lo sé —contestó con poca modestia— aunque siempre se puede mejorar.

—Nunca había visto dibujos tan impresionante. —Enunció mientras hojeaba el cuaderno—. Sin embargo, no entiendo ¿cómo vamos a entretener a los niños con…

Cortó tajantemente sus palabras cuando a lo lejos vio a una mujer acompañada por tres niños salir de uno de los edificios, al instante reconoció a sus hermanos entre el grupo, en ese mismo momento su hermana cruzó la mirada con la suya.