Cenizas de amor

Capítulo 31

—¡Bebe!

—¡Mi hermano!

Gritaron al unisonó Davet y Eythan cuando los cargamos para que vieran dentro de los cuneros.

—¡Papá!

—¿Sí?

—Hay muchos hermanos.

Nos reímos a lo cual Andrew señalo una cuna en especial.

—Él es tu hermano Eythan

Eythan abrió la boca y miro fijamente al bebe dentro de la cuna.

—¡Mi hermano!

—Eythan será un gran hermano mayor.

—¡Yo también! ¡Yo también quiero ser un hermano mayor!

Me tense por las palabras de Davet y los demás aguantaron la risa.

—Todo a su tiempo cariño.

Un rato después Will y Andrew llevaron a los niños a la cafetería del hospital ya que tenían hambre. Por otra parte, los demás tuvieron que irse ya que tenían cosas que hacer y solo nos quedamos la madre de Andrew, Zoe y yo en la habitación privada que solicitaron como una sala de espera.

—¿Estás bien?

Le pregunte a Zoe al verlo tan decaído.

—Si, todo bien.

Suspiré y me acerqué un poco más.

—Sobre lo que paso... Creo que deben de hablar.

—Eso ya no importa, además yo a ti aun...

Sus palabras no terminaron ya que me miró fijamente por un largo rato y termino mirando hacia abajo con una expresión frustrante.

—Mara yo... A ti aun...

Me quede callada analizando su comportamiento, parecía querer decirme cómo se siente hacia mí, pero era como si algo lo detuviera. Zoe termino suspirando y se retiró con la excusa de tomar aire fresco.

Así que Ela lo logro.

Las esquinas de mis labios se alzaron un poco, pero aún hay un malentendido entre ambos y no quiero entrometerme ya que podría echarlo a perder.

Si, será mejor que lo arreglen ellos.

—¡Ya volví mami!

La puerta se abrió y Davet corrió a mí, me entrego una dona de chocolate y con su mirada sabía que el quería un poco por lo que la partí a la mitad y se la di.

Charlamos un poco y por fin el doctor nos dio permiso para ver a Alice quien ya despertó. Así que con cuidado nos trasladamos a su habitación.

—¡Mami!

Eythan saludo a Alice desde los brazos de Andrew quien, al llegar cerca de la castaña, lo dejo con cuidado sobre la cama y el pequeño se enredó en su cuello.

—Mi lindo bebe.

Alice lo recibió con muchos besos y apapachos.

—¿Estas bien? ¿No te duele nada?

—Ah, siento que tengo un tráiler encima. Me duele todo, apenas puedo mover mis brazos y mi cabeza. Tengo tanto sueño que si vuelvo a dormir tal vez despierte dentro de 1000 años.

La señora Smith río un poco y yo cubrí mi boca para no hacerlo.

—Pero dejando eso de lado, estoy bien. ¿Como esta mi bebe?

—Está muy bien atendido. Bianca dijo que nació sano, pero se quedara hoy en observación.

—Uf, me alegro. Esas 7 horas pujando y gritando valieron la pena.

Sonreí e hice contacto visual con Alice.

—Ey Mara.

—¿Sí?

—¿Serias la madrina de mi bebe?

—¿Eh? Eso... ¿Yo? ¿Estás segura?

—Claro, quiero que seas la madrina de mi pequeño.

—Ah bueno, por mí no hay problema.

—¿Y tú Will?

Mire a Will quien también está sorprendido por la repentina propuesta.

—Eh... Si, no tengo problema.

—Perfecto, entonces ya está decidido.

Quería brincar de alegría, pero solo tomé un poco de empuje y perdí de inmediato el equilibrio.

Will noto que iba a caer, así que de inmediato me ayudo a apoyarme con su cuerpo.

—¿Qué pasa? ¿Estás bien?

—Si, solo perdí el equilibrio.

Conteste volviendo a mi posición anterior y sonriendo ligeramente.

—¿Cuándo podré ver a mi bebe?

—Ahora mismo está durmiendo, cuando despierte te lo traerán.

—Bien, entonces dormiré otro rato. En verdad estoy cansada.

Nadie puso objeción y nos despedimos de Alice. La señora Smith se retiró con Eythan y los hermanos de Alice también dijeron adiós.

Nosotros nos quedamos unos minutos más charlando con Andrew y Will nos llevó a casa.

—Nos vemos mañana.

—Adiós Will.

Davet agito su mano despidiendo a Will y entramos al edificio cuando su auto desapareció de nuestra vista.

—Mamá el hermano de Eyta es tan pequeño.

—Tu también eras muy pequeño cuando naciste.

Lleve una mano a mi frente y me recargue en la pared cuando sentí un leve dolor de cabeza.

—¿Quieres huevos revueltos para la cena?

—Si mami.

—Bien, ve lávate las manos mientras yo lo preparo.

Estaba realmente cansada a pesar que vine a casa a tomar un baño y dormir un rato antes de ir al hospital.

Tal vez mañana no salga de la cama hasta después del medio día, de todos modos, solo son 3 pacientes y será en la tarde.

Con eso en mente rompí los huevos para batirlos, pero un olor desagradable inundó mi nariz, era un olor que solo olí por un tiempo años atrás.

Un olor desagradable que siempre me revuelve el estómago.

Tapé mi boca y con paso apresurado me dirigí al baño, por surte Davet parecía que estaba en su habitación, así que cerré con llave y metí la cabeza en la taza.

Entonces vomite.

Fue horrible, hace más de un año que no me pasaba por lo que la sensación fue desagradable.

Cuando termine baje la palanca y lave mi boca, después eché agua en mi cara y me mire en el espejo.

Ese olor, ese maldito olor que me impidió prepararme y comer huevos por un largo tiempo volvió. No es un olor común, pero cuando me encontraban en ese estado mi nariz era tan sensible que tuve que quitar de mi dieta varios alimentos.

Cerré los ojos y pedí que no fuera lo que estoy pensando.

—No puede ser.

Comencé a pensar en los síntomas. Tengo repentinos mareos, admito que estoy comiendo más de lo normal, parece que los ascos van a comenzar y estaba tan ocupado que no me di cuenta que hace más de un mes que no me llega el período.



#2767 en Novela romántica

En el texto hay: romance, drama, mama

Editado: 18.09.2021

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